Enfrentamiento y miedo

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No le quedaba mucho para llegar a su salón cuando fue interceptado por una furiosa mano, quien lo agarro de un brazo, y con brusquedad lo lanzó al suelo. Luego de caer, al levantar la vista, se topó con la temible mirada de Marie, quien poseía un semblante lleno de enojo. Al toparse con esos temibles ojos, sintió un miedo que lo heló. Pero antes de poder gritar por ayuda, la peliazul sacó aquella voz que solo los alfas utilizan para controlar a los omegas de una forma cruel.

- Mas te vale no decir ni una palabra - dijo en un tono lleno de furia, pero aún así sin elevar del todo su voz, pero Edd pudo sentir la profundidad e intensidad de esta. Sintió como su cabeza se contrajo dolorosamente, haciendo que su cuerpo comenzara a temblar de miedo, sometiéndose a la alfa. Sus ojos se llenaron de lagrimas, jamás pensó que cuando un alfa utilizara "su voz" sería así de doloroso...así de humillante. Intentó combatir contra la demanda de Marie, pero por más que intentó gritar, sentía como si tuviera una especie de nudo en su garganta. Sus lagrimas finalmente comenzaron a descender por sus mejillas una vez que pudo entender que estaba bajo merced de la alfa Marie - Ven - volvió a decir pero, esta vez, sin "la voz", agarrando con rudeza el cuello de la camisa del omega, arrastrándolo por el pasillo hasta llegar al baño de chicas.

Una vez dentro, aplicando más fuerza de la necesaria, apoyó al tembloroso chico sobre el lavabo, escuchándose el crujir del espejo tras la espalda de este. Edd apenas emitía sollozos, mientras las lagrimas seguían brotando de sus ojos. Pensaba en Kevin, quería que estuviera en en ese mismo momento con él. Sabía que él jamás le haría algo así, no entendía porque, pero sabía que era cierto. Recordó cuando lo comparó con la peliazul, y vaya que estaba equivocado. Emitió un gran quejido cuando sintió como bruscamente su camisa fue abierta. Estaba aterrado, tenía miedo de lo que era capaz la alfa, pero no podía pedir ayuda, su voz no reaccionaba. Además, las clases ya habían comenzado, prácticamente no debería haber nadie por los pasillos.

- Quítate ese collar - volvió a exigir utilizando su voz de alfa. Edd volvió a sentir una presión en su cabeza. Se sorprendió de sobre manera por la petición, sintiendo un miedo destructivo que recorría por su cuerpo. Apretó con fuerza sus puños y sus párpados, aguantando el dolor e intentando rechazar tal petición. Luego de concentrarse por unos segundo, logró negar con su cabeza con bastante dificultad, trayendo consigo un fuerte rugido por parte de Marie. El omega volvió a emitir otro quejido al escucharla, volviendo a temblar de miedo y apretando aun con más fuerza sus ojos - ¡Quítatelo...ahora! - esta vez, acompañó la amenaza estrechando su cuerpo con el del omega. Otro gruñido se escuchó salir de su boca cuando Edd volvió a negar con su cabeza, cada vez más aterrado, era completamente agotador no cumplir con su demanda, pero por lo menos lo estaba logrando - ¿Por qué?.....¡¿Por qué Kevin?! ¡¿Qué tiene de especial?! - comenzó a decir llena de furia, y con posesión comenzó a pasear sus manos por su torso, observando con rabia y envidia las numerosas marcas que el alfa pelinaranjo había dejado en el cuerpo del omega - Aun así, parece que no fue lo suficientemente fuerte ¿eh? no te ha marcado... - decía sin detener sus manos, trayendo mas sollozos por parte de Edd - Serás mío de todas las formas posibles...así que se un buen omega y quítate ese collar

Las manos del omega comenzaron a moverse temblorosa y lentamente en dirección a su collar, sentía dolor, miedo y mucho cansancio mental. No quería obedecerla, pero la voz de la alfa retumbaba dolorosamente dentro de su cabeza. El collar que ocupaba Edd no era uno de los más modernos, pero tampoco era uno sencillo, y menos barato. Con el dinero que ganaban sus padres, estos podían darse el lujo de comprar un collar decente para su hijo omega. Para poder abrirlo, se debía mantener presionado por unos segundos un pequeñísimo botón que se encontraba en la parte lateral izquierda del collar (exactamente en la orilla superior del collar). Una vez hecho esto, se habría mandado una solicitud que llegaría directamente a la aplicación de su celular, en donde solo bastaría que el dueño marcara la clave correspondiente y así el collar se abriría por si solo. Ya que Edd era por sobre todo precavido, esta clave la cambiaba cada día, nunca se sabía si algún alfa estuviera espiando. Pero jamás pensó que estaría en esa situación, siendo forzado de esa forma. En ese momento deseo haber sido marcado por Kevin durante el celo, habría podido evitar ese mal rato, y todos los posteriores, ya que al ser marcado ningún otro alfa lo volvería molestar. Estaría incondicionalmente unido a Kevin, y solo él se vería afectado por sus feromonas. Pero claramente, esa no era su situación actual.

Mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora