Capítulo 31

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—¿Vas a vengarte? —preguntó Carolyn boca abierta. Janeth asintió lentamente y dejó que una doncella la ayudará a vestirse.

—Digamos que quiero enseñarle lo que se pierde. No dejaré que me vea devastada. Va a arrepentirse de cada acto palabra o pensamiento —musitó. Ella hizo un mohín cuando la doncella ajustó  el corsé.

—Me sorprende que Bruce se haya ofrecido a ayudarte. Por lo general es calmado, es como si me hablaras de alguien totalmente diferente.

—Me dirás loca, pero algo me llevó a confiar en él. Hay un sentimiento demasiado familiar en Bruce que no puedo describir. Nunca tuve hermanos, pero lo siento tan cercano que podría acercarse a eso.

—¿Si? No será que te gusta y estas confundiendo el sentimiento. A lo mejor el jarrón que encontraste se equivocó y el destino también. De modo que te envió señales equivocadas y tu alma gemela es el marqués —expuso Carolyn mientras se llevaba un panecillo a la boca.

Janeth la miró confundida.

—¿Puede suceder algo como eso?

Carolyn se encogió de hombros.

—Tal vez. No todo está dicho aún. Recuerda que en esta época aun no encontramos el jarrón. Si es que resulta ser lo que te trajo aquí —explicó la vizcondesa.

—¡Aush! —chilló Janeth un jalón en su cabello.

—Lo siento mucho señorita Janeth, un rizo se enredó en su corsé —se disculpó la doncella.

—Tranquila, solo fue la impresión. Estoy bien —dijo restándole importancia.

—Bueno, solo queda ver como avanza todo.

—Supongo que si. ¿Por qué había una fiesta ayer? Olvide preguntar.

Carolyn se colocó de pie y sin ser consciente acarició su vientre hinchado. Ella se acercó a la ventana de la habitación que le habian asignado a Janeth en la segunda planta y se recargó en la pared antes de girarse a su amiga.

—Como se vino el fin de temporada y la nobleza prefiere salir de la ciudad para ir a la caza, decidimos invitar a algunos amigos a pasar unas semanas. El duque es uno de nuestros invitados y me temo que la señorita con la que estaba también lo es.  Es hija de un amigo de Duncan, está en su segunda temporada —explicó a Janeth.

—¡Oh! Creo que no fue el mejor momento para venir.

Janeth se colocó un vestido azul cielo mangas largas y sin nada de escote que le habia obsequiado Carolyn. La doncella lo abotonó en su espalda y luego procedió a ponerle las botas.

—De hecho me parece que es el momento perfecto para llevar a cabo tu plan. Aparte de diversión, ayuda a que las jóvenes casaderas encuentren marido. Tenemos muchas señoritas invitadas, te aseguro que te llevaras bien con la mayoría de ellas.

—Te daré el beneficio de la duda.

—Te las presentaré. Diremos que acabas de llegar, no muchas personas te vieron llegar y a juzgar por tu apariencia de ayer y hoy, esta es muy diferente. Te aseguro que seras irreconocible. Myra es muy buena con su labor —susurró.

—Así es señorita Janeth, le dejaré mucho mas hermosa de lo que es —secundó la doncella—. Solo nos hace falta el cabello. Haré que brille mas que el fuego.

—Gracias a las dos.

—De nada cariño. Hoy tenemos preparado un paseo por la tarde y múltiples actividades después del almuerzo. Así que es perfecto que te unas a nosotros.

—Lo haré. Le veré el lado positivo a esto.

Después de que Janeth estuvo lista, Carolyn y ella bajaron para desayunar, allí se encontró con otras jóvenes, para su alivio no había ni un caballero. La mayoría le cayó en gracia, menos una, la misma a la que Connor había besado. No sabia si era por celos o porque simplemente su gesto de supremacía le desagradaba.

En Tus SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora