#10: Siempre, Ángel.

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Ian

- ¿Cómo saber si le gustas a una chica?

Mamá deja de leer la revista y me presta atención. Sé que soy evidente, pero es casi imposible ocultarlo.

Me gusta Stephanie ¿lo peor? No sé que hacer al respecto. He salido con chicas hermosas y de buen corazón, sin embargo... Stephanie simplemente es ella, y el ser ella es lo que la hace diferente.

- ¿Y eso? – dice sentándose junto a mí.

Levanto mis hombros y me acuesto en el sofá, con mi cabeza en sus piernas – Creo que... bueno es evidente que me gusta alguien.

Sonríe levemente y retira el cabello de mi frente - ¿Y quieres saber si le gustas a esa chica?

- Sí, ella... es distinta a las chicas que conocí. Generalmente cuando salía con alguien, ellas solían ser más directas, sabía si querían algo conmigo, eso me daba la... ¿confianza? para continuar. Pero ella... ella es muy reservada, la conozco desde hace poco, pero realmente me gusta.

- Espera, Ian, por favor dime que lo que te atrae no es su cara bonita.

Frunzo el ceño y la miro fijamente – Claro que no, ella es muy atractiva físicamente, pero lo es más por dentro. Tiene un corazón hermoso, fue ella quien me ayudo a conseguir trabajo sin siquiera conocerme, se preocupa por sus hermanos, es dulce y tiene momentos en los que luce realmente tierna. Y eso no es todo, podría llenar un libro entero de sus virtudes. Ella es la que me tiene así, no hago más que acercarme sin siquiera saber si ella siente lo mismo o no. Yo... estoy perdido.

- ¿Solo es eso lo que te preocupa?

- Creo que ella ya tiene a alguien. Hoy quise invitarla a salir y vi unas flores en su oficina.

Se queda en silencio unos segundos antes de reír - ¿Y que te hace pensar que no se las mandó un amigo o su padre?

- Pues la tarjeta era bastante sugerente, digo, no creo que un "me gustas" se confunda con un "eres una gran amiga"

- Ya, supongamos que tiene un pretendiente ¿y eso que tiene de malo? Si es una chica hermosa por dentro y por fuera no eres el único que caerá en sus encantos.

Lo sé, lo sé y ese simple pensamiento hace que se forme un nudo en mi estómago.

- Pero ¿qué te hace pensar que ella les corresponde?

Sencillo, ella... pues...

Me siento un auténtico tonto.

- No lo sé, pareció agradarle ese gesto.

- ¿Y por qué no le envías unas flores más bonitas?

- No se me ocurrió.

- ¡Ian! Definitivamente si yo fuera esa muchachita ya te hubiera rechazado, pensé que eras más detallista.

- ¡Lo soy! O al menos eso creo, pero con ella no sé cómo actuar ¿y si la asusto?

Ríe haciéndome sentir cada vez más estúpido - ¿Cómo la asustarías? ¡Hazme el favor! Los jóvenes de ahora son cada vez menos caballerosos. Ahora quiero que salgas de este lugar y vayas con esa muchachita.

- ¿Crees que es buena idea?

- Por supuesto, y ahora ven a darme un abrazo, tonto. Crecen tan rápido.

Me reincorporo y la envuelvo en mis brazos.

- ¡Eres un robamadres, Ian! – grita Naomy entrando.

Nuestro MomentoWhere stories live. Discover now