53.

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—¿Por qué no postulas también para la universidad Y? — preguntó con nerviosismo. —E-es que yo quiero que vengas conmigo y-y, sé que suena inmaduro, pero no quiero estar lejos de ti. — habló con el rostro coloreado de rojo. —Es cierto que hay escuelas mejores pero...—

Tomó el folleto de las manos del pelinegro y lo revisó.

—Mira, incluso hay carreras de educación. No lo sabías ¿C-cierto? — Jungkook observó al castaño en silencio. —Si asistimos a la universidad juntos, y vivimos juntos en los dormitorios, no nos estresaremos tanto. O-o podemos rentar un departamento juntos. —

«Lo sabía...»
«No hay reacción en él. »

Taehyung cubrió su rostro con una de sus manos y siguió hablando.

—S-si tus notas son lo suficientemente buenas, también podrías conseguir una beca. — Taehyung estaba haciendo su mejor esfuerzo por convencer al pelinegro. —Claro que nuestros padres podrían ayudarnos y eso, pero aún así...—

Se quitó la mano del rostro y enfrentó la mirada indescifrable que Jungkook le estaba dando.

—¿Qué opinas? ¿Postularas? —

—No se qué decir... Yo... —

Taehyung soltó un suspiro rindiendose. —No pasa nada, se qué hay universidades mejores. Creo que solo estaba pensando en mí mismo... Lo siento. — se dió la vuelta para escapar de ahí lo antes posible y encerrarse en su habitación a meditar, y llorar un poco.

—No, no. Espera... — el pelinegro lo sostuvo por el brazo. —Lo que yo quería decir es que te me adelantaste. — soltó una risita. — Como yo tampoco quería estar lejos de ti, hice la prueba para entrar a la misma universidad que tú. —

Taehyung abrió los ojos con sorpresa y estos se iluminaron de felicidad pura.

—¡Eso es genial! — abrazó al pelinegro por la cintura. — Podremos permanecer juntos... — suspiró sintiendo al pelinegro pegarse más a su cuerpo y asentir en su pecho.

(...)

Jungkook vio a Taehyung alejarse un poco molesto.
Lo entendía, después de todo, los últimos días había pasado mucho tiempo con los padres del castaño y poco tiempo con el castaño mismo.
Se sentía culpable, pero al menos esperaba que el ojiazul lo entendiera, pues Jungkook lo único que quería era acercarse a los padres de Taehyung y no negarles nada después de todo lo que estos hacían por él.

Tocó la habitación del castaño y esperó unos segundos fuera hasta que la puerta fue abierta por un ojiazul malhumorado.

—Lo siento. — canturreo el pelinegro abrazando al castaño.

«Tengo que parecer molesto...» decidió el castaño.

—Mhm... —

Jungkook no se despegó del castaño y lo miró haciendo puchero.

—Perdón... — arrastró la palabra haciendo que Taehyung por fin sonriera.

—Esta bien, no te preocupes, entiendo. — abrazó de vuelta al pelinegro.

—Pero, el resto del día, haremos lo que tú quieras. —

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