27. Unexpected.

2.8K 128 11
                                    

Alba corría, si se le puede llamar así, entre la gente que se amontonaba un viernes por la tarde en la calle Preciados de Madrid. Llegaba tarde, algo habitual en ella que ponía de los nervios a sus amigos, especialmente a María quien era justo la persona que la esperaba en Callao. Hoy todo la salía mal.

Estaba ya muy cerca de su destino, lugar donde María la debía estar ya esperando. Cuando llegó no encontraba a la rubia, intentó divisar algo poniéndose de puntillas pero ni aún así.Movía su cabeza hacía todos los lados pero ni rastro de María. Una mujer recogiendo firmas, un grupo de amigos y una chica colocándose una guitarra. A Alba la surgió curiosidad, la encantaba la música y había descubierto en las calles de la capital mucho talento. Se acercó un poco, lo suficiente para poder escucharla. La chica era bastante alta, tenía el pelo de color rojo oscuro y llevaba un gorro verde militar. Empezó con una canción que no conocía, sonaba bien y su acompañamiento con la guitarra era confiado, claramente la chica sabía lo que hacía. Para la segunda canción ya se había amontonado un pequeño grupo de gente. Esta vez cantaba una de Ed Sheeran, la gente empezó a dejarla monedas y ella sonreía a todo el mundo que le dejaba algunos euros en la funda de la guitarra. 

Su sonrisa era preciosa, al igual que su voz la cuál cuativo a Alba y la chica era guapísima a un nivel difícil de describir, era una de esas personas que si te las cruzas por la calle o el trasporte público te generarían un crush instantáneo. La rubia estaba dispuesta a sacar algo de dinero de su monedero para dejarlo en aquella funda cuando una mano tiró de su brazo. 

- Lo siento tía, el metro iba como el culo hoy. Venga vamos que ya llegamos tarde- dijo María tirando de ella. 

Era el cumpleaños de su amiga Júlia y la habían preparado una fiesta sorpresa, fiesta que ahora peligraba por la tardanza de las dos rubias. Alba lamentó los acontecimientos, realmente la hubiese gustado quedarse escuchando a aquella chica. Intentó hacer memoria, era incapaz de recordar si las redes sociales de la chica estaba apuntadas en algún lado, era algo típico de los artistas que tocaban en la calle. 

                                             ----------------------------------------------------

Habían pasado unos días y Alba había sido incapaz de quitarse a la misteriosa chica de la cabeza. Preguntó a sus amigos por si alguno la había visto antes pero nadie tenía ni idea. Estaba continuamente tarareando aquella primer canción aunque no supiera de que se trataba esa melodía, una tarde decidió cantársela al móvil, Google le dió la respuesta Wild love de James Bay.¿Ahora que? ¿Buscaba entre todos lose seguidores de James Bay a la chica?

Era imposible, no iba a encontrarla y debía empezar a asumirlo. En Madrid vivían millones de personas y las calles eran ocupadas por miles de cantantes al día, cientos serían mujeres, quizás más de una veintena eran mujeres acompañadas por la guitarra ¿cuál era la probabilidad de que la volviese a ver? A Alba no se la daban muy bien las mates por eso no tenía ni idea de cuál era el número exacto pero era consciente de que este sería muy bajo.

Se olvidó, no iba a encontrarla así que lo dejó estar, por lo menos había descubierto a un cantante nuevo que la flipaba. 

                                                 ------------------------------------------

Pasaron semanas, Alba había cruzado por la plaza numerosas veces pero siempre sin éxito. Era viernes, como el día que la vio por primera vez, a las siete y media, como el primer día que la vio. Paseó por toda la plaza para acabar descubriendo que la chica no estaba allí.

Alba volvió a casa, se ducho y cenó para luego empezar a prepararse. Sus amigos y ella iban a salir un garito de Chueca. La sala abría a las once de la noche y desde esa hora hasta las doce y media había ciertas actuaciones. 

Cuando llegaron el sitio ya estaba súper lleno así que, a petición de María, se quedaron cerca de la barra. 

El primero en actuar fue un chico alto castaño que iba acompañado de su guitarra, su amiga África se quedo embaucada del cantante cuyo repertorio se basaba en Ed Sheeran. Después de él actuaron dos chicas, una tocaba la guitarra y hacía algunas segundas voces mientras que otra más alta era la vocalista. Al terminar las chicas hubo un pequeño descanso el cuál Alba paso tonteando con uno de los camareros por eso no se dio cuenta cuando la tercera persona empezó a cantar.

- Joder Alba ¿esa no es la canción con la que llevas en bucle como tres semanas?- preguntó María llamando su atención. 

Alba no se lo podría creer, la había encontrado en el lugar más inesperado. 

- La tía esta buenísima- comento África.

- Tienes que hablarla Alba, llevas semanas súper pesada hablando de ella- la animó Joan. 

Aparte de la, ya famosa, canción la chica cantó dos más. Una cover de una canción de Amy Winehouse y en otra como en acústico en castellano. Alba quedó más alucinada aún si cabe.

- Si no la hablas tu voy a hacerlo yo - intento picarla María pero no hacía falta por que la rubia, que ya llevaba alguna copa, había decidido acercase a hablar con ella. 

Un rato después la cantante se acercó a la barra y Alba, empujada por sus amigos, se acercó a ella.

- Hola, esto te va a parecer rarísimo pero te ví hace un par de semanas en Callao y me quedé flipando. Me descubriste a James Bay y llevo desde entonces en bucle - dijo de carrerilla la rubia.

- Me alegro de que te gustase- respondió sonriendo dejando ver unos pequeños dientes que a Alba la resultaron adorables.

- Me gustó mucho, tanto que desde entonces he estado buscándote- mierda pensó alba en cuanto lo dijo, eso no había sonado nada bien, por suerte la pelirroja oscuro se río.

- Normalmente no tocó en la calle sino en bares o salas como esta pero llevaba un tiempo sin poder hacerlo y tenía mono- explicó tranquilamente.

- Pues me no sabes cuanto me alegro de que lo hicieras. Soy Alba por cierto- se presentó la rubia.

- Natalia, encantada. 

La había encontrado, la chica pelirroja que robó su atención cantando en la plaza Callao. La había encontrado pero en ese momento la rubia no tenía ni idea de lo que es chica iba a suponer para ella. El amor de su vida llegó de manera inesperada, llegó para quedarse y acompañarla hasta el último de sus días.

Supero cursi para compensar la angustia del último. Muchísimas gracias por el apoyo.

AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora