Prólogo

10.1K 533 573
                                    

Falanges tricolor se movían con lentitud, en una búsqueda de reanimar un cuerpo adolorido que no podía levantar, toda su anatomía pesaba, y por más que trataba de recordar cómo había llegado a esa situación, más borroso era lo que había ocurrido; ahora, sin embargo, lo importante era intentar moverse, algo que apenas podía y conforme pasaban los segundos, se adentraba cada vez más rápido a un ataque de pánico.

— Uhg... 

Un quejido, no suyo, le hizo asustarse, abriendo por fin sus cuencas para notar que estaba debajo de un cuerpo, tampoco suyo; lo único que pudo hacer, fue exclamar, por no decir chillar, empujando con la fuerza que tenía lo que sea que estaba encima de sí. 

Ahí vio, que lo que acababa de botar al suelo, era alguien que conocía, pero no lo veía hace tiempo.

— ¡¿Dust?!

— ¡¿Error?! —Exclamó a la par, sobándose su parte trasera por el golpe que lo acababa de despertar por completo. 

— Por supuesto, ¿Quién más? Soy reconocible pese no me hubieras visto desde preparatoria.

— ...Sigues egocéntrico como siempre. —Se quejó el de capucha, poniéndose de pie.

— Sí, sería genial conversar como reencuentro y todo eso, pero el contexto no es el adecuado. —Atribuyó entonces el azabache, notando que estaban sobre un sillón bastante elegante— ¿Dónde estamos...? ¿Me acabas de drogar o qué?

— ¿Yo? ¿Por qué lo haría? Sé lo mismo que tú, nada.

Ambos se miraron ahora confundidos, examinando su alrededor. Era un salón amplio, con un mobiliario fino y caro, parecía que estaban en una casa estilo victoriano, con una grandes cortinas que tapaban las ventanas.

Error se acercó a una de estas, queriendo ver dónde estaban, notó que estaban en un segundo piso, y que desde ahí se expandía un hermoso jardín.

— ¿Qué...? 

— ¿No hay forma de romper esto? Necesito irme de aquí. —Dust tomó una de las sillas.

— No te recomiendo eso, las ventanas no son del vidrio que puedas romper.

Una tercera voz, ambos esqueletos giraron para toparse con otro de capucha y ropas negras, Error le miró arrugando el rostro.

— ¿Tú? 

— ¡Dusty! 

La posible tensión de deshizo por la voz de un cuarto, más bajo que el resto y con una bandana celeste, Blueberry no esperó nada apenas vio al aludido, corriendo a su encuentro para abrazarle, Dust no negó el gesto, correspondió con un brazo.

— Pensé que te mandé a la mierda hace poco. —Atacó Error, Reaper entró esbozando una sonrisa, habitual en él.

— Sí, como es siempre, pero estoy igual de confundido que tú, cuñadito, simplemente desperté en el pasillo con ese niño. 

— No me llames cuñadito, ahg.

Error se llevó dos dedos al puente de su nariz, volvió a mirar a su alrededor, hasta caer en cuenta de algo.

— Espera, es verdad, yo estaba con Geno hace un instante, ¿No le hiciste nada? 

Reaper alzó las manos.

— ¿Qué te digo? Acabo de despertar, no sé nada.

— Nunca sabes nada. —Dijo otra voz. 

Al otro lado del salón, estaban entrando cuatro esqueletos, quien habló, era Nightmare, un amigo de Reaper, a su lado estaban Ink, Outer y Blard.

— ¡Oh, vamos! ¿No te mandé a ti también al carajo? —Indicó Error al último que entró.

Te reto a amar | ¡INTERACTIVO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora