"Una historia para reencontrarse".
Itzel Marie Brown; pretenciosa, egocéntrica, segura y asquerosamente honesta.
Es una chica acostumbrada a estar rodeada de lujos, ir de shoppings con sus amigas y visitas a clubes donde no entran cualquier persona...
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Capítulo dedicado a mi mitad Jeza venezolana Pigeonguedez quien me ayudó a crear y darle vida a los personajes épicos que leerán en este capítulo. ¡Gracias hermosa, te quiero!
...
—Estoy cansada, Jeison— jadeo—. no aguanto más, paremos un momento por favor— suplico con la voz entrecortada.
—Aguanta morenita, ya casi llegamos.
—Pero, joder, ¿Y qué tan lejos queda ese local?
Estábamos Jeison, Jetzel y yo de camino a un famoso lugar donde almorzaremos hoy. Según Jeison es como un "Restaurante" por así decir, pero allí el plato del día y el más famoso era uno llamado "Picapollo", aunque también habían otras especialidades del país como arroz y esas cosas. El picapollo es un plato típico de los Dominicanos y está conformado por plátanos (verdes, no bananas, ya saben que en algunos países le llaman plátanos a la banana) pollo frito y también papas fritas.
Según ellos también se pueden pedir según el gusto de cada quien un servicio de picapollo, pero con el pollo horneado. Jeison me dijo que probaré el picapollo original. Fritos, papas y pollo frito. "Ah, y con mucho cachú" como alegó él.
Lo que él le llama "Cachú" es el famoso "Ketchup" ya estoy aprendiendo a entender su léxico.
Jeison prometió que cuando me sintiera mejor, o sea, cuando ya no esté "en mis días" me iba a llevar a comer algo que sirva. (Palabras de él) según ese sujeto nada de lo que he comido se compara al gustico del picapollo, según el no hay McDonald's que se le compare.
Llevamos más de media hora caminando, porque sí, aquí tengo que ir a pie, ni loca me subo a unos de esos motoconchos. No si aún quiero conservar mi vida.
—Dime por favor que no es uno de esos puestos de comida china, porque realmente no me gustan— digo arrugando mi nariz.
—Nah, es algo mejor. Mucho mejor—responde muy seguro.
Jetzel iba al lado mío irradiaba alegría como siempre y no paraba de hablar. Aunque últimamente estaba media tristona, no me ha querido dar el porqué, así que no sé si hoy está disimulando, o en serio está así de feliz.
Desde que llegamos a República Dominicana siempre vestía de shorts y tops, era lo que más usaba, aunque hoy iba con una blusa color negra de tela fina con mangas largas, más cerca de ser un suéter que otra cosa, tenía un corte ligero que mostraba parte de su abdomen, acompañado de unos shorts estilo Jeans con pequeñas raspaduras y de accesorio en este un pañuelo color rojo que ella misma adaptaba al pantalón, y para completar su sencillo outfits, calzaba unas simples y desgastadas converse negras. Su rizado pelo lo llevaba recogido en un alto moño, que aunque parecía desordenado y despreocupado le costó bastante hacérselo. No la culpaba por su estilo veraniego, aquí hacia un calor horrorosamente fuerte, te daba por estar desnuda todo el tiempo de lo caluroso que eran los días.
