Cap. 76: Idas y Llegadas

28.1K 1.3K 189
                                    

Había demasiadas personas alrededor, lo que me estaba haciendo la tarea de despedirme algo incomoda. Esto no significaba que acababa de convertirme en una tipa tímida de un momento a otro, no, significaba que la gente incorrecta estaba alrededor. Los extraños que iban de un lado a otro arrastrando maletas me daban igual, no así lo hacían Amaranta y Keith, quienes me miraban a mí y a Seth expectantes, como diciendo “¿Ya? ¿Pueden darse un apretón de manos para irnos?” La respuesta era no, no podía darle un apretón de manos cuando esta iba a ser, creo, la última vez que nos íbamos a ver por el resto de nuestras vidas.

Quedaban cerca de quince minutos antes de que su tren partiera para llevarlos de vuelta a casa, luego pasarían algunos días allí y se irían durante unas semanas a Rusia a hacer no sé qué cosas. Lo más probable es que en Rusia conociera a alguna gigantesca modelo con un acento más bonito que el mío, luego se daría cuenta de lo idiota que fue al dedicarme tanto tiempo y se reiría de sí mismo, ya listo para conquistarla. Y lo lograría, y ella babearía por él y cuando Seth volviera a Londres se escribirían cartas que enviarían por medio de palomas u otro tipo de pollo. No sabía si estaba contenta por él y la rusa o no, por suerte mi mente encontró mucho más interesante pensar en la clase de pollo que usarían.

-Entonces... son las 15:47.- informó Keith haciéndose el desinteresado.

-Deja que me tome mi tiempo.- gruñí. Últimamente mi voz no sonaba encantadora cuando me dirigía a él y la verdad no me interesaba que alguien se diera cuenta.

-¿Por qué no van a comprar algún tentempié para el camino?.- sugirió Seth.

-Sí, perfecto.- aceptó Amaranta tomando a su hermano mayor del brazo.-¡Odio morir de hambre en el camino!.- agregó mientras se alejaban.

Agité mi mano en su dirección con una sonrisa, fijándome especialmente en ella e ignorando lo mejor que pude a Keith.

-Vamos.- me llamó Seth al momento en que comenzaba a andar.-Se siente menos raro si nos movemos en vez de quedarnos de pie como tontos.- observó.

-Wow, a veces eres inteligente.-

-¿Cómo que a veces?.- preguntó.-Soy brillante todo el tiempo.- aseguró, viéndose tan serio que no pude evitar reírme.

-Quizás, pero mi genialidad opaca toda tu brillantes.-

-¿De verdad quieres discutir quién es mejor?.- quiso saber, alzando una ceja.

-No nos molestemos, es obvio quién ganaría.-

-Yo, claramente.-

-En tus sueños.- dije dándole un codazo.-Nos quedan unos diez minutos.- agregué luego de ver un reloj en la estación.

Seth alzó la mirada como para verificar que sí supiera ver la hora y luego asintió mientras me miraba y decía “Si somos tan geniales y brillantes sabremos usar esos diez minutos”

Hace tres semanas Seth llegó con gatos y con varios de mis amigos. Hace tres semanas descubrí que Keith era un perfecto idiota y por defecto descubrí que yo también lo era por haberme creído todo. Hace tres semanas Seth y yo nos encerramos en una habitación de hotel a ver The House at the End of the Street. Hace tres semanas traté de escaparme luego de estar con él, pero no funcionó.

En un momento él simplemente me estaba besando, pero la siguiente vez que abrí los ojos ya estaba recostada sobre el colchón tratando de quitarme todo lo que acababa de ponerme. O así fue hasta que un molesto pitido llenó la habitación interrumpiéndonos. Ambos nos quedamos en pausa, Seth había llegado de alguna forma misteriosa hasta el borde de mi falda y esperaba con dos dedos enganchados en la pretina.

DescontrolWhere stories live. Discover now