Capítulo 33

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I Would't mind – He is we

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I Would't mind – He is we

Dado un tiempo pasamos a buscar comida; compramos una pizza de jamón y un par de bebidas

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Dado un tiempo pasamos a buscar comida; compramos una pizza de jamón y un par de bebidas. Dylan me llevó al parque donde nos reunimos para ir a aquel mirador y en donde conoció a Camille. Ya estando ahí, buscamos un sitio "seguro", el cual fue bajo la copa de un árbol en medio de un arbolada. Él llevaba una frazada que extendió por debajo, para que nos sentáramos y comiéramos cómodos. Y debo confesar que me sorprendió mucho que hiciera todo aquello, ya que, creía que sería una salida cualquiera pero al parecer no, él la había planeado en realidad una cita.

Conversamos con tranquilidad, ambos evitamos tocar temas delicados, era como si los dos quisiéramos no arruinar ese momento con dudas y temores. Nos acariciamos con delicadeza y candidez; nos besamos mucho y reímos muchísimo más, así como, uno de los motivos de nuestra diversión fue que yo comí más pedazos de pizza de los que él pensaba que iba a comer.

—Soy delgada pero eso no significa que no coma decentemente —reproché. Dylan se recostó un poco, manteniéndose elevado gracias a sus codos y brazos, me miraba con burla—. ¿O qué esperabas?, una chica que solo ingiriera ensaladas y no disfrutara de los placeres de un buen trozo de deliciosa y grasosa pizza, ¿ah?

—Para nada pensé que fueras una chica de ensalada, te confieso que de ser así ya te hubiese terminado —soltó, al tiempo que me guiñaba un ojo y yo rodaba los míos al cielo. «Engreído»—. Pero a lo que voy es que de saber que comías "decentemente" hubiese comprado otra pizza —bromeó. Entorné el ceño, era un sarcástico de lo peor, choqué mi rodilla con la suya. Estábamos uno frente al otro, yo mantenía una de mis rodillas flexionada, la cual estaba debajo de mi falda del uniforme.

—Para próxima ya lo sabes —acoté, siguiendo su juego. Él echó su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.

—Lo haré, no quiero que te quedes con hambre o que peligre mi ración de comida —contraatacó. Mis labios amenazaron con sonreír, pero me mordí el interior de la mejilla a tiempo. Entorné los ojos, dedicándole una mirada fulminante, seguidamente toda mi atención se ubicó en la caja que contenía un solo trozo de pizza más, la cual estaba en medio de ambos. Moví un mechón de cabello para detrás de mi oreja, mientras calculaba cuántos segundos me tomaría llegar a ella y cuántos segundos le tomaría a mi novio reaccionar y moverse. No obstante, mis cálculos quedaron suspendidos cuando noté un movimiento de él..., Dylan había descubierto mis intenciones y se lanzó al mismo tiempo que yo para tomarla.

Contigo, nada más © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora