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Prólogo


¿Conocéis esa sensación de poder cuando conseguís lo que os proponéis? ¿El cosquilleo que recorre vuestro cuerpo de pies a cabeza y finalmente no podéis evitar soltar una risita tonta? Y, no, no me refiero a cuando vuestro crush os besa o decidís aprovechar la soledad de vuestra casa para hacer cosas indebidas, no, me refiero a la sensación de seguridad; de saber que estás a punto de hacer algo magnífico e increíblemente perfecto. Esa sensación que nada puede derribar.

Pues bien, si hace unos días me encontraba completamente aislado a ese sentimiento, ahora la siento en cada extremidad de mi cuerpo; el corazón palpita muy deprisa debido a los nervios, la voz tiembla y lo hace aún más si la elevas, la comisura de los labios parecen tener vida propia porque aunque no te des cuenta se elevan inconscientemente formando, quizás, una sonrisa algo perturbadora. Y aunque esto comience a sonar relativamente mal o parezca el villano de una película de superhéroes, la verdad es que el concepto no es tan erróneo.

Desde pequeño he estado en contacto con el ocultismo. Mi madre, una sabia y bondadosa mujer, me demostró que estudiar las ciencias ocultas no era tan terrorífico. Que las películas de terror siempre habían dramatizado e inventado ciertas cosas para darles más entretenimiento o, para darles un voto de confianza, lo habían llevado al extremo. Lo cierto es que guarda un parentesco con la ciencia. Sí, aquella que todos conocemos y que en su gran mayoría cree. Y bueno, hasta yo creo. Pero profundizando en el tema, ambas no son tan diferentes, son algo así como primos cercanos pero que se odian a muerte; que luchan por mostrar su propia creencia. Claro que, el ocultismo –siendo fiel a su nombre– ha resultado ser un tema tabú durante siglos y, mientras la ciencia es demostrable con hechos y estudios, la otra necesitas un maldito poltergeist en tu casa para demostrarlo, y aún con eso, buscarán la manera científica para explicarlo. ¡Pero no! No todo tiene una explicación lógica, no siempre tenemos el conocimiento suficiente para dar una respuesta a todo; muchos acontecimientos son inexplicables. ¡Y ahí entra nuestra familia! Los Jeon siempre hemos sido una familia algo... peculiar y no me avergüenzo de admitirlo, puede que cuando fuera pequeño sí que llorara noche tras noche por poseer dicho apellido, pero mi madre siempre buscó la forma de mostrarme el lado bueno. Y lo consiguió.

Gracias, mamá.

Volviendo al tema principal... por fin puedo decir que tantos años de prácticas y estudios han dado sus frutos. Desconozco el resultado pues aún no estoy seguro qué he logrado a ciencia cierta, pero algo en mí ha cambiado. Puedo sentirlo en todo mi cuerpo, en cada dedo de mi mano, en todos los dedos de mis pies, es como un hormigueo que se pasea por todo mi cuerpo. Desata malestar y lo expulsa, cualquier dolor que sentía así fuera lo más mínimo, ha desaparecido. Es como si el cuerpo menguara, una extraña sensación.

Y la cual comenzaba a preocuparme.

¿De verdad el ritual había salido bien?

The Little( ̶B̶i̶g̶) Cookie [JiKook]Where stories live. Discover now