Capitulo 15

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Tan pronto como hubo un ligero indicio de la ubicación del ladrón del Tesseracto, Fury dio la orden para poder capturarlo. Steve y Gaia tenían que partir rumbo a Alemania para poder apresarlo, y algo le decía que no sería una tarea fácil. La ojiazul caminaba a paso apresurado mientras seguía a uno de los agentes. Este la llevó hasta una habitación alejada de donde se encontraba, y al entrar sintió que su corazón se le saldría del pecho.

Detrás de una vitrina se encontraba un traje de color negro. Lo miraba con detenimiento y sintió que no era real. Para ella era como estar en una película de acción, pero sabía que no era algo ficticio. Al voltear hacia donde había dejado al agente, notó que este ya no se encontraba. Le habían dado la orden de vestirse para ir tras el ladrón, y fue lo que hizo.

Con todo el cuidado del mundo tomó el traje de su lugar y lo extendió. Ahora que estaba en sus manos podía apreciarlo desde más cerca. La textura rugosa de la parte de fuera era agradable al tacto, haciéndola sonreír. Sabía que no tenía mucho tiempo, por lo que se apresuró a vestirse y salió de ahí.

Caminó hasta llegar al hangar, donde la esperaban ya Steve y Natasha. La espía también portaba un traje muy parecido al que ella llevaba, mientras que el rubio vestía un traje muy parecido al que llevaba en los años cuarenta.

Tan pronto como estuvieron ya en el quinjet, despegaron rumbo a Alemania. El camino fue en silencio, mientras que Gaia intentaba mantener a su corazón tranquilo. Se sentía emocionada, pero sabía que no debía de dejar que su emoción se interpusiera en lo que estaba por suceder. Pasada varias horas, por fin estaban cerca de la ciudad.

-¿Cuál es el plan?-preguntó la ojiazul, mirando al capitán.

-Primero que nada, aquí te quedarás tú- respondió el rubio.

-¿De qué hablas?-Gaia frunció el ceño- Se supone que ambos...- Steve no la dejó terminar.

-Te quedarás aquí junto a Romanoff, saldrás únicamente en caso de emergencia- espetó. Gaia se miraba claramente molesta, sobre todo por el rojo en sus ojos.

-Capitán, estamos en posición para que baje- mencionó Natasha.

-Bien- murmuró el rubio. Tan pronto cómo escuchó a la espía se puso de pie, y caminó hasta la rampa de la nave, la cual se abría lentamente, para después simplemente brincar.

-Idiota- murmuró Gaia, mas Natasha logró escucharla, riendo levemente.

La pelinegra se había puesto de pie para poder ver qué sucedía con Steve y el presunto ladrón del Tesseracto. Se podía ver cómo peleaban en una batalla cuerpo a cuerpo, pero el contrincante tenía una ventaja sobre el capitán, pues portaba un cetro en mano.

-Debería de bajar para ayudarlo- mencionó la pelinegra. Natasha estaba por responderle cuando una canción de rock comenzó a escucharse por los altavoces del quinjet.

Una voz desconocida se dirigió a Natasha, quien solo soltó un suspiro pesado. Al volver a poner atención en aquella pelea, se encontró con que ahora eran dos contra el intruso, y el recién llegado no era más que el mismo Ironman. Tan pronto como el millonario llegó junto a Steve, el enemigo se entregó, cosa que no tenía sentido para Gaia, pues con Steve se había resistido, mas llegó Stark y se entregó sin problema.

Mientras el quinjet descendía para poder transportar al ladrón, la ojiazul había tomado la tablet y retomó la información que había leído cuando apenas llegaba al helicarrier. No recordaba el nombre del ladrón, por lo que volvió a leer el informe.

El sonido de la rampa abriéndose la sacó de sus pensamientos, y no pasaron mas que unos segundos cuando Steve y Tony Stark ingresaban al quinjet, junto a Loki. Este último miraba con curiosidad a Gaia, como si supiera quien era, y lo de lo que era capaz de hacer. Algo en él le causaba una sensación de ahogo, y no le estaba gustando nada.

El camino de regreso al helicarrier era tranquilo, demasiado para lo que realmente estaba sucediendo. Gaia presentía que algo no estaba del todo bien, pero tenía que mantenerse serena, aun tenían que encontrar el Tesseracto.

Loki miraba el interior del quinjet con desinterés, pero su mirada siempre recaía en la pelinegra, quien tenía que fingir que no sentía su mirada clavada en ella. Se sentía demasiado inquieta, y cada vez que miraba el arma de Loki se sentía aun peor. Tenía la inmensa necesidad de acercarse y tomarlo, pero prefería no hacerlo.

Al separar la mirada del cetro, se topó con la mirada de Stark, quien parecía intrigado por la presencia de Gaia ahí. Tanta atención en su persona la incomodaba, se sentía expuesta, pues ella aseguraba que el millonario estaba al tanto de sus poderes.

-No me gusta-murmuró Steve al millonario.

-¿Qué? ¿Qué el rey del rock se haya entregado tan fácil?-preguntó Stark. Cuando Steve estaba por responder, el sonido de demasiados truenos comenzaron a sonar sobre el quinjet.

-Gaia, ¿Qué estás haciendo?-preguntó el capitán con molestia.

-Yo no soy- respondió la ojiazul con el ceño fruncido.

-¿No eres tú Gaia?- quiso saber Natasha, quien pilotaba el quinjet.

-No, ¿por qué lo haría?-preguntó Gaia con confusión. La joven volteó a ver a Loki, quien parecía preocupado por el sonido de los rayos.

-¿Qué? ¿te dan miedo los truenos?-preguntó Stark con burla.

-No me gusta lo que viene- se limitó a decir Loki.

Las palabras de Loki encendió las alarmas internas en Gaia, quien lo miraba en busca de encontrar la razón de los rayos que parecían rodearlos. Justo en ese momento, algo pareció golpear el techo del quinjet, por lo que Stark iría a ver qué sucedía fuera del quinjet, mas no bastaron mas que unos segundos con la rampa abierta para que un intruso de cabello rubio se adentrara a la nave. Steve y Tony intentaron detener su paso, pero ambos recibieron un fuerte golpe con lo que parecía ser un martillo. Gaia intentó detener al recién llegado, pero al igual que con sus compañeros, terminó siendo arrojada tras el golpe con su arma.

Aun aturdida por el golpe, se puso de pie, notando que se había llevado consigo a Loki. Tenían que regresarlo a como diera lugar, a la misión terminaría mal para ellos. El millonario se acercó a la rampa del quinjet, la cual seguía abierta, para intentar divisar a ambos hombres. El millonario parecía determinado para ir tras Loki, pero Steve lo detuvo.

-Stark, necesitamos un plan- espetó el capitán.

-Yo tengo uno, atacar- respondió, para segundos después, alejarse del quinjet.

Gaia caminó hasta donde se encontraba Steve, pues sabía que podría ayudarle al millonario para regresar a Loki al quinjet. Estaba por dejarse caer cuando Steve la tomó del brazo, impidiéndole avanzar.

-Te quedarás aquí- ordenó el rubio. Nuevamente, los ojos de Gaia dejaron en claro su enojo.

-Lo siento Steve, no estoy aquí en calidad de damisela en apuros. Sé cuidarme, por si aún no lo notas- espetó molesta- y en vez de perder el tiempo aquí en el quinjet, deberíamos de estar ayudando al señor Stark para traer de regreso a Loki- y tras decir aquello, saltó de la rampa, dejando a Steve con las palabras en la boca.

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Primera versión: 01/octubre/2016

Edición: 25/abril/2022

Mystic: The little AvengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora