Una linda pareja paseaba por una antigua peatonal de la ciudad junto a sus dos pequeñas hijas, las cuales juguetean y corrían a una distancia prudente de sus padres. El hombre rodeaba cariñosamente la cintura de su esposa, quien tomaba su mano libre y le proporcionaba pequeños masajes a sus nudillos.
—Papá, ¿qué es esto?—una de las pequeñas señaló confundida un viejo afiche en una desgastada pared junto al callejón.
El hombre miró a su mujer sorprendido.
—¿"Umbrella Academy"?—la otra pequeña se acercó con curiosidad a su hermana.
El padre alzó a la pequeña en brazos, mientras que la madre alzaba a la otra.
—Este logo... es como el que tú y mami tienen en sus muñecas.—
—Sí, eso es porque yo pertenecía a esta academia al igual que tu madre.—
—¿de verdad?—los ojos de las pequeñas se iluminaron.
—Pero aquí dice que tienen poderes... tú no tienes poderes.—
—¿a sí? Que no te los haya mostrado no significa que no los tenga.—una sonrisa divertida se instaló el rostro del hombre—. Yo soy éste.—señaló a una de las siluetas en el póster-. Número 5.—
—¿y mamá?—
—Número 8.—la mujer se acercó a su esposo.
—¿eran superhéroes?—
—Podría decirse...—
—¿y por qué ahora no?—
Cinco miró a su esposa, pidiéndole permiso para contarle la verdad a las niñas a lo cual la mujer accedió con una leve sonrisa.
—Nosotros salvamos al mundo hace muchos años, ya no había necesidad de seguir siendo héroes. Así que decidimos formar una familia.—
—¿y el tío Diego y la tía Vanya?—
—¿Ellos también eran superhéroes?—
Cinco bajó a la pequeña de sus brazos y la tomó de la mano, comenzando a caminar junto a su esposa.
—Cada uno de nosotros tiene una habilidad única que nos hace increíbles.-
—¿Y quién era el más poderoso?—
—La tia Vanya.—contestó ____ sin dudarlo.
—Mentira, yo lo soy.—intervino su esposo con una sonrisa orgullosa.
—Ya quisieras...—
—¿de verdad la tía Vanya? Pero ella es algo aburrida, sólo toca el violín.—
—Ese violín fue la causa del casi Apocalipsis...—soltó sin pensarlo demasiado Cinco—. Pero dejemos eso de lado, niñas. Ya todos estamos a salvo, la academia solo es un viejo recuerdo. Ustedes dos son nuestros más grandes logros.—miró a sus hijas con una gran sonrisa—. Dolores... Grace, mis pequeñas princesas.—besó sus frentes antes de tomar sus manos y comenzar a caminar.
—Gracias por dejarme excluida.—su esposa lo miró "molesta".
—Ellas son mis princesas, tú eres mi reina.—
—¿a si? Tú eres mi pequeño bufón.—
—... solo eres 5 centímetros más alta...—
La mujer rió por lo bajo antes de acercarse a su esposo y besar sus labios.
—Te amo, Cinco.—
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