Sabores.

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A la mañana siguiente, una silueta hace presencia en la vereda del asocial muchacho, quien cuelga la mochila sobre su hombro y sale, pasando de largo al paradero.

- Buenos días, Bakugo.

- No tengo la intención de ir todas las mañanas contigo a la escuela.

- Pero si estamos de paso, fue una casualidad.

- No soy estúpido.

- A la clase b les hicieron un trabajo en pareja ayer, en lenguaje, ¿lo hacemos juntos?

- Si quieres pongo tu nombre en el trabajo, pero no me molestes.

- No es posible, porque es durante clases y si te ven hacer todo, nos bajarán la nota a ambos, por aquí promueven mucho el trabajo en equipo.

- Qué estúpidos, no siempre vas a poder confiar en los demás.

- Estaba pensando, que yo me encargo de escribir y tú me dictas, ¿eso funciona para ti?

- De acuerdo, pero copia exactamente lo que diga.

- Genial, tenemos un trato.

Al llegar al colegio, en la primera hora se cumplió la sentencia, un asqueroso trabajo en parejas, algo que duraba simplemente en esas dos horas pedagógicas, así que no debían perder el tiempo. Bakugo comenzó a leer el texto, anotando detalles por el costado y luego leyó las preguntas. Mientras tanto uno de los estudiantes preguntó que tipo de evaluación era y la profesora respondió que era nota acumulativa, es decir, que probablemente muy pronto deban hacer otro trabajo del estilo, qué desmotivador.

Para su grata sorpresa, Kirishima no fue tan inútil como esperaba, aportaba ideas puntuales y tenía una linda letra, fueron los primeros en entregar la hoja, dejándose unos minutos libres antes del recreo.

- ¿Cómo son tus notas, Bakugo?

- Todas varían entre el seis cinco y el siete.

- Eres un genio.

- La materia que pasan es una basura, no hay que ser un genio para lograr entenderlo.

Dado que no se preocupaba de alzar la voz, fue atacado con una agresiva mirada por parte de la maestra, la cual ignora por completo, haciendo como que escribiera en su cuaderno.

- Si que no tienes pelos en la lengua. -deja escapar una risilla que cubre con su mano, intentando no distraer al resto.- ¿Me enseñarías matemáticas? Es que se me dan fatal.

- No quiero.

- Por favor, ya todos en el salón se rindieron conmigo.

- No me hagas pucheros.

- Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor.

- Kirishima, silencio, molestas a tus compañeros.

Lo regaña la profesora, por lo que levantando la silla, se acerca más al rubio, para así seguir susurrándole "por favor" una y otra vez.

- Ya, basta.

- ¿Es un sí?

- No.

Suena la campana y suelta un suspiro. Bakugo se pone sus audífonos mientras lo ve retirarse del salón y se sumerge en su propio mundo. Al rato, vuelve con algo en mano, se sienta a su lado y alza frente a él unas galletas oreo.

- Te pago con comida.

Se quita los audífonos, lo mira con el ceño fruncido y aparta su mano.

- No me gusta lo dulce y las triton son más ricas.

Pixel Heart || KiriBakuOnde histórias criam vida. Descubra agora