Cuidado con los que se tragan sus palabras que a veces son los únicos que de su verdadero objetivo no se han distraído jamás.
¿Qué pasa flaquita?
—Ya no me late que lo sigamos haciendo.
¿Ya no te gusta?
—No, no es eso. Me encanta, pero siento que algún día nos van a torcer.
Ya niña, no te preocupes, todos lo hacen.
Y entonces embelesados en el acto, mientras degustaban de la correosa carnada plástica, una colosal red se levantaba atrapando ambos conejitos rosados.
* * * * * * * * * * * * * * *
Toda mentira, cuan matrioska, esconde dentro de sí cualquier cantidad de mentiras similares o aún peores.
Desde el instante en que decides mentir, todo lo demás, aún por más verdadero que sea, comienza a desplomarse como castillos de arena alcanzados por la marea.
La poesía se fue con la marea. Pasa al texto 11.
Cuidado con los que no dan crédito a las palabras. Pasa al texto 51.
Nuestro castillo de arena. Pasa al texto 15.
YOU ARE READING
Prométeme que jamás escribirás esto
Short StorySINOPSIS ¿Por qué un collage de microficciones? Por la misma razón que pasan demasiado tiempo las puertas de los refrigeradores abiertas: todos buscamos respuestas, pero quizá no las encontramos por la misma razón que un ladrón no encuentra a un pol...