¿Volver a estar juntos?

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"Delicias Dulces"

Así se llamaba la cafetería en la que muchas veces se reunieron Edd y Kevin. Al omega no solo le gustaba por lo sabroso de los cafés y postres, sino también porque el lugar estaba inundado al olor del café. El olor de su alfa.

Hacía bastante que no podía percibir su aroma, desde que comenzó a tomar las pastillas para ser precisos, así que el ir hasta el lugar le podría dar cierta nostalgia. Claro, como aun consumía de las pastillas, aun no iba a ser capaz de sentirlo al momento de verlo, pero eso no evitaría imaginárselo estando en la cafetería. Si tenía que ser específico, el olor de Kevin era una mezcla de café y tierra húmeda. Nunca había estado en Sudamérica, pero se imaginaba que el olor de su alfa podría parecerse al de las tierras de producción del café. En donde el el olor de una mañana fresca y helada se complementaba con la tibio calor del café.

Llegó casi una hora antes. Estaba tan nervioso que prefería esperar el tiempo que fuese necesario, con tal de estar sentado y esperar a que el alfa apareciese por la puerta de entrada. Se había posicionado estratégicamente para poder verlo entrar. Tenía que hacerlo, debía prepararse esos segundos mientras lo viera ingresar. 

- Aquí tienes ¿Vas a desear algo? - preguntó una joven, de cabello liso y rubio, mientras le entregaba el menú. Por su sonrisa, Edd dedujo que debía de tratarse de una chica bastante amable, pero no tenía idea de si se trataba de una beta, una omega o incluso de una alfa.

- Solo un vaso con agua. Estoy esperando a alguien - mencionó extrañamente calmado.

- Ok. Si necesitas algo, solo avísame - dijo sonriente, dejando otro menú en la mesa para luego marcharse.

Se dedicó a observar el lugar, inhalando discretamente ese agradable aroma a chocolate y café. Pese a no ser exactamente el aroma de Kevin, si lograba parecerse bastante, y lo mantenía en calma. Recordó que en varias ocasiones el alfa le había obsequiado algún presente en ese lugar. 

Pegó un salto al escuchar la puerta de entrada del local, en donde entró un grupo de viejecitas. 

Se dijo a sí mismo que no debía ser impaciente, había llegado una hora antes y debía de esperar a que su novio llegase.

Tomó su celular, y vio que no tenía ninguna llamada ni mensaje. Nada más el que hace unos minutos atrás le había escrito Nazz dándole ánimos.

- Aquí tienes - dijo nuevamente la camarera apareciendo repentinamente ante los ojos de Edd.

- G-gracias - respondió nervioso tomando entre sus manos el agua, pero no dio ningún sorbo.

Pensaba estar calmado hace algunos momentos atrás, pero ahora parecía que cada ruido repentino traía sorpresa y ansiedad en él.

Nuevamente levantó rápido la vista al escuchar la puerta abrirse.

Solo era una pareja.

Bebió un sorbo de su agua y luego dirigió sus manos hacia una de las servilletas de la mesa. La tomó entre sus dedos y comenzó a doblarla una y otra vez.

Ya no podía aguantarlo. Estaba que explotaba de la ansiedad. 

¿Qué sucedería si Kevin no se presentaba? ¿Si se arrepentía de verse con él? ¿Su corazón lo soportaría?

Se mordió los labios luego que vio otra pareja entrar al lugar.

Respiró hondo y se recordó así mismo que fue Kevin el que le mencionó reunirse. Había sido él quien dijo que quería arreglar las cosas, y el alfa siempre había sido una persona de palabra. Con esto en mente, decidió concentrarse únicamente en la servilleta. Escuchó nuevamente la puerta abrirse, y se esforzó al máximo para no mirar. No lo iba a hacer, estaba convencido de eso. Iba a esperar pacientemente, como se había propuesto en un principio, a que llegara Ke...

Mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora