Era una escena de lo más convencional: Jirou con Mina comprando las entradas, Sero acompañando a Kaminari por las palomitas de maíz y Bakugo junto a Kirishima esperando a un lado con sus mochilas resguardando los bebestibles y las golosinas, todo obtenido en el supermercado a menor precio que los productos del cine.
Podría ser vista como la típica salida de después de clases o la junta de día sábado, pero no era ni una ni la otra, ¿razón? Se saltaron las clases, única y exclusivamente para ir al cine a ver detective pikachu, decisiones cuestionables de adolescentes, pero las cuales ya fueron tomadas y no tenían retorno.
Tomaron la función de las once de la mañana, era la primera de un día martes, resultado: completamente vacía. Perfecto.
Los únicos capaces de mantenerse en sus asientos fueron Jirou y Bakugo, el resto de hiperactivos a cada instante aprovecharon para probar nuevos asientos, tomarse fotos con escenas específicas de fondo, hacer guerra de palomitas y bajar haciendo el tonto frente a la pantalla. Lo peor, es que ya todos sabían que pasaría algo por el estilo y a pesar de ser los únicos en la sala, uno de los trabajadores llegó pidiendo que se retiren, dado que el ruido que hacían pasaba a la función de la sala del lado. Bakugo duda un poco de esa excusa, pero le da igual y sale con el resto.
Un debate se instala, sus bolsillos no daban para un almuerzo en el patio de comidas: los bolsos sólo tenían golosinas que podrían satisfacerlos por un rato y, obviamente, ninguno podía llegar antes a sus casas o serían descubiertos, así que todos dirigieron sus miradas de cachorro abandonado a su único salvador.
— Está bien, idiotas, vamos a mi casa.
— Bakugo, eres el mejor.
— ¡Te amamos!
— Lo sé, andando.
Toman la micro a las afueras del mall, permitiéndoles llegar al cabo de veinticinco minutos y una vez se bajaron, caminaron unas tres cuadras para arribar en su destino final.
— Wow, Bakugo, qué linda es tu casa.
— Hasta parece más grande que la de Kiri.
— Eso que está como a dos cuadras.
Así que por eso llegaba tan rápido siempre.
— No se queden mirando por fuera y pasen, idiotas.
— ¿Por qué nunca están tus padres en casa?
— Ambos pasan en viajes de trabajo o sus oficinas, los tiempos libres los aprovechan para salir juntos y tal.
— Wow, qué genial, es como si vivieras solo.
— Yo no podría vivir así, sin el almuerzo de mamá me muero.
— Ya estás grande como para aprender a cocinar, Kaminari.
— Mis padres no se arriesgan a prestarme la cocina, ni hacer un par de huevos me dejan.
— Y aquí vemos el fracaso en persona.
— Acomódense en los sillones, iré a preparar el almuerzo.
— ¿Tú?
El rubio rueda los ojos y se va a la cocina, dejándolos previamente con la televisión encendida y el control a mano.
— ¿Bakugo sabe cocinar?
— Claro que sabe, hace comidas deliciosas.
— ¿Ya has probado sus comidas, Kiri?
— Por supuesto, vengo a almorzar todos los sábados.
— Quién lo diría.
— Incluso él siempre hace los almuerzos que lleva al colegio.
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Pixel Heart || KiriBaku
FanfictionLugar nuevo, empezando todo otra vez, el último año escolar, así que da igual. Un rubio poco sociable, sin la explosiva actitud que un tiempo lo definió, algo lo hizo cambiar, ¿pero qué fue? Por otro lado, un chico que irradia energía intenta ganars...