XXI Barracuda

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Novela para lectura en Wattpad.

Enmudece puerto Esmeralda a la llegada de la fragata Fantasma que nunca hizo tanto honor a su nombre, destripada, humeante de maderas abrasadas, de hierros retorcidos y velas quemadas oliendo a pólvora y azufre; la tripulación de silenciosos esqueletos famélicos y heridos en el cuerpo y el alma, pero sin ser sometidos sus corazones ardientes de valerosos piratas. Con dificultad maniobran para atracar en la dársena, echan unos cabos para afianzar la nave a tierra firme.

—¡Eh! capitán, ¿te topaste con la Victoria? tuviste más suerte que el «Calamar», ya subiste un escalafón en los «más buscados», te tengo a la espalda, puedo oler tu apestoso aliento —bromea entre risas desde la dársena la Barracuda, intrépida comandante pirata, capitana de capitanes, impulsiva, cautivadora... —Vamos viejo amigo, termina de amarrar ese cascarón al muelle antes de que se hunda y vamos a la taberna, he convocado asamblea de capitanes, estáis invitados, yo pago todas las rondas.

Busca el pirata a la chiquilla recogida entre llantos en su atalaya. 

—No te muevas de ahí arriba, ni se te ocurra... Este es un puerto peligroso para princesitas lloronas. —Húdié se agazapa en su escondrijo.

—Y tú, chico listo, a ver hasta cuánto lo eres. —Clava la mirada al joven guardiamarina en sentimientos contrapuestos de admiración y resentimiento, de aprecio y de desprecio—. En la mesa de mi camarote hay un cofre con seis monedas de oro y veinte de plata. Tienes tres días con sus noches a partir de mañana para dejar a la Fantasma como estaba en aquel mar de luces. Dejo la tripulación y mi barco a tu mando, pero como te vea en lo alto del palo con ella perdiendo el tiempo, te aviso que en esta ocasión no yerro el tiro.

Desembarca el capitán, saluda efusivamente a la Barracuda y a muchos otros que junto a ella lo aguardan, y marchan todos juntos en escandalosa algarabía poniendo dirección a las tabernas.

Se apoya el guardiamarina sobre el puente valorando los daños, le preocupa más el llanto incesante por el hondo penar de su amada y el lamentable estado de la extenuada y desmotivada tripulación, que el lamentable estado de la Fantasma. Y compungido por la situación decide dar un descanso a los hombres. 

—¡Eh compañeros fuisteis valientes en el combate!, os merecéis un descanso. Tomad un doblón de oro y tres de plata y repartíroslo, os lo habéis ganado. Podéis tomaros lo que queda del día libre para que podáis descansar y comer caliente, pero mañana os quiero de vuelta. Hay mucho por hacer y tenemos poco tiempo.

Marchan animados los piratas en busca de placeres mundanos que aderece vida tan dura. Por seguro tras la noche de asueto trabajarán con más ganas.

Para el joven Olaf, sin embargo, no hay descanso, se siente animado por desafío tan grande, casi imposible; se encierra en el camarote entre planos, utiliza un compás, una escuadra y un cartabón dibujando en un papel su nuevo barco. Sale en varias ocasiones con un parche en su ojo derecho, que sube y baja cada vez que entra y sale del camarote o de la bodega para no quedar deslumbrado en los cambios de luces; y recorre cada palmo del barco, calculando y recalculando sus dimensiones mientras va tomando medidas a pasos, a brazas y a pulgadas, atento hasta el más mínimo detalle.

Curiosa le mira la princesa al verle tan concentrado, poco a poco su espíritu se va calmando, confía en él ciegamente y sabe que no la abandonará en manos de pretendiente tan malvado que es el hijo del emperador de Roma.

De esa manera entre cálculos y carreras pasa el resto del día el guardiamarina hasta que cae rendido a los pies del palo mayor al llegar la noche, protegiendo el sueño de su princesa. Acunados ambos por un cielo de estrellas y mecidos por luna de la Cosecha que menguante marcha cansada...

MarkadoWhere stories live. Discover now