Capítulo 37

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Better - Khalid

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Better - Khalid

La primera semana de diciembre fue una locura; un ir y venir constante fuera de Greenville, lleno de largas reuniones con abogados, los cuales eran los penalistas más afamados en Carolina del Norte

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La primera semana de diciembre fue una locura; un ir y venir constante fuera de Greenville, lleno de largas reuniones con abogados, los cuales eran los penalistas más afamados en Carolina del Norte. Sin embargo, tanto ajetreo tenía a Dylan hecho un nudo, estaba renuente, taciturno y desesperado, el miedo plagando todo en su interior.

Aquella reunión con mi familia y con Dylan presente, fue extraña, ya que, lo llenaron de preguntas, a las cuales, mi novio respondió con total honestidad. Y esto fue lo que a mi abuelo le dio la pauta para, en verdad, ayudarlo.

Y, aún ahora, todavía me parece una locura lo que, en ese entonces, ocurrió. Aún puedo recordar el miedo que sentía, toda la inseguridad que, conforme las horas pasaban, se iba apoderando de mí.

Así como, en aquellos días llenos de oscuridad y a la vislumbra de una luz, confirmé una cosa: Dylan siempre me sorprendería con su fuerza y valentía, con su entereza y con sus ganas de salir adelante. Pues cuando creí que él no aceptaría contarme su pasado, lo hizo, cuando creí que no aceptaría mi ayuda, lo hizo. Y es que, entre Dylan y yo, él era el más fuerte, el que estaba sacando todo adelante. Yo solo era un apoyo más.

Asimismo, en momentos como ese y los que venían; luego de vivir todo lo que acongoja y duele, hasta el más fuerte se debilita e intenta darse por vencido, pero mi Dylan no, él siguió.

—Me siento como una rata de laboratorio. Todos me observan, todos murmuran y quieren escucharme contar todo una y otra vez. No me gusta, Lucy. Además siento que es por demás, que nada de todo esto servirá y que tu familia está gastando por algo que no tiene solución. Yo no tengo remedio o salvación —me dijo, luego del tercer día visitando al abogado, estábamos en una especie de receso, afuera de la sala de reuniones, en donde mi abuelo y un par de abogados seguían conversando. Lo abracé, con fuerza y él pronto hizo igual.

—Sé que no quieres pasar por todo esto, a mí tampoco me gusta. Pero es necesario, Dylan. Porque si esto es lo que debemos pasar para que puedas salir de donde estas, ¿crees que no vale la pena? —pregunté, alejándome un poco para encararlo. Su quijada estaba tensa, sus ojos demostraban una frustración aplastante y pude notar que su cabeza iba a mil por hora.

Contigo, nada más © [Pronto en Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora