#30: El regalo perfecto.

23 1 0
                                    

Ian

Unos golpes en la puerta, me despiertan. Por un momento creo que sueño, pero al volver a escucharlos debo dejar de lado mis ganas de dormir.

Noto un dolor en mi brazo, abro los ojos con dificultad y me encuentro a Stephanie dormida, apoyada en la zona adolorida y abrazando mi torso.

Con cierto cuidado, retiro mi brazo y me levanto de la cama, antes de abrir la puerta.

Es Lucah quien aparece frente a la puerta.

- No digas nada, solo vístete y baja a la sala. No lleves a Stephanie.

No me deja preguntar la razón y empieza a caminar por el pasillo.

Con cierta curiosidad, vuelvo a la cama y arropo a Stephanie, a pesar de estar en verano y que ella usa un enorme y grueso pijama de oso polar. Las mañanas suelen ser muy heladas, especialmente para ella que es demasiado sensible al frío.

Lavo mis dientes y beso su frente.

Asegurándome de hacer el menor ruido posible para no interrumpir su sueño, salgo con cuidado de la habitación en dirección a la sala.

Para mi sorpresa no soy el único a quien despertaron, Ángel, Naomy, los gemelos, Gabriela, Lucah y las niñas ya están aquí.

- ¿Es que acaso soy el último?

- Sí, y debes sentirte horrible por eso – expulsa Naomy.

- ¿Qué quieres decir?

- Una pregunta, amigo – cuestiona Lucah - ¿Stephanie y tú se conocen desde hace mucho?

- Ellos llegaron hace unos meses – explica Ángel tomando la cintura de Naomy – Y creo que nunca se habló del tema, por lo que supongo que no sabes, Ian, que dentro de poco es el cumpleaños de tu novia ¿verdad?

Miro a Lucah, a Naomy, a todo el mundo, esperando que sea una broma. Pero no es mentira.

Debo ser el peor novio del universo.

Trato de recordar ocasiones en la que comentáramos ciertas cosas personales, como su fecha de cumpleaños.

- Para eso estamos aquí, mi querido amigo – dice Lucah pasando un brazo sobre mis hombros – Aunque odiemos admitirlo, la mayoría lo olvidó, pero gracias a mi querido primo, no es tarde. El plan es el siguiente, Ángel, Gaby, Mylo, tú y yo iremos a comprar decoraciones para una pequeña reunión, los demás se encargarán de distraerla y actuar de manera "normal".

- Me siento mierda.

- No es hora de quejarse, vamos al auto que se hace tarde, llegaremos a la ciudad en una hora.

Sí, llegaremos a la ciudad y le conseguiré el mejor regalo que tendrá en la vida. Y veré su bonita sonrisa brillar.

- De acuerdo, vamos.

Veo que Ángel le dice algo a Naomy con cierta duda, mira una vez más a Mylo y frunce el ceño. Ella le sonríe y le da un beso corto antes de que se de media vuelta.

- No quiero sobrinos, por ahora – le advierto.

- A veces me pregunto si te caíste de pequeño.

Rio y camino hacia el auto.

El camino realmente se hace largo, especialmente con las miradas de Gabriela sobre mí y sus intentos por cambiar de sitio con Mylo, quien está a mi lado. Le ruego con la mirada que no lo haga, por lo que ha permanecido a mi lado desde que entramos al coche.

Nuestro MomentoWhere stories live. Discover now