Capítulo 4.

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Eddie se llevó muy bien con todos. Al final, los chicos eran tan perdedores como él.

Ahora mismo se habían sentado todos al sol para secarse. Mike estaba junto a Eddie. Ben y Richie del otro lado. Beverly tomando el sol. Bill y Stan...

—V-Ven aquí— Bill le habla a Stanley, sonriendole.

Stan tiene puesta la camisa de Bill, y se inclina hacia él con una sonrisa, besándolo en los labios.

—¡Dios! ¡Busquense una habitación!— les grita Richie—. ¿Quieren matar a Bocazas de un coma diabético?

Eddie los observa con sana curiosidad y admiración. Son dos chicos besándose, atreviéndose a algo que, en esta época, aún es tan aceptado por la sociedad. Hay un cosquilleo en su estómago.

Entonces, siente que alguien lo mira y voltea. Richie, al verse descubierto, se sonroja y desvía la mirada. Eddie ladea la expresión, entre confundido y algo avergonzado. Mike le palmea la espalda de forma amistosa.

—Bill y Stan son la parejita del grupo— le comenta, sonriendo.

—¡Hey!— frunce los labios Bev en una sonrisa de picardía—. ¿No lo eramos Ben y yo?

—Beep beep Bevvie— bromea Richie y todos ríen.

Eddie se siente a gusto con ellos. Por primera vez desde la muerte de su padre, realmente se siente a gusto.

....

—R-R-Richie— habla Bill, acomodando a Silver, su querida bicicleta—. ¿P-P-Puedes lle-llevar a Eddie a su c-casa? Y-Yo y Stan i-iremos a s-su c-casa.

Antes de que Richie pueda responder, Eddie habla apresuradamente (¿a solas con Richie? Ni pensarlo):

—Puedo irme solo, no te preocupes.

Richie rodea a Eddie por los hombros con un brazo en un acto de valentía.

—Vamos, Eddie spaguetti, yo no voy a secuestrarte.

—No me llames así— protesta Eddie. Luego suspira—. Está bien.

Se despide de todos y, antes de darse cuenta, está pedaleando con Richie a su lado.

¿Por qué lo pone tan nervioso?

....

Richie agradece a Bill para sus adentros. Esto es prácticamente una segunda oportunidad, después de arruinarlo todo en la primera presentación (culpa de su hermosa y gran bocota).

A unas cuadras de la casa de Eddie, bajan de las bicicletas y las arrastran a su lado, caminando en un silencio extraño. Richie odia el silencio pero, por primera vez, se le escapan las palabras.

—Aquí es— señala Eddie una casa con tranquilidad.

—Bonito champiñon, Eds.

—¿Es que no puedes simplemente llamarme Eddie?

—Lo siento.

—Adiós.

—Espera, Eddie— Richie lo toma del brazo—. ¿No quieres...salir conmigo?

Eddie lo mira, confundido.

—Creía que ya habíamos quedado todos para mañana— dice, ladeando ligeramente la expresión.

Ángel | Reddie AU.Where stories live. Discover now