Epílogo

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La noche luego de la batalla final.

Herido. Maltratado. Olvidado.

Matt luego de rogar para que alguien lo encontrará y lo sacará de aquel contenedor que estaba siendo vencido por el peso de un gigantesco escombro. Le quedaba poco espacio y se filtraba muy poco oxígeno. Se había dado por vencido. El equipo de ayuda de la policía, bomberos y médicos se habían marchado con todos los cuerpos que habían encontrado, entre ellos, el de su hermano. Había escuchado su nombre, "Billy", cuando un compañero de la fuerza lo reconoció. Claro, también pudo ser él, pero algunas cosas los destiguian.

Iba a morir ahí, nadie lo sacaría. Su hermano estaba muerto y todo era gracias a Blue Night, el héroe. No era un héroe, él sólo sembraba muerte a su paso.

Escuchó las helices de un helicóptero. El pájaro de metal bajó de los cielos y se escucharon pisadas fuertes. Militares. Luego unas lentas, que se acercaban donde él. Una voz dijo: "Hay alguien ahí, saquenlo".

Sin tardarse un segundo, los soldados abrieron el contenedor con cierras especiales y Matt quedó expuesto ante linternas que llevaban en los rifles. La dama que tenía un rastreador con firma de calor lo había detectado. La joven lo vio y le sonrió.

—Te ves molesto y muy enojado —Le extendió la mano para que se levantará— ¿Quieres desquitarte?

Matt tomó su mano y apretó con ira pero no tan fuerte.

—Claro que quiero... Quiero arrancarle la cabeza a Blue Night.

El sonido de un helicóptero despegando lo despertó. No lo creía posible luego de todo. Seguir vivo aunque destruido y humillado. Siseó con esfuerzo hasta la superficie mientras se seguía lastimando. Hasta que, finalmente, pudo levantar su único puño en alto de entre los escombros con la máscara pérdida de su enemigo entre sus dedos.

Crystal, 2009.

Un pelotazo había caído directo en su rostro, tirándolo al suelo. Ocasionando que todos los niños presentes en la cancha de basketball se burlaran de él.
Desde encima de las gradas bajó una niña de cabello castaño y tomó la pelota entre sus manos.

-¡Lanza el balón, chica! -gritó Luke, de nueve años a la niña.

Ésta con todas sus fuerzas lo lanzó directo hacia su estomago, el cual logró agarrarlo no sin caer sentado por la fuerza del tiro, causando que ahora se rieran de él.

La niña se agachó y miró a Alexander quien la miraba anonadado, como si ella fuera un ángel.

—¿Estás bien? Él es un tonto —dijo la chica. Ambos cruzaron miradas. Por primera vez, sus ojos verdes se cruzaron con los grises de Alexander. Ambos se sonrieron inocentemente-. Me llamo Veronica. Veronica Mayers, ¿y tú?

—Alexander. Alexander Smith —contestó.

Ninguno sabía que los esperaba en el futuro y tampoco si estarían juntos por siempre. O si se alejarían entre ellos. Pero ese día el destino les ato un hilo rojo y cada uno era una punta. Y tarde o temprano, su camino siempre se entrelazaría cuantas veces sea necesario para que se mantengan juntos.

Blue Night: El inicio de un héroeWhere stories live. Discover now