Capítulo 1

22.4K 1.1K 451
                                    

13 años después

-El blanco está en la mira señor-dijo un hombre desde el tejado del edificio más alto de Nueva York.

-Bien, que comience el espectáculo-sonrió el hombre dentro del auto.

Las calles de Nueva York se encontraban a rebosar de personas

-¡Ya te lo dije! El maldito autobús no se paró, le valió la parada-decía Gaia mientras caminaba por la calle.

-Pues tendrás que apurarte, el profesor Smook anda con peor humor del normal-dijo Marlenne desde el otro lado de la línea.

-¿Peor? Será mejor que ni siquiera me presente-dijo Gaia con preocupación-si ya está por reprobarme solo por respirar, ahora imagínate cómo me irá por llegar tarde-

-Mejor apúrate, en vez de estar lamentándote-dijo de forma divertida

-Me falta como media hora para llegar, la escuela no está muy cerca que digamos-dijo tratando de apurarse.

-Pues el profesor ya viene-dijo

-Dile que me quebré una pierna, llegare cojeado a clases- dijo mientras se rascaba la nuca.

-Ay si, como si el maestro no te conociera-

-Pues invéntale algo, lo que sea-menciono entrando en la desesperación

-Trataré, no te aseguro nada-comentó

-Pero que sea... Dios-dijo Gaia viendo como una mujer estaba al borde del tejado de un edificio-te llamo luego-

-Pero...- Gaia no la dejo terminar, ya que había colgado.

Ver aquella imagen la había petrificado al instante. Se encontraba en una de las calles más transitadas de Nueva York, presenciando cómo una mujer parecía discutir con alguien más en el tejado de uno de los edificios. Gaia solo alcanzaba a ver a la mujer, así como un arma, con el cual parecían estar amenazando a la mujer, y fue entonces que sucedió lo que menos imaginó.

Sabía que iba a morir, pues no había manera para que una persona sobreviviera a una caída como aquella. Sentía que todo sucedía en cámara lenta, incluso su pulso parecía haberse ralentizado mientras la miraba caer. Su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho, sabía muy bien que podía ayudarla, pero sabía que hacerlo solo acarrearía problemas a su persona. Sus padres la habían protegido por años de lo que podía suceder si el mundo se daba cuenta de sus poderes, pero no pensaba dejar que esa mujer muriera de esa manera, frente a ella.

Para su suerte, había dos árboles frente al edificio del que caía, por lo que no tardó en reaccionar. Sus manos comenzaron a moverse levemente, causando que algunas ramas salieran de los árboles, hasta lograr crear una cama de ramas y hojas. Tras terminar con los árboles, comenzó a frenar la caída de la mujer gracias a su control sobre el viento.

Un suspiro de alivio salió de su boca al ver a la mujer caer en las hojas de aquellos árboles que había unido. Al haber frenado la caída a tiempo, había evitado que la persona sufriera consecuencias tras caer de tal altura. Nuevamente dejó que su poder fluyera sobre aquellos árboles, para poder llevar a la mujer hasta el suelo, sana y salva.

Los policías la llevaron rápido a la ambulancia que había en la calle, mientras todos buscaban una explicación a lo que acababan de presenciar. Había una cantidad enorme de personas curiosas que habían logrado grabar todo lo sucedido, y era exactamente por eso que Gaia tenía que salir de ahí. Había roto la promesa que había hecho, y ahora estaba expuesta, si es que alguien la había mirado durante el incidente. Estaba demasiado a la vista, así que empezó a caminar de manera apresurada hasta que estuvo lo suficientemente lejos de ahí. Sabía que ya era demasiado tarde y que si esperaba un taxi o intentaba ir al metro probablemente llegaría a medio día de clases, por lo que optó por hacer lo que menos quería. Tomó su mochila con fuerza y corrió.

Mystic: The little AvengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora