Capítulo 47

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Janeth la miró aterrorizada ante la confesión. La idea de que había tratado con la persona que la había secuestrado y casi matado le dió náuseas. Los temblores no se hicieron esperar y pronto se sintió fría y como si en algún momento fuera a desfallecer.

—Lo siento, lo siento tanto. Creo que lo solté muy rápido —se disculpó Natasha y la tomó del codo al ver que se estremecía.

—Dios mío... Pensé que lo imaginaba, pero fue él todo este tiempo... —Janeth la miró en silencio por un largo tiempo mientras hiperventilaba por el terror que sentía.

—¡Ayy muchacha, lo siento! —Natasha colocó el pulgar sobre la frente de Janeth y pronunció algo raro que no pudo comprender y al segundo siguiente ella se sintió tranquila—. ¿Mejor? —Janeth no comprendió que hizo o dijo, pero se sintió extremadamente calmada.

—Gracias Natasha.

—Por el momento Connor y tú hacen bien en quedarse en Reading por un tiempo, entre más lejos estén mejor.

—¿Cómo es que está aquí y no muerto? —Natasha negó—. ¿Lo traje yo?

—De alguna manera tocaste el jarrón después de él y hubo un tipo de vínculo cuando lo hiciste, por ello después del accidente fue que ambos viajaron. Intentaré averiguar que sucedió con el James original para que terminara muerto en su lugar —explico la joven.

—Debo tener más cuidado... ¿Eso quiere decir que puedo traer a mi abuela o llevar a Connor? ¿Cómo le hago para viajar cuando quiera? —inquirio Janeth muy curiosa.

Natasha asintió emocionada y ambas se sentaron en la cama.

—Veras solo podrás viajar entre fechas y lugares diferentes, deberás cerrar los ojos y decir la fecha y lugar.

Janeth asintió rápidamente y se maravillo con la noticia.

—¿No puedo ir donde Carolyn para contarle? —cuestiono.

—Me temo que para eso deberás ir tu misma en carruaje o enviar a un mensajero. No puedes viajar en el mismo espacio ni tiempo —explico con una sonrisa—. ¡Oh y te pediré un favor! Sabes que hay un objeto que en  el diario no se alcanza a leer por el descuido de alguien que maltrato el diario de Duncan. En fin... El otro objeto encantado es un anillo, uno que perteneció a mi padre por cierto y creo que cuando lo encuentres lo sabrás... Necesito que a la persona que lo lleve, le des un pequeño paseo a tu época. Después de eso, no hará falta que lo ayudes.

—¿Lo ayude? ¿Es un hombre? —solto un chillido de sorpresa y se llevó las manos a la boca.

—No diré nada al respecto... Se supone que todo debe fluir por si solo, pero a veces necesitan un pequeño toque.

Janeth la miró mal por no contarle nada.

—¿Por qué hiciste todo esto... El hechizo?

La joven soltó una risita, pero se quedó callada durante largos segundos como si recordara algo.

—Fui criada para cuidar a mi pueblo y debía permanecer virgen hasta el día de mi muerte porque esa era la misión de mi vida. Todo eso conllevó a qué naciera en mi un gran poder que aprendí de tus antepasados... Sin embargo ver qué otras mujeres habían sido entregadas en matrimonio, mientras yo estaba sola no me lo hizo fácil. Acepté mi destino durante años, hasta que un día mis poderes además de adivinatorios, me llevaron a un lugar desconocido, uno que estaba muy lejos de casa —sonrio—. Allí encontré a mi alma gemela, al hombre que siempre amaré.

—¿Que sucedió? —susurro Janeth algo inquieta.

—No podía quedarme ahi porque esa decisión podía afectar a mi pueblo y a mis hermanas. Lo pensé durante mucho tiempo y huí de mi destino, pero nada volvió a ser igual y al darse cuenta de esto, mi gente decidió darme la oportunidad de ser feliz. De volver con él. Cuando mi primera hija nació, pensé que así como yo, habrían más personas en el mundo y por ello decidí encantar esos tres objetos.

En Tus SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora