Capítulo 14.

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Richie besa a Eddie en los labios con avidez, y el pequeño no tarda en seguir el ritmo, agitado y alegre.

Ambos se encuentran en la hamaca de la casa club, aprovechando al máximo el momento a solas antes de que lleguen los demás.

Llevan casi una semana de encuentros a escondidas desde lo del cine. Normalmente en los barrens, o tras la tienda de discos de vinilo en el centro de la ciudad, porque ahí se escucha la música y es perfecto para que Richie pueda obligar a Eddie a bailar con él un poco, aunque Eddie insista en que tiene dos pies izquierdos.

Han llegado a conocerse mucho más en el tiempo que pasan un juntos. Richie nunca pensó que amaría conocer hasta el mínimo detalle de una persona, pero ama todo de Eddie.
Ambos tratan de no pensar en que los días pasan y el tiempo corre, pero es realmente difícil no sentir ese peso cuando cada día se enamoran un poco más.

—¿Qué dices si después de esto vamos a tomar un helado?— pregunta Richie a Eddie, acariciándole la mejilla.

El más bajito sonríe de medio lado.

—Ellos comenzarán a sospechar si nos seguimos llendo tan temprano.

—Los enviamos con tu madre a jugar póker— dice y Eddie rueda los ojos. Richie agrega:—Vamos Eds, ellos no nos necesitan.

—No me llames Eds.

—Te ves demasiado adorable cuando dices eso como para no decirte así— le guiña un ojo.

Eddie se inclina un poco hacia Richie y le quita los lentes con divertida lentitud.

—¿Quieres jugar?— le pregunta Richie, divertido, y coloca a Eddie sus lentes.

Eddie abre la boca para responder, pero una voz que proviene de arriba los interrumpe.

—¿Chicos? ¿Están aquí? Ya llegamos— es la voz de Mike, y por los pasos puede decirse que, si no son todos, son varios de los chicos.

—Mierda— murmura Richie por lo bajo.

En la desesperación por separarse rápido, Richie trata de moverse de la hamaca y cae de cara al suelo. Eddie se acomoda la camisa, pero no alcanza a quitarse los lentes de Richie.

Cuando bajan los demás, la escena resulta confusa y realmente cómica.

—¿Richie? ¿Qué haces en el suelo?— le pregunta Stanley alzando una ceja.

—Se está cómodo aquí, ¿sabes?— resopla Richie—. Eddie logró quedarse con la hamaca.

—Y, por lo que veo, también con tus lentes— comenta Beverly, divertida.

Eddie no ve más que borrones frente a él y se guía acerca de quién habla por las voces.

—Richie está increíblemente ciego— comenta Eddie haciendo una mueca y, de paso, logrando que los demás rían.

Bill ayuda a Richie a levantarse (apesar de que Stan insiste en que luce bien en el suelo).

Eddie se quita los lentes, mareado por el gran aumento que tienen. Trata de bajarse de la hamaca, pero todo gira a su alrededor y cuando sus pies tocan el suelo se tambalea hacia un lado. Richie, que apenas se ha puesto de pie, corre a sostenerlo.

—Wow, Eds, luces como esos borrachos de la casa Neibolt— comenta, sujetándolo por los hombros.

—Todo da vueltas...— informa Eddie, haciendo una mueca mientras mira al techo.

—Si, pues yo no veo una mierda— toma los lentes de la mano de Eddie, sin dejar de sostenerlo, y se los coloca, luego dice:—Anda, vamos a sentarte un poco otra vez.

Ángel | Reddie AU.Where stories live. Discover now