CAYDEN

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Fue esa primera sensación la que proyecto cuando la vi una vez más. La sensación de indiferencia que me recorría paso drásticamente a uno de sorpresa cuando la vi entrar a la casa de mi "novia" parecía como si jamás me hubiera visto porque ni si quiera volteaba a verme, símplemente estaba molesta podia verlo en sus ojos y al final, terminó por convertirse en lo que más anhelaba en este y cualquier otro mundo. Su sonrisa era la mía, su brillante mirada me transportaba a un mundo donde jamás me hubiera imaginado.

Había algo en su mirada que hacia que mi corazón latiera a mil por hora, era su sonrisa la que me volvió loco cada vez que la veía y era su voz la que decidía mis cambios de humor. Era lo que mis manos más deseaban tocar, acariciar sus voluptuosas y rosadas mejillas, sentir el contacto de su mano tomando de la mía, el poder explorar el sabor de sus labios.

Ella era la droga que pronto me llevaría a la perdición, como todo lo  que no puedes tener y aún así lo deseas más de lo que nunca deseaste antes. Pero la cosa era que yo nunca había deseado algo con tanta intensidad como lo hacía con ella y tampoco había experimentado esa sensacion que establecía el miedo, hasta que la conocí.

Eran dos sensaciones completamente nuevas y nada gratas debo decir. El miedo era algo desconocido para mi, nunca lo había experimentado por una mujer, ni siquiera por la que se hacía llamar mi esposa o por su prima quien era mi novia pero ella, ella lo único que me hacía sentir en estos momento era eso, tenía miedo de perderla.

Quería cuidarla, protegerla pero nunca antes tuve algo tan valioso como para tener miedo de perder. Tenía que tenerme paciencia, mucha paciencia por que apenas estoy aprendiendo a como hacerlo. Y con ello pueda que llegue a cometer varios errores pero simplemente quiero ser yo aquel con el que siempre pueda contar, el hombre con el que todos los días despierte a su lado.

¡Mierda!  No puedo hablar de ella sin que mi corazón comience a latir como loco que se sienta a punto de salir de mi pecho, con sólo decir su nombre siento que me dará un ataque.

Alejandra, podrá ser un nombre bastante clásico pero por el simple echo de ser el suyo lo hace especial.

Sabía que estaba mal. Quien en su sano juicio se enamoraria de la prima de su novia, quien a demás de eso también resulta ser su alumna y sin contar el echo de que yo ya era un hombre disque "casado", sí digo disque porque yo nunca quise casarme con Raquel todo fue porque...... bueno eso es una larga historia y no planeó arruinar mi magnífico humor por culpa de ella. El chiste, sabía que estaba mal. Si tan sólo la hubiera conocido antes. Aunque claro, nunca me ha importado lo que los demás puedan decir o los obstáculos que pueda llegar a tener porque cuando quiero algo simplemente lo obtengo y ella no sería la excepción; el problema era que mi pequeña no me lo ponía para nada fácil, sino todo lo contrario, ella parecía ser la única que no caía en mis encantos, no caía a mis pies como las demás.

Tan sólo me gustaría que Ale se diera cuenta que yo haría todo lo posible para que estuviera a mi lado, no importaba si ella no hacia nada yo seria el que lucharía por los dos.

Ella era lo que yo siempre había buscado por lo tanto nunca la dejaría ir, ella era mía, ella era la persona que se habia  convirtido en mi más grande obsesión, mi más anhelada droga, mi más preciado tesoro. No importaba si nadie lo entendía, ni siquiera ella solo la necesita a mi lado. Y nadie en lo absoluto lo impediría porque ella era mía, sólo mía y pobre de lo que dijera lo contrario.

Porque esa niña era la culpable de que yo amara como un loco y eso la convertía en mi Maravilloso Tormento.

Secuestro ObsesivoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant