36. With a little help from my friends.

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Alba.

- Sabela es genial y es súper guay lo de el taller con música que nos ha contado-  me hablaba Julia de camino al metro.

- Es un proyecto muy bonito, Natalia esta muy ilusionada. 

- ¿Que tal con ella?

- Genial, como siempre. Es un bebe grande pero luego cuando quiere se pone súper seria y te habla de temas importantísimos y tiene tanta inteligencia emocional Juls, no te haces una idea, es que no siquiera tengo que decirla nada para que ella sepa lo que necesito. Es increíble- ¿ que podía decir? Hacía tres años que aquella chica de pelo larguísimo y piernas infinitas me había robado el corazón o más bien se lo había entregado yo misma en bandeja de plata. 

-Sois couple goals- bromeó la gaditana- ¿Y no sé, no habéis pensado en iros a vivir juntas?- sabía que era cuestión de tiempo que aquel tema saliese, mucho estaba tardando.

-Pues no, no ha surgido el tema. Estamos muy bien así, cada una tiene su espacio su individualidad y cuando nos apetece pues invadimos la casa de la otra durante unos días y ya esta- la repetí aquel discurso que tan bien aprendido tenía, se lo había repetido a mis padres, a mi hermana, amigos...

- No si ya pero eso también lo podéis tener viviendo juntas. No tenéis porque convertiros en una pareja lapa de esas. 

- Nos va bien así ¿por que cambiar algo que funciona?- estaba empezando a hartarme del dichoso tema.

- Vale vale.

- Bueno ¿ y tu que? No me cuentas nada de tus escarceos amorosos.

- Eso es porque no hay nada que contar.

- ¿Que fue del chico ese que conociste en la discoteca aquella tan cutre?

- Resultó ser aún más cutre que la discoteca.

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Sabela.

Llegué con prisas al centro social, era pronto aún pero me gustaba siempre llegar antes de mi hora y así poder organizar el día con calma. Me gustaba mi trabajo, tratar con niños y adolescentes que sufre en el día a día era muy gratificante, ver como crecían en aquel espacio libre de problemas o discriminación. No todos tenían la suerte de tener una familia que les quisiera y cuidara como debía ser por eso recurrían al centro, para obtener esa ayuda con los deberes o con los problemas del día a día que no recibían en casa. 

Hacía poco que había empezado un nuevo proyecto con mi compañera Natalia, se trataba de un taller que utilizaban la música como vía de escape, les enseñábamos a tocar instrumentos, nociones básicas de música, les descubríamos nuevos artistas en los que pudieran verse reflejados... La música siempre me había apasionado por lo que utilizarla de esta manera combinando dos cosas que adoraba me parecía simplemente brillante. 

- Buenos días- saludó Natalia entrando en mi clase.

- Buenos días.

- ¿Te gustó el restaurante de anoche? ¿Estuvo bien verdad?

- Fue muy guay, tanto la cena como la compañía excepto cuando nos dejasteis tirada para escaparos al baño- bromeé.

- Ya bueno lo siento por eso.

- Parecíais dos adolescentes.

- Eso es lo mejor ¿sabes? llevo tres años con Alba y nuestra relación ha sido así desde el principio. O nos comportamos como dos adolescentes encoñadas o somos una pareja formal adulta y seria, no tenemos punto medio.

AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora