Capítulo 2.

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Eddie, recostado en su cama y con la vista fija en el techo, recuerda su encuentro con el chico de la patineta, Richie Tozier.

Se preguntaba si volvería a verlo, y luego se preguntó porqué le importaba tanto. Había sentido algo en ese apretón ligero de manos, sin duda, y ese algo acelerará su corazón. ¿Debería alertarle a su madre sobre la posible arritmia cardíaca que estaba presentando? Mejor no, o iba a hacer su primera visita a conocer el hospital de Derry (y no, no tenía ganas de eso).

Se levantó y se asomó por la ventana. Afuera, la noche estrellada se veía mucho mejor que en la gran ciudad. Se preguntó si acaso su padre lo miraría desde aquellas estrellas.

Bajó la mirada hacia la calle, apenas iluminada por las farolas... Y entonces vio algo, o alguien, mejor dicho. El chico se escondió detrás de un árbol tan rápido que Eddie no alcanzó a verle bien (de todas formas se asustó y cerró la ventana).

—¡Ed!— le llamó su primo desde abajo—. ¡Baja a cenar!

—¡Voy!— asintió Eddie, y restó importancia al chico de la ventana.

Seguro no era nadie.

....

Richie entró en pánico. ¿El chico de ojos bonitos lo habría visto? Joder. Se golpeó la frente con las palmas de ambas manos.

—Qué idiota— suspiró.

Al menos ahora sabía cual era su casa (si, eso sonaba muy acosador), solo necesitaba un plan para hablarle.

Se le revolvía el estómago al pensarlo. ¿Richie Tozier nervioso? Demonios, ese chico no podía ser de esta tierra.

Finalmente, Richie salió de su escondite detrás del árbol y se encaminó a su casa.

Tal vez debía pedirle ayuda a sus amigos, pues los planes de Richie Tozier solían acabar con más de un herido.

....

—¿Tozier enamorado?— Beverly se largo a reír—. Esa es buena.

—¡¿Enamorado?!— Richie frunció el ceño—. ¡Por supuesto que no! Solo... interesado. Bocazas es un casanova, ¿sabían?

—N-Nadie te ll-llama así, R-Richie.

—¿Es linda?— preguntó Mike, ladeando ligeramente la expresión con sana curiosidad.

Richie cayó de golpe en la realidad. El chico de ojos bonitos era... pues un chico. Se mordió el labio inferior. ¿Debería dejar que sus amigos pensaran que era una chica?

—Tiene unos ojos preciosos— se limitó a responder, luego sacudió la cabeza—. No importa, no tengo tiempo para esas tonterías, olvidenlo.

Stanley ladeo la cabeza con ligereza.

—¿De verdad? Lucías muy entusiasmado.

—Tonterías— Richie se sentó junto a Bev y le arrebató el cigarrillo.

Se encontraban en los barrens, pasando el día de calor.

—D-Deberías invitarla a-al lago con n-nosotros, m-mañana— propuso Bill.

Richie sacudió la cabeza, pareciendo de pronto de mal humor.

Ángel | Reddie AU.Where stories live. Discover now