Afrontando los miedos.

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-No sé qué te pudo haber sucedido, pero en la vida tienes que intentarlo siempre aunque hayas caído a lo más bajo porque esa es la única forma de conseguir algo verdaderamente valioso-

Eish! Como odiaba que tuviese razón.

-Pero es difícil, existen las inseguridades y el miedo, a eso súmale el hecho de que el mundo a nuestro alrededor no es el propicio para…-

-Alguna vez una persona muy inteligente y acertada me dijo que si nos preocupásemos por las opiniones de los demás no seriamos capaces de vivir- soltó con una enorme sonrisa.

Maldito!!!! Me silencio con mis malditas palabras.

-Te odio- sisee mientras tomaba la manija de la puerta de la habitación en la que se encontraba mi madre.

-Tú me amas cariño- sonrió socarronamente mientras que la ira comenzaba a recorrer mi cuerpo haciendo que tuviese más de valor que antes.

~~~***~~~

Estaba atrapado, Cloe no aparecía por ningún lado y su madre me ponía lo suficientemente nervioso como para comenzar a creer que en mi vida pasada fui un ladrón, asesina niños y además un mentiroso pues mi suerte es una perra.

Le estaba platicando a su madre acerca de cómo habíamos descubierto a _____ y como le habían pedido que ingresara a la agencia, claro que omití aquel pequeño incidente en el cual casi la mate del susto ya que ella pensaba que yo era un secuestrador.

Voces fuera de la habitación llamaron mi atención, discutían no de manera acalorada pero si discutían acerca de algo que yo no podía comprender producto de la diferencia lingüística, me gire un poco para ver como las dos siluetas se acercaban a la puerta de la habitación y la más pequeña se me hacía bastante familiar.

Llego- pensé lleno de alivio.

Cuando la puerta se abrió dejo ver a mi pequeña hada gruñona, se veía tan hermosa como la recordaba aunque se veía un poco enfadada (que novedad) y detrás de ella estaba un chico casi tan alto como yo, moreno de rasgos fuertes y masculinos que llevaba una enorme sonrisa surcando su rostro, la cual sentía la creciente necesidad de quitársela de un golpe.

Cálmate Kris, recuerda que tú eres pacifista- murmuro una pequeña voz en mi conciencia.

Ella abrió mucho sus hermosos ojos grises cuando me vio y no pude evitar sonreír.

-Tanto tiempo sin verte- pronuncie en chino haciendo que la castaña sonriera.

-Bastante- respondió en el mismo idioma y pude ver como el chico que estaba detrás de ella arqueaba una ceja sin entender lo que estaba sucediendo delante de si -¿Cómo has estado?-

-¿Tu como estas?- no podía mentirle diciéndole que bien. Me había sentido como la mierda en su sentido más literal.

-No lo sé, es difícil definir el sentimiento- se encogió de hombros y sonrió levemente.

Sus ojos no brillaban de la manera que me gustaba a mí, su piel estaba más blanca de lo normal y su sonrisa no era la sonrisa que solía caracterizarla. Ella no era la misma mujer que había visto hace una semana atrás, esta era una mujer cansada y dolida, una persona golpeada por la vida, una chica vulnerable. No era mi ______.

-En realidad me siento cansada- musito en coreano y sonrió levemente mientras caminaba en dirección de la camilla en la que se encontraba su madre -¿Hace cuánto llegaste?-

Sentía la creciente necesidad de estrecharla en mis brazos y decirle que todo iba a pasar, que todo iba a estar bien, pero yo no era capaz de asegurarle nada en estos momentos.

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