Tiempo

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Había vivido un fin de semana inolvidable.

La cita que tuvieron ese viernes fue esplendida, más aun cuando al día siguiente decidieron salir con Nath y Daniel. Fue una cita doble, Edd nunca había participado de algo así. Salieron a comer y a bailar a un lugar que fue recomendado por Nath. Bailaron hasta cansarse y, pese a que en un comienzo Daniel parecía un tanto nervioso, luego se fue soltando.

A los ojos de Edd, tanto el alfa como el beta hacían una linda pareja, aunque a su parecer el primero mostraba grandes esfuerzos por llamar la atención de Daniel. Creyendo que quizás aun no habían formalizado del todo.

De Kevin solo podía pensar en lo enamorado que se encontraba de él. El día de ayer, lunes, lo había sorprendido en la entrada del hospital con un ramo de flores. El gesto le pareció de lo más dulce al ver que había recordado su conversación de días atrás.

Kevin era el hombre con el que deseaba estar. Ahora tenía más que claro que no importaba si este fuera alfa, beta o incluso su destinado. Sabía perfectamente que fuese como fuese habría terminado enamorándose de él.

Tenía que agradecerle eso a las pastillas. Gracias a estas, pudo mantener alejado a los instintos que lo ataban a Kevin, y así redescubrir sus sentimientos. En lo más hondo de su corazón, temía a que todo hubiera sido simplemente obra de la compatibilidad entre feromonas.

Aun así, pese a que se habría prometido dejarlas esta semana, no había podido deshacerse de ellas.

¿Cómo hacerlo?

Gracias a ellas no solo no tenía que lidiar con los continuos enfados de Kevin, sino que también no se veía aproblemado por sus compañeros alfas. En especial con el doctor Meyer, a quien le encantaba ocupar sus feromonas para intimidarlo, y así demostrar que los omegas no estaban capacitados para ser médicos.

Pero Edd no sentía nada, podía hablar tranquilamente con el doctor y dar sus puntos a conocer sin las molestias de ser intimidado.

Pese a esto, sabía que no podía estar por mucho tiempo así. Pese a no compartir sus sentimientos como lo hacían antes, podía notar en las expresiones de su alfa que se veía un tanto confundido cuando lo escuchaba hablar de ciertos temas, como si sospechase de algo.

Realmente creía que lo mejor era terminar con todo eso...pero justo hoy tenía una importante cirugía.

¿Era correcto si era por el bien de los pacientes?

Pero en el fondo, Edd sabía muy bien que simplemente era por beneficio propio.

....

Ya eran entradas las 7:45 de la tarde cuando Edd estaba por abrir la puerta de su departamento. Había sido un día de lo más agotador pero fue bastante productivo. Constantemente revisaba su teléfono celular para confirmar que a Kevin no le hubiera pasado nada y así estar al tanto de lo que podía, aun que era malo mintiendo. Ese día no había recibido ningún mensaje del alfa.

- ¡He vuelto amor! - dijo un cansado pero feliz omega al volver a su departamento. Recibió un beso por parte de su alfa, quien había salido a toda velocidad a recibirlo. Este parecía un tanto emocionado al verlo entrar, esperando con ansias a que su omega le preguntase. Pero eso claramente no ocurrió - No tienes idea del lío que se formó hoy en el hospital...¡Parecía batalla campal! Varios pacientes reclamaban acerca de ....

-¿Por qué me ignoras? - preguntó un tanto cabizbajo Kevin.

- ¿De qué hablas amor? - dijo entre risas Edd mientras se asomaba por la cocina al verlo - Te he estado hablando ¿no es así?

- Sabes a lo que me refiero... ¡Lo primero que hago al verte es preguntarte!

- ¿A qué te refieres? - y esta vez, Kevin realmente vio que Edd estaba confundido, lo sentía. Su omega realmente no tenía idea de lo que estaba hablando...de lo que estaba sintiendo.

Mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora