Cap. 76: Idas y Llegadas

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-Debería irme.- dije mientras la alarma seguía sonando.

-Deberías irte.- concordó conmigo, pero aun así tiró de la falda bajándola solo un poco.

-Quizás tú...- comencé algo crispada.-Podrías irte conmigo.- sugerí sonando lo más desinteresada que pude.

Una sonrisa se esparció por su rostro, más divertida que insinuante, luego sus manos estaban lejos de mí, al igual que el resto de él. Lo miré con el ceño fruncido mientras se acomodaba dentro de las sabanas, lo que interpreté como una obvia negativa.

-Es muy temprano, prefiero dormir.-

Me alcé apoyándome sobre los codos, con los ojos abiertos de par en par y una queja en la punta de la lengua. Él acababa de reemplazarme por unas horas de sueño, prefería quedarse sólo roncando en el hotel que volver conmigo a casa de Chris y roncar ahí con mi persona acompañándolo.

-Sé que estás pensando, ¿pero no crees que sería difícil de explicarle a Richard por qué estás con alguien?.- me quedé callada, considerándolo.-Exacto, mala idea. Será mejor que te vayas.- y con eso me estaba echando.

Me bajé de la cama, arreglé mi cabello y luego fui hacia la puerta tratando de recordar el momento en que Seth se había vuelto tan controlado. Quizás muy en su interior existía alguien pensante que convivía en paz con su yo agresivo, con su yo impaciente, con su yo infantil, con su yo intenso y que los ordenaba. Tal vez yo necesitaba una Laila pensante también.

-¿Vas a visitarme?.- pregunté ya desde la puerta.

-Voy a pensarlo.- contestó sin dignarse a mirarme.

-Yo podría venir.- “¿Qué demonios estás diciendo?” chilló una vocecita.

-Iré si tú quieres.- dijo.

-En ese caso espero verte en la tarde.- prácticamente sonó como una orden.

-Claro.-     

Esa misma tarde fui a abrir la puerta cuando eran cerca de las seis de la tarde y no me molesté en tratar de no sorprenderme, ya que creí firmemente durante toda la mañana que decidiría hacerse el difícil y que me dejaría esperando. Pero no, llegó y se fue a sentar al jardín trasero con Chris y Emily, para cuando me uní a ellos él y la niña discutían el nombre del gatito. Hablamos acerca del otro gato, Piojo, el cual pronto quedaría en el olvido gracias a la llegada de Bicho, sí, ese sería el nombre del nuevo minino.

Las primeras horas sólo nos quedamos estirados sobre el pasto hablando, Seth con Chris acerca de cosas de chicos, y Emily y yo acerca de televisión y muñecas. Más tarde mi hombro chocaba con el de Seth misteriosamente, ya que no me había dado cuenta del momento exacto en que el pasto me arrastró a su lado. Entonces Chris se llevó a Emily a su habitación y nos miró con cierta complicidad. Lo siguiente que hice fue fijarme en la casita del árbol, Seth siguió mi mirada y soltó una carcajada al verla. No fue necesario decirle que me siguiera dentro, aunque sí tuve que explicarle que no pensaba hacer nada más aparte de hablar. De todas formas no me quejé las veces en que se atrevió a robarme algún beso.

Los siguientes días me reuní con Rita en diferentes lugares, como el parque, una tienda de ropa, el cine, su hotel y en la casa de Chris. Me contó que se estaba quedando en casa de una prima cuando Seth prácticamente la chantajeó para que viniera, aunque me aseguró que no estaba para nada arrepentida y que se estaba divirtiendo. También me contó que gracias al viaje se había encontrado con Will antes de lo que habían planeado, porque sí, se planearon un tiempo junto en vacaciones. A estas alturas ya veía su relación yendo a lugares épicos donde absolutamente nada podía separarlos, y aunque suene estúpido, espero que no terminen nunca.

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