Capítulo 50

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Gaia regresó a la torre una vez terminaron las clases. Después de aquel pequeño momento en la cafetería, estuvo lo que restó de clases de mal humor. Marlenne había intentado cambiarle el ánimo, pero la joven no podía olvidar aquello y le enojaba. Entró al ascensor del edificio y llegó a su habitación. Al entrar se tiró sin más en la cama, enojada. Así estuvo por media hora, hasta que el hambre le gritó que tenía que ir a comer.

La joven subió un piso más hasta la cocina del lugar y checó qué había dentro del refrigerador, pero era poco lo que había en él.

-Creo que nadie se molesta en hacer comida-murmuró tras cerrar la puerta del refrigerador.

La pelinegra se preguntó que sería buena idea hacer, pero no se le ocurría nada, así que decidió ir a comer fuera del lugar y después iría al super para comprar lo necesario. Al bajar al estacionamiento se le ocurrió la idea de tomar uno de los autos que había aparcado, pues no podría traer todas sus compras en su motocicleta.

-Jarvis-lo llamó la joven.

-¿Si, señorita Gaia?-se escuchó a la inteligencia artificial.

-¿Tengo acceso a los autos de Stark?-preguntó con una sonrisa.

-La utilización de esos autos es exclusivamente para los vengadores, así que sí-respondió, haciendo que la sonrisa de Gaia se ensanchara más.

-Eso quería escuchar-murmuró la ojiazul. Esta tomó unas llaves al azar de las que se encontraban en la pared, y se sorprendió al encontrarse con un Aston Martin DB11 V8. 

La joven subió en este y casi grita de la emoción por estar dentro en un auto deportivo

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La joven subió en este y casi grita de la emoción por estar dentro en un auto deportivo. Cerró la puerta y arrancó con dirección a un lugar para comer. Gaia miraba como el auto tenía algunas modificaciones hechas por el ingeniero, como lo era la presencia de Jarvis incluso en el auto.

-Le recomiendo tome un atajo para ir comer, señorita, la ciudad está frenada por el flujo de carros-comentó la voz, pero la chica no sabía a donde ir, por lo que se dirigió al centro comercial para tener más elección de comida.

Una vez llegó, Gaia bajó del auto. Más de una mirada se encontraba sobre ella, debido a la impresión de aquel automóvil. Dejó de lado aquella atención que estaba recibiendo y entró al centro comercial. Dentro había demasiada gente, pero poco le importó y se dirigió a la sección de comida. Le fue todo un problema el saber qué comprar, pero terminó yendo por una hamburguesa. Comió y se dirigió al super para comprar despensa.

~*~

El camino de regreso hasta la torre fue más tranquilo debido que ya era pasada de las 5 de la tarde. La joven se había entretenido demasiado a la hora de comprar lo necesario para llevar a la torre. Después de un rato de camino, llegó a la torre y subió hasta el área de la cocina. Tanta eran las bolsas con comida que abarcaba todo el suelo del elevador. Para ella no había sido un problema cargar con aquellas bolsas, ya que no las había cargado con sus brazos, sino que había utilizado su telequinesis para ello.

Al llegar a la cocina, comenzó a acomodar todo en las estanterías de la alacena que ahí había, pero el sonido de una alarma la tomó por sorpresa.

-¿Jarvis?-preguntó Gaia.

-Están intentando acceder a la torre, le recomiendo que se prepare-la voz del asistente la dejó congelada-están en el piso del hangar-

-Vaya acto de bienvenida-murmuró la joven, dejando las bolsas con la compra en el suelo, para después dirigirse hacia donde Jarvis le indicó.

Al llegar al nivel del hangar, se hizo presente el sonido de los disparos y golpes. Gaia se encontró primero con Clint, quien disparaba a un agente de HYDRA que se encontraba cerca. La pelinegra miró como un quinjet se posicionaba frente al gran ventanal y comenzó a disparar.

La ojiazul alcanzó a cubrirse con su energía azul y corrió hasta estar al lado del quinjet de los vengadores, para después volar hasta la nave enemiga. Gaia entró al quinjet, y se encontró con cuatro soldados de HYDRA en él. La joven luchó contra ellos, ocasionando que la nave fuera en picado, pero se dirigió a la cabina de la nave, para controlarlo y dejarlo en algún lugar en el que no ocasionara más desastre.

Los disparos no cesaban dentro de la torre, los terroristas de HYDRA no daban tregua, pero el equipo los neutralizó pasando el tiempo. Los agentes que habían logrado salir sin heridas, huyeron rápidamente de New York sin dejar rastro alguno.

-Jarvis, recuento de los daños-pidió Stark llegando a la sala de juntas. Todos se encontraban ahí, sin hablar, mirándose entre ellos.

-El área más afectada es el de investigación genética del piso 57- comentó la inteligencia

-¿Qué querían?-preguntó Natasha al ver los daños que mostraba Jarvis.

-Aun no se encuentra una causa exacta, pero sospecho que buscaban algún informe sobre el suero del supersoldado-tras lo dicho por la inteligencia, todos los presentes voltearon a ver al capitán, quien no había dicho nada durante todo ese tiempo.

-¿Había algún informe que les sirviera?-preguntó el rubio.

-En realidad no, Capitán-contestó Jarvis- su expediente se mantiene bajo una seguridad impenetrable-

-Espero siga así-murmuró el ojiazul.

-¿No es muy peligroso que eso exista? ¿no es mejor borrar todo tipo de rastro de algo así?-preguntó Gaia, mirando directamente a Stark al hacer la pregunta.

-Es necesario tener archivos de todos, para evitar cualquier error de todo tipo-explicó Tony-si hubiera alguna anomalía dentro del sistema de Rogers debido al suero, es necesario checar los archivos-aquello no le cuadraba mucho a la joven, pero entendía lo que el millonario le explicaba- Bien Jarvis, necesito que llames a la constructora, necesitamos arreglar todo-Tras la orden hacia Jarvis, la junta terminó y todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones para relajarse.

Gaia sentía que todo era producto de su mente, no daba crédito de que prácticamente tras su llegada, HYDRA haya atacado.

-Esto será interesante- murmuró al acostarse en su cama.

Mystic: The little AvengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora