So f*cking close [{COMPLETA}]

Capitulo VIII

Mi padre se restregó la frente meciendo su vaso de brandy mientras tamborileaba los dedos sobre su escritorio, volvió a subir la mirada hasta mí lanzando un suspiro tenebroso mientras negaba con la cabeza para observar a Solomons sentado en la poltrona frente a él.

– ¿Me pides permiso para cortejar a mi hija? – Cuestionó observando a Alfie delante de él – ¿ y tú estás de acuerdo? – Me miró a mí mientras asentí, se llevó ambas manos al rostro – Alfie, sabes que hoy vendrán a pedirme la mano de Lucrecia ¿no?

– Si, suegro – Sonreí atragantándome con el humo del cigarrillo que me fumaba.

– No me llames así – Advirtió mi padre bebiendo de su licor – Panquesito estás en edad de aceptar al hombre que quiera cortejarte por ti misma – me sonrió rascándose la barba – si llegas a hacerle daño a mi niña, usaré a tus mismos hombres para que te corten en trozos pequeños, te pongan dentro de un cubo, lo llenen de cemento, y luego te maten.

– Sí, señor – Respondió asintiendo.

– Y supongo que esto te llevará a pedir la mano de mi hija.

– Si fuera por mí la pediría de inmediato, suegro...

– No me llames...

– Pero su hija es algo complicada – Continuó diciendo mientras me observaba por sobre su hombro, mi padre sonrió. Tocaron a la puerta e Inés se apareció con una sonrisa.

– Señor, los Shelby están aquí – Anunció.

– Que pasen Inés.

– ¿Los Shelby? – Repetí viendo a mi padre girarse en su bergere hacia la puerta, él asintió
– ¿Qué hacen aquí?

– ¿No te has enterado, panquesito? El joven que quiere pedir la mano de tu hermana es el hermano menor de Thomas Shelby – Apenas hubo terminado de decir su nombre, el recién nombrado entró por la puerta envuelto en un traje gris, de su brazo una alta, esbelta y rubia mujer en un vestido de seda verde, sonreía con los labios de ópalo.

Mi padre y Solomons se levantaron de su asiento para recibir el saludo de Thomas, al tiempo en que toda la prole de Shelby entraba en el despacho.

– Vladimir, permítame presentarle a mi esposa Grace Shelby – La rubia le sonrió estirando su delicada mano a mi padre, quien la estrechó para luego besarla en ambas mejillas – Grace, él es Alfie Solomons, y la señorita Amaranta.

– ¡Amaranta! – Me llamó acercándose a mí, era toda una esposa trofeo de la alta sociedad, sonreí, tomando sus manos para besarla en las mejillas.

– Grace, al fin puedo conocerla.

– Lo mismo digo, he escuchado mucho de usted por mis cuñados y mi esposo – Comentó mientras Thomas presentaba con mi padre al resto de su familia.

– Por favor siéntase cómoda en nuestro hogar.

– Ahora seremos familia – Había algo en ella que no me parecía del todo sincero.