Aquellas palabras le calaron dentro. ¿Quizás esta vez sí podría amar a su primer amor y él la trataría como su igual? No como una simple mujer que tiene el poder por llevar la sangre del Hijo de Dios. Esos sentimientos encontrados la obligaron a girarse, besándolo de una manera que Lucifer no conocía: con ternura.

-Me conoces tan bien, nunca quise esto, no me gusta ser Dios -Recordó a los chicos, por eso preguntó-: ¿Qué harías con ellos? -Volvió a mirar la marca en su pecho, abrazando a su amante.

Una ceja rubia se alzó mientras su dueño le trazaba la marca que simbolizaba su unión a sus chicos.

-¿Tus consortes? -El rey del Infierno pareció meditarlo por unos brevísimos segundos antes de continuar-. Nada mientras que ellos no vengan aquí para sacarte a la fuerza; en cuyo caso serían castigados, sin que perdieran su vida, ya que son tan cercanos al corazón de la Dama Dios -Los labios de él volvieron al oído de su diosa-. Pero no me malinterpretes, si no fuera porque de seguro te molestarias, los mataría sin pensarlo dos veces.

-La verdad lo supuse, yo haría lo mismo con la reina de aquí -Lo empujó hacia cama-. Sí, quiero ser tu reina -acarició el cabello blanco de su rey oscuro-, pero no le harás daño a Lilith; ella me cae bien, es más ambas seremos tus reinas -dio una sonrisa coqueta, después observó las manos de Lucifer en sus caderas-, y, si lo consideras, te daré un hijo. -al decir esas últimas palabras, ella recordó a las dos estrellas de su vientre.

Pero la sonrisa volvió con rapidez al escuchar la voz de su amado demonio.

-¿Estás segura? Las consecuencias de engendrar semejante criatura podrían ser severas. -Habló el rey de la oscuridad, volviendo a besarla, cuando ambos en sus miradas tuvieron una visión compartida, una conexión secreta e inimaginada en otras circunstancias...

En medio del fuego y la lluvia, un ángel rubio, con un ojo verde y otro dorado, llevaba la Daga del Destino en sus manos ensangrentadas. Se sentía una combinación de auras. Era el Anticristo. Su hijo nacería y realmente estaría dispuesto a matar por su padre, en este caso Lucifer, y su madre Sophia.

Él se le quedó observando, sumergiéndose en aquella mirada esmeralda y sus labios se curvaron levemente. No había necesidad de más dudas o interrogatorios. Deseaba que aquella visión se convirtiera en realidad y, por primera vez en eones, no podía esperar a ver esa mujer en sus brazos con el vientre pesado por cargar a su hijo.

-Creo que Padre Tiempo me ha contestado -susurró mientras le acariciaba el rostro a la Dama Dios-. No se diga más. Tu serás la madre de mi heredero; aquel que dirija la destrucción de la humanidad.

La sonrisa de la mujer deslumbraba a cualquier ser que la viera. Sabía que estaba mal, que ella, por el contrario de Lucifer, debía salvar a la humanidad. Proteger siempre fue su tarea, pero la verdad no podía hacer mucho sobre la realidad que le mostraba. Él le ofrecía libertad y mucha pasión cosa que en su reino no tenía a pesar de tener a Esteban y Daniel. Ella no podía gobernar su universo Sola, ni siquiera pensar en ella misma por el simple hecho de ser Mujer... La humanidad había sido la peor creación de su Gran abuelo.

 La humanidad había sido la peor creación de su Gran abuelo

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Cadenas Eternas (18+)Where stories live. Discover now