Dylan

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Breath - Lauv (amo)

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Breath - Lauv (amo)

«No voy a darme por vencido»

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«No voy a darme por vencido».

Cerré los ojos y limpié la transpiración de mi frente. Mis músculos estaban adoloridos, mis sienes punzaban y aunado a todo el dolor físico estaba el emocional, que aplastaba mi voluntad. Asimismo, un gran peso de culpa y remordimiento amenazaba con llevarme hasta la locura. Ya que, por más que quisiera, no podía quitarme la idea de que todo lo que estaba pasando era por mi culpa. Por no haber alejado a Lucy o por no haber salido de ese trabajo cuando pude, sí es que en algún momento hubiese podido. Los hubieras me estaban torturando.

«Lucy».

Ella era el único motivo que me tenía con vida, que volvía mi existencia un poco menos pesada, que le daba sentido a mis días, que me impulsaba a seguir. Y, en esos oscuros días, a luchar con todas mis fuerzas, a buscar, de alguna manera, de resarcir tanto daño que había provocado.

Porque yo era el único culpable de que ella hubiese sufrido y pasado por tanto. Por mi culpa ella había sido secuestrada dos veces, por mi culpa habían asesinado a su abuelo y ella estuvo casi a punto de morir. Por mi culpa le habían arrebatado de la forma más cruel una parte invaluable de su ser y por mi culpa ella no volvería a ser la misma.

Por mi egoísmo y por el amor que siento por ella no pude ver que todo; mi pasado plagado de dolor, mi presente aterrador, iban a terminar acabado con ella. Con el único ser que pudo hacerme recordar lo que era vivir. Porque Lucy llegó a mi vida cuando todo estaba comenzando a tornarse negro, ella apareció e inmediatamente todo lo demás dejó de importar. Sin embargo, aún cuando su luz ha desvanecido la oscuridad que me rodea, mis tinieblas ahora la quieren a ella.

Y yo..., no estoy dispuesto a permitirlo.

—Las camionetas ya vienen cerca, están a tres minutos. Los quiero a todos despiertos, no debemos cometer ningún error. ¿Entendido? —Todos los presentes murmuraron un asentimiento, luego el oficial Rogers giró a verme—. Este es el momento, Sombra o como putas sea, este es el momento para arregles un poco de toda la mierda que has hecho, este es el momento para que nos ayudes a hacer justicia. ¿Entendido? —Asentí—. No te escuché.

—Entendido —murmuré escueto. Mientras me adentraba en mis pensamientos, mientras recordaba el estado en el que habían encontrado a Lucy, en cómo habían asesinado a Alex y se habían osado en amenazar a Nat con matarla, pensamientos que me llenaban de fuerza y de ira. Ya que, Cobra, ese hijo de puta, me había convertido en lo que soy y ahora me vería convirtiéndome en su verdugo.

«Haré que se arrepienta de haber nacido. Haré que se arrepienta de haberse metido con ella».

Unos cuantos vehículos pasaron a toda velocidad —en donde iban los otros oficiales—, y luego: venían ellos. Todo pasó en cámara lenta, Rayo salió de su escondite y tiró una hilera de púas de hierro, segundos después las llantas del primer vehículo explotaron y comenzó a dar vueltas, y de paso golpeando al vehículo que venía atrás. Entonces les tendimos la emboscada.

Un centenar de oficiales salieron de sus escondites, con armas cargas y chalecos antibalas, y sin el menor aspaviento, comenzaron a acribillar a las dos camionetas y pronto los que venían dentro empezaron a responder. Los disparos iban y venían en todas las direcciones, y entretanto, yo solo podía ver, puesto que, era el único que no contaba con un arma. Lo cual me hacía sentir inútil.

No obstante, cuando el fuego cruzado cesó y el oficial Rogers pedía paramédicos para atender a los oficiales lesionados, me di a la tarea de acercarme —mientras todos estaban ocupados— y cerciorarme con mis propios ojos que ahí estuviera Cobra.

Me acerqué y conforme lo hacía —y veía que entre los detenidos no iba ninguna persona que hubiese visto antes—, una sensación extraña se plantó en mi pecho, ya que, todo había resultado relativamente fácil. Ellos cayendo en la emboscada, no resistiéndose a como normalmente lo hacíamos y rindiéndose. No, definitivamente algo estaba muy mal.

—¿Adónde crees que vas? —cuestionó Rayo, asiéndome del brazo. Lo miré por encima del hombro y me solté de un jalón. Avancé sin el menor temor y cuando llegué a la hilera de cadáveres, la realidad cayó de golpe sobre mí.

—Es una trampa. Ellos no están aquí —dije. Y en ese momento alguien comenzó a llamarle a Rogers pero la señal no estaba funcionando. Sin embargo, mientras todos se enfocaban en entender lo que querían decir, yo sí lo hice, yo sí comprendí lo que ese bastardo, hijo de las mil putas tenía intenciones de hacer.

«Sobre mi maldito cadáver. ¡Maldita sea!»

—Va por ella, Cobra va por Lucy. ¡Maldito hijo de puta! —Pateé el vehículo que estaba frente a mí y caminé hacia uno los carros que cargábamos, mientras los demás se enfocaban en atender a los heridos y en entender la llamada. Sin embargo, yo sabía muy bien lo que debía hacer.

—¿Qué pasa? Ellos nos tendieron una trampa, no contesten, ¿me escucharon? ¡El operativo fracasó! —Un escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí que la tierra se movía bajo mis pies, me introduje al vehículo y lo encendí, en ese momento todos repararon en mí, al tiempo que se escuchaba la sirena de la ambulancia.

—Grace, ¿a dónde mierdas crees que vas? —preguntó exaltado Rayo. No hice amago en querer responder ni detenerme y aceleré—. ¡Detente! —gritó, pero yo ya iba muy lejos. Busqué un arma en el maletero y la encontré.

—No vas a conseguirlo, antes te mato —murmuré y luego aceleré, pues el tiempo se me estaba terminando.

—No vas a conseguirlo, antes te mato —murmuré y luego aceleré, pues el tiempo se me estaba terminando

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N/A: Se prendió esta... 🙃

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