❝Capítulo dos.❞

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Dos días después, concretamente cuando el sol estaba bajando decidido para regresar a su casa y esconderse en el horizonte, un omega con dieciocho años ya vividos se encontraba con los codos apoyados en la barra de la cafetería, agarrando su cabello. A un lado, un muchacho también omega de cabello rubio; acariciaba su espalda e intentaba transmitirle apoyo.

—Vamos JungKook... Mira el lado bueno, no tendrás que seguir trabajando y sufriendo los insultos tu padre.-

Jimin intentaba darle de alguna forma el apoyo necesario para que pudiera ver el lado positivo de las cosas y es que había pasado el plazo de su padre, casi, y no había encontrado trabajo, había buscando los dos días después de trabajar en la cafetería; Que era su trabajo de la mañana. Y había encontrado algunos locales, pero los jefes y los trabajadores le habían rechazado argumentando que era muy joven como para trabajar en sus oficios, que era una completamente mentira, JungKook lo sabía.

—Sí... Me libraré de eso, pero imagínate que el alfa que me compra me trata peor, quiere que le cocine, que agache la cabeza cuando me hable, que me obligue a hacer cosas que yo no quiero, que me marque a la fuerza o que me maltrate más que mi padre...-

Jimin hizo un pequeño puchero, y es que, ser vendido era como jugar al bingo, si ganas, que es complicado, te puede tocar un premio aunque fuera muy poco probable. Y si pierdes, no te toca nada, pierdes y ya está, pierdes el dinero que has invertido para comprar dos cupones. Demasiado probable.

Ser vendido es una loteria, tienes la muy pequeña probabilidad de que el alfa que te compre sea bueno, te quiera y te cumpliera algún capricho. Y luego está la gran probabilidad de que el alfa que te compre sólo te quiera para su propia diversión y era comprensible.

—Vamos... No te desanimes, seguro que tu padre no es capaz de hacerlo...-dijo.

—Claro que es capaz-dio un sorbo a su tila—¿Recuerdas cuándo te dije que me había pegado hasta dejarme inconsciente ese día que llegué con una multa a casa? ¿O ese día en el que dijo que me iba a mandar a la huerta de mi tío para trabajar en ella por un mes entero? Jimin, mi padre es capaz de hacer todo lo que se le pase por la cabeza porque básicamente le divierte mi maldito sufrimiento.-Terminó su tila de un trago, se levantó de la banqueta en la que estaba sentando y miró a Jimin.—Me voy... Nos vemos, nos mantendremos comunicados... Ah... Gracias por invitarme, hacía mucho que no entraba en una cafetería de cliente-rió sin sentimiento alguno. Jimin sonrió con pena y le abrazó.

—Nos vemos, JungKook...

🌊🖇️

Abrió la puerta de casa, miró hacia el pasillo donde solía estar esperandole su padre para reñirle o pedir la paga...

No había nadie.

No sabía como sentirse, era totalmente extraño que su padre no le regañase por llegar tarde, eran las seis y media de la tarde, a esa hora ya tendría que estar preparando la cena para su progenitor y para su madre.

Suspiró y se dirigió hacia la cocina para saludar a su madre, se encontró a su padre con sus lentes sosteniendo unos cuantos papeles y tragó en seco al ver como éste le miró y sonrió. Aunque, no había ninguna muestra de cariño o afecto, era más bien alegría de que por fin estuviera en casa porque le iba a soltar la bomba. Y es que JungKook había aprendido rápido a identificar las reacciones de su padre, desde su primer celo.

—Hola JungKook...-saludó mirando los papeles.—Siéntate.-ordenó y JungKook tuvo que obedecer, no es que le diera miedo desobedecer a su padre si no que realmente le interesaba lo que su padre le iba a decir, pero si realmente quería saber en qué condiciones viviría en un futuro, debía enfrentar ese pudor—Como veo... No has encontrado trabajo, ¿Cierto?

Omega a sueldo. [YugKook, omegaverse]Where stories live. Discover now