FINAL

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Cuando Scarlett sintió los brazos de Marco enrollarse en su cintura, se arrepintió por el plan que se iba a realizar. El rubio fue y siempre será su primer amor. Pero cuando su celular vibró en su bolsillo trasero, recordó lo que le había hecho y con ella es mejor no meterse, toda Alemania sabía eso.

Mientras la pareja llega al edificio, Mackenzie no podía dejar de caminar de un lado al otro. Era imposible creer lo que estaba viviendo, jamás pensó que Marco fuera esa clase de persona. El celular de la estadounidense empieza a sonar y esta contesta sin mirar quién era, pensando que era alguna de las chicas.

—Mackenzie Sophia Brady, ¿por qué no me haz llamado más? —la castaña casi vomita cuando escucha la voz de Tom, su hermano. Eso era lo que le faltaba.

—L-lo siento, he estado ocupada. ¿Sabes, Tom? Te lla...

—Estás tartamudeando y no haces eso —Kenzie se golpea la frente con la palma de su mano y el quarterback parece escucharlo—. No me digas que los rumores son ciertos, Mackenzie.

—Deja de llamarme así, por favor. ¿De qué rumores hablas? No entro en ninguna red social desde hace días.

—La gente ha estado diciendo que tu novio alemán nunca terminó con su ex —la modelo empieza a toser sin control y ya se veía así misma contándolo todo—. ¡Oh my god, it's true! (oh por dios, es verdad) ¡Mackenzie, te juro que voy a ir a Alemania a por ese rubio!

La pequeña Brady se sienta a explicarle todo con detalles a su hermano para lograr calmarlo y él le termina dando consejos para cumplir el plan. También le hace prometerle que no va a dejar Boston, pero ya sabía que lo tendrá en su apartamento mañana, junto a los mosqueteros. Brady no es Brady, sin Edelman y Gronkowski. Además, Gisele también podría ir al viejo continente.

Los mensajes de que ya estaban cerca, enviados por Scarlett, hacen que la fatiga volviera a aparecer en ella y que su respiración se agitara. Mackenzie no cree que podrá ser capaz de hacer esto.

La puerta del lugar se abre y la estadounidense suelta un quejido sonoro, va a comenzar la función. La risa de Scarlett la hace imaginar que Marco le está dando mimos y sus ojos verdosos se llenan de lágrimas. Mackenzie Brady, no es tiempo para tus dramas.

Scarlett espera con ansías que Marco le diga que va a su habitación para terminar con la farsa. Aunque, cuando ve como abre la puerta de su cuarto y cambia su expresión de golpe, su corazón se hundió un poco más. Que infierno les ha hecho vivir un futbolista.

—¡Sorpresa! —exclama Kenzie, fingiendo emoción. Sinceramente como actriz, era buena modelo.

Marco tira la puerta asustado y sale corriendo a abrazarla, como si estuviera feliz de verla, a pesar del pánico que sentía. —¡Kenz! ¿Qué haces aquí? Te extrañé tanto, amor.

—Decidí sorprenderte, cariño. Recuerda que me dejaste las llaves de repuesto —la castaña toca el puente de su nariz con su dedo y él arruga la cara, sintiendo como el aire le faltaba en sus pulmones.

El alemán se aleja lentamente de su novia y le da la espalda por varios segundos para poder practicar su mejor cara de dolor cuando lo descubran.

Marco nunca se dió cuenta de que estaba jugando con Scarlett y Mackenzie, debido a estar muy concentrado en entender cómo podía sentir amor hacia ambas. Dicen que si estás entre la espada y la pared con dos personas, tienes que elegir a la segunda, porque si amaras a la primera no te fijarías en nadie más, pero Marco no podía dejar atrás los momentos que compartió con Gartmann y como ella estuvo cuando nadie más lo hizo.

Sin duda, se acopló a vivir en una gigantesca mentira y quizás llegó a pensar en que su secreto nunca saldría a la luz, pero la verdad siempre gana y este no era un caso distinto, por más que Reus creyera que sí.

mal | marco reusWhere stories live. Discover now