uno.

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Un mes había pasado desde que su hermanastro junto con el otro tipo habían ido a vivir a sus casa ha joder completamente su vida. Las fiestas se habían acabado al igual que el ingreso a esas mujeres que él llevaba a su cuarto solamente para acostarse con ellas, también habían prohibido el ingreso a sus mejores amigos por "precaución". En fin, múltiples de cosas que ya eran rutinarias, monótonas en su vida habían finalizado. Oh, claro que solamente existía un solo motivo por el cuál su vida estaba siendo un infierno: Mark Tuan. Todo para que él estuviera cómodo viviendo en casa.

Tampoco es que fuera a matar a ese niñato por hacer una fiesta o por llevar a una mujer a mi cuarto, nada de lo que hago debería causarle algún maldito daño.

Lo peor para él no era eso, su madre y Raymond le habían dejado encargado a Mark. No podía negarse porque su madre le haría la vida imposible hasta que aceptara, no le quedaba de otra. Todo para que ellos dos fueran de "Luna de miel" para recuperar el tiempo perdido.

Mark tenía dieciséis años y Jackson veinticinco por lo que era apto para cuidarlo. Maldecía sin parar por esa misma causa. Es que carajo, eso sí era tener mala suerte.

Se encontraba en la terraza, la noche se había hecho presente por lo que la brisa bañaba su rostro de una manera bastante grata. Claramente eso hacía que su mal humor fuera disminuyendo, sacó su cajetilla de cigarrillos que compró apenas que su madre se había ido de viaje, al igual que el encendedor que tenía en su bolsillo derecho y así poder prenderlo.

Eso lo relajaba de una manera tremenda.

Se llevó el cigarro a su boca lentamente, exhalaba con toda la tranquilidad del mundo como si nunca le hubieran prohibido algo como eso. El ambiente se había tornado agradable hasta ese momento...

Lástima que las cosas buenas no duran para siempre.

— Hyung, ¿Porqué está fumando?

Esa suave voz pero irritante a la vez hizo que volteara para ver al individuo que había interrumpido su paz.

Lo primero que sus orbes observaron fueron las expresiones de disgusto que estaba haciendo Mark en ese instante que veía su cigarrillo como si se tratara de lo peor del mundo. Sin embargo quedó inexpresivo ante esos gestos... cosa que duró poco porque a los segundos después se le formó una maliciosa sonrisa en sus labios.

— ¿Quieres? — extendió su cigarro y alzó ambas cejas.

Mark expandió sus ojos y entre abrió su boca al escuchar esa oferta que le había hecho su "hermano mayor". ¿Cómo era capaz de ofrecerle aquello? No tardó en negar frenéticamente. Había quedado realmente sorprendido pero bastante se veía absurdo ante la vista de Jackson.

— ¿Acaso no sabe que eso produce cáncer y que llevan muchas cosas dañinas a su cuerpo? — pestañeo reiteradas veces viéndolo con obviedad.

¿Jackson Hyung no sabe que puede morir por eso?

No evitó una gran carcajada antes las palabras de Mark, era obvio que lo sabía si todo el mundo comentaba la misma mierda cada vez que lo veían fumar. Aún así solamente se encogió de hombros, necesitaba abstenerse ante esos comentarios que quería decirle para que se callara de una maldita vez y dejara de ser tan intruso en lo que no debería interesarle.

Se llevó el cigarro a la boca desviando su mirada al cielo en el proceso, una media sonrisa se formó en sus comisuras al contemplar las estrellas por los alrededores.

— Eso todo el mundo lo sabe, no soy un desinformado para que sepas. Sí quieres una respuesta de mi parte...pues no me interesa —dijo seriamente y volvió a mirarlo.

El menor hizo una mueca de desagrado y rodó los ojos.

— Oh, pues...que tonto y despreocupado es usted hyung —murmuró antes de voltear con la intención de entrar nuevamente a la casa, pero eso fue impedido por el brusco agarré que sintió en su brazo. Es que esas fueron las palabras perfectas para sacar a Jackson de sus estribos y mandar el cigarro a la mierda para así enfrentar al estúpido mocoso.

— Escucha bien pendejo de mierda, no te vuelvas a meter en donde no te llaman. ¿Quieres? Bastante tengo que me hayan limitado con muchas cosas por tú culpa. Hago lo que se me da la maldita gana y de una puta vez vete a la mierda —escupió con acidez y lo soltó con la misma brutalidad que lo había agarrado, provocando un gemido de dolor por parte del más bajito.

Lo miró amenazante ya que asumió que después de decir aquello que tanto había estado reteniendo iba a recibir como respuesta un insulto o quizás un reclamo, aunque sea el más mínimo. Pero...fue al contrario, había provocado que esos pequeños ojitos se llenarán de lágrimas e iba bajando su cabeza lentamente como un perrito regañado.

Lo único que reflejaba era temor.

Maldita sea.

En ese momento se dignó analizarlo detenidamente. Su cabellera media desordenada y con algunas ondulaciones de por medio, caían mechones en su frente que lograban tapar sus ojos de alguna manera. Se detuvo al notar el color blanquecino de su piel como si de una muñeca de porcelana se tratase. Hasta que descendió a sus rojizos labios que a simple vista se veían bastante delicados. Volvió a fijarse en sus ojos cafés claros que se podían comparar con la miel. Estaba convencido en sí mismo una vez que recorrió su vista en el cuerpo ajeno de piés a cabeza que era bastante frágil, pequeño y delicado. Cabe recalcar que era primera vez que le ponía atención a algo como eso, su única conclusión después de ese análisis es que...su hermanito después de todo sí era tentador.

Bastante...

— Deja tú lloriqueo y mejor vete a dormir... —soltó un suspiro una vez que salió de sus pensamientos.

Mark solamente asintió con lentitud y finalmente decidió en entrar para dirigirse a su cuarto que compartía con Jackson.

Considerando la actitud sumisa de castaño puede entender el porqué su madre se había empeñado a prohibirle múltiples de cosas. Aún así seguía considerando que eso era injusto.

Aunque todos esos defectos, molestias y actitudes que eran intolerantes para él empezarían al igual que su relación...

𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎𝑠𝑡𝑟𝑜 || MarkSon ✓Where stories live. Discover now