6 años después

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  - ¡N-nathan! - dijo el pelinegro mientras veía acercar el bello rostro del alfa hacía él. 

- Solo aguanta un poco más lindura - decía de lo más divertido Nathan mientras aun mantenía su rostro cercano al de Edd.

"Estoy muy cansado como para estos juegos" pensaba el omega, sintiendo como su cuerpo reaccionaba incómodo ante las feromonas del osado alfa. 

En ese preciso instante, se escuchó como fuertemente la puerta de la habitación principal fue abierta, y saliendo de esta, se encontraba una figura que expedía un aura asesina. Kevin se encontraba tomando una ducha cuando sintió la incomodidad y nerviosismo de Edd a través del lazo. Como ya había sucedido varias veces, sabía perfectamente de quien era la culpa.

- ¡Yaay! Lograste atraparnos bombón - decía alegre el peliturquesa mientras abrazaba al pequeño y cansado omega - Como siempre - canturreo.

Pero su sonrisa cambió a una mueca de dolor cuando su rostro recibió el fuerte golpe de una zapatilla.

- ¡Suelta a Doble d, tarado! - grito enojado Kevin mientras se abalanzaba sobre el otro alfa - ¿Qué no ves que está cansado?

- Pero es muy divertido molestarte... - decía mostrando un puchero, mientras recibía un coscorrón en la cabeza - Además, ustedes son la pareja más linda que he visto

Edd aprovechó la pelea entre los dos alfas para arrancar hacia el sillón. Una vez ahí, se desparramó de manera agotada en este, mostrándose ajeno a la batalla que se encontraba detrás de él.

- No te hagas el lindo, se suponía que te habías ido, pero te quedaste a esperar a Doble d ¿o no? - decía enojado mientras llevaba a rastras a Nat hacia la puerta principal - Eres odioso ¿Qué no te cansas de jugar con nuestro lazo? ¿Cuánto tiempo más voy a tener qu...¡S-suelta eso! - se interrumpió a si mismo cuando sintió que la toalla que cubría su cadera era jalada por el otro alfa.

- Así que estabas esperando a la lindura vestido así ¿eh? ¿Tenías planeado hacer tus propios juegos?

- ¡Estaba tomando una ducha idiota! ¡A-ah! ¡Suelta! - decía afirmando como podía la toalla.

- ¿Por qué? Si quien más lo disfruta es la lindura...

A penas Kevin se giró en dirección a su novio vio como este, quien se encontraba hace unos segundos apreciando una buena vista, volvía a ocultarse tras el sillón. "Ya veo porque repentinamente parecías estar tan feliz" pensaba mientras sus mejillas adquirían un brillante color rosa Kevin.

- Uuuh ¡alguien está sonrojadooo! - canturreo el peliturquesa.

- ¡Fuera de mi casa! - gritó nuevamente el pelinaranjo mientras lograba volver a poner su toalla en su lugar, y prácticamente a patadas logró sacar a Nat del departamento.

Suspiro con fuerza mientras escuchaba desde afuera como su amigo gritaba un "Nos vemos mañana". Ignorándolo completamente, caminó hasta donde se encontraba su omega, quien estaba echo un ovillo en el sillón, con las mejillas aun encendidas por ser descubierto espiando a su novio.

Sin decir nada, se sentó a su lado.

- ¿Crees que no tendrás problemas por haber golpeado a tu jefe? - decía en un tono divertido, a pesar que su ojeras negras demostraban otra cosa.

- Naah, él sabe que se lo merece - dijo risueño, pero se detuvo al ver la mirada perdida de Edd - Ven aquí - dijo mientras tomaba con facilidad el cuerpo del omega y lo ponía sobre su regazo.

No necesitaban hablar, sabían perfectamente lo que el otro había sentido durante el día. 

- Aun estas mojado - se quejó Edd, mientras era envuelto en esos enormes brazos, pero en vez de mostrarse molesto por esto, una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios. El omega cerró sus ojos y con una de sus manos paseaban por los pectorales del alfa, sintiendo los tonificados músculos que con los años se fueron formando. Su físico no había cambiado del todo, lo que más se destacaba era el haber crecido varios centímetros y la mayor musculatura que adquirió. Mantenía su cabello corto, y bajo la influencia de su loco amigo, se había hecho un piercing en una de sus orejas. Para los ojo de Edd, Kevin cada día se volvía más guapo.

Mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora