𝙝𝙤𝙢𝙚

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La mañana siguiente me desperté en mi antigua habitación. En esta habitación ha pasado de todo. Mi primer beso con el vecino. Las interminables tardes con mi mejor amiga. Los llantos por la pérdida de mi padre.

Me levanté de la cama y me puse una sudadera que encontré por allí encima. Olía a mi hermano. ¿Por qué hay ropa de mi hermano en mi habitación? No puede ser.

Me dirigí a mi antiguo armario, dónde dejé algunas ropas antes de irme de casa, y lo abrí. Al instante un olor a colonia de hombre y suavizante llegó a mis fosas nasales.

-Será cabron-. Se había apoderado de mi armario. Vale, ya no lo usaba, pero sigue siendo mío.

Salí al comedor y me encontré a mi madre en la cocina preparando el desayuno.

-Buenos días mamá-. Mi notado acento inglés resonó por la pequeña cocina. Oh, no lo había contado. Mi madre es medio inglesa medio coreana. Su padre es de aquí, Busán, y su madre es de Bath, un pequeño pueblo inglés. Con ella mi hemano y yo hablábamos inglés, a veces, o chapurreábamos entre los dos idiomas.

-Buenos días cariño-. Contestó ella con un perfecto acento inglés. -¿Llevas una sudadera de tu hermano?-. Miró mi vestimenta.

-Sí-. En ese instante apareció el rey de Roma. -Resulta que alguien se ha apoderado de mi armario-. Hice énfasis en el "mi". El susodicho soltó una carcajada y se acercó hacía nosotras. Le dió un beso a mi madre en la cabeza y luego se acercó a mi.

Él se puso a mi altura y sonrió.

-Ya no es tuyo-. Me besó la frente y yo fruncí el ceño.

-Si lo es-. Contesté yo.

-No lo es-.

-Si lo es-.

-No lo e-.

-¡Tortitas!-. Gritó mi madre, cortando así a mi hermano y autoproclamándome ganadora de nuestra pequeña discusión. Los dos corrimos hacia la pequeña barra que separaba la cocina del comedor y nos sentamos en los taburetes de madera.

Durante esa mañana olvidé totalmente que era una idol conocida mundialmente, que había suspendido el final del tour, que millones de fans se preguntaban dónde estaba y porqué había desaparecido y, lo más importante, lo había olvidado a él, por un par de horas sí, pero lo había olvidado. Aún no sabía si lo que tenía que hacer era olvidarlo o preguntarle que qué estaba pasando, si se encontraba bién, si le había pasado algo...

-¿Queréis ir a pescar?-. Preguntó mi madre.

Hyunjin y yo estábamos jugando al Fornite en la play, pero cuando nuestra madre nos hizo la pregunta los dos giramos nuestra cabeza hacia ella. Nos encantába pescar, desde pequeños. Al nacer en un pueblo pescador casi todos los niños sabían poner un anzuelo.

-¡Si!-. Los dos respondimos a la vez y apagamos la videoconsola sin acabar la partida.

Fuimos a cambiarnos. Hoy hacía buen dia así que me decidí por algo cómodo pero fresco.

Me hice una coleta y no me molesté ni en ponerme las lentillas. Me puse las gafas que usaba para estar por casa y salí al comedor.

Mi hermano ya estaba listo.

-He dejado todo en el coche, pero hay que pasar a comprar cebos-.

Asentí contenta. Hacía años que no íbamos a pescar, la última vez fué...

La última vez fué con mi padre. Una ola de tristeza me invadió llevándose toda la emoción en menos de dos segundos. Hyunjin me miró, y creo que dedujo que me pasaba.

𝙞𝙙𝙤𝙡 | 𝙟𝙟𝙠Where stories live. Discover now