#51: Cobarde.

18 1 0
                                    

Ian

- ¡¿Embarazo?! – preguntamos Ángel y yo al unísono.

Todos mis pensamientos se detienen de golpe al escuchar lo que Abby acaba de decir. Mierda.

Un bebé, una vida. Santa...

Muerdo el interior de mi mejilla, analizando sus palabras. Esto no suena nada bien, Naomy, Stephanie; tío o padre. Empiezo a desesperarme, no es sencillo, nada sencillo. De una u otra manera la noticia cambia por completo todas nuestras vidas.

No sé que es lo que pasa por la cabeza de Ángel, su expresión se limita a unos ojos abiertos exageradamente. Pero de algo sí estoy muy seguro, si todo esto es verdad, lo que sentimos él y yo no se compara en nada a lo que debe estar sintiendo una de ellas.

- Es eso o... - Abby saca de su bolso una prueba de embarazo y nos la muestra. Aplana los labios – O debo tener unos cuernos enormes – su voz se quiebra, pero recupera rápidamente su tono habitual – Si fuera el primer caso, todo tendría sentido.

- Un niño, joder – Ángel por otro lado parece seguir en shock.

Ya pasó aproximadamente una hora desde que Stephanie se encerró en su habitación, Naomy fue a casa y Abby regresó del apartamento de Sebastián. Tras el mensaje, no quiso dar más detalles, por lo que convocó a una pequeña reunión entre Ángel, ella y yo.

- No es 100% seguro, estas cosas nunca lo son.

Me concentro y trato de recordar si alguna vez no usé protección. Rayos.

- Seré padre... o tío.

- Ya les dije que... - interrumpe Abby.

- No tengo palabras.

- Pero...

- Escúchame bien, Ian. Tú yo sabemos por todo lo que han pasado ellas y no...

- Eh, chicos...

- No las dejaremos solas en esto.

- ¿Saben qué? Olvídenlo, iré a ver por la ventana si salen o algo, con ustedes no se puede.

Esto puede ser cierto, hay enormes posibilidades que lo sea. Pero hay algo de lo que estoy segurísimo, de ser cierto todo este lío y es Naomy quien está embarazada, a ella y al bebé no les faltará nada, con o sin la presencia de Ángel. De ser yo el padre... wow.

Por supuesto que tengo miedo ahora, mentiría si digo que no, pero... algo en mí despierta al imaginar a Stephanie con un bebé, con mi bebé. Una personita que venga de nosotros, pasar toda mi vida con mi chica, poder disfrutar de sus besos, caricias, de su amor. Tener entre mis brazos a un humano producto de lo que sentimos. Vivir esta aventura con ella.

No me molesta para nada la idea. Ser padre, ser todo lo que mi hijo necesite.

Esto es una locura.

****

Tras muchas horas desvelándonos, llegamos a una conclusión, debemos hablar con ellas. Es por eso que estamos esperando que regresen de donde sea a donde hayan ido.

Apenas he pegado el ojo en toda la noche-madrugada, no he dejado de pensar en la noticia y mi cabeza ha sido inundada por risas de bebés. Me estoy volviendo loco.

Tras unos largos minutos, vemos que cruzan la puerta, hablando de algo que no logro escuchar, inmediatamente entran en el ascensor.

Esperamos unos segundos a cuando las puertas están por cerrarse y entramos tras ellos.

Nuestro MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora