Capítulo 20

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Pasaron varios dias, en los cuales Connor y Janeth se conocieron un poco más. Intentaron dejar las discusiones a un lado, pero pronto comprendieron que era algo de su día a día y no podrían evitarlo por mas que quisieran.

Por otro lado, Janeth frecuentó la mansión de los vizcondes y de la mano de su amiga aprendió un poco de las costumbres de la época. Tanto que Connor decidió llevarla a la velada que organizaría la familia Powell el sábado. El paseo por los circuitos de Hyde Park se postergó día tras día y finalmente Janeth comprendió que nunca saldrían hasta la tarde del viernes, cuando Connor le informó mientras estaban en el salón, que sería bueno salir.  Ella estaba tomando el té en ese momento y se quemó la lengua con la noticia. Prácticamente intentó matarlo después de eso por informarle cuando estaba tomando la bebida y era que únicamente bastaba mirar el humo que despedía para saber que estaba caliente....mas bien hirviendo. Después de terminar ambos se retiraron y Janeth procedió a cambiarse el vestido en vista que saldrían.

La doncella la ayudó a cambiarse, remplazando aquel vestido blanco y simple que llevaba por uno de color azul claro de mangas cortas, el cual llevaba un bordado con piedras plateadas en la cintura alta. Janeth se puso guantes blancos que le llegaban mas arriba del codo, un sombrero blanco con un lazo del mismo color de su vestido y botas altas. Le habría gustado montar a caballo, pero como no sabia hacerlo, le tocaba conformarse con un paseo en carruaje.

—Se ve espléndida, señorita —la alagó su doncella. Janeth se sonrojó y le agradeció por el cumplido—. No tardará en conseguir pretendientes con tal belleza...tarde o temprano las propuestas lloverán  —expresó la doncella sonriente.

Janeth fingió una sonrisa y se puso a pensar en que como eso pasará, Londres iba a arder.

—¿Lord Dankworth estará preparado? —preguntó para cambiar de tema.

—Es posible, a milord no le toma tanto tiempo prepararse como a usted, señorita. ¿Quiere que vaya a ver?

Janeth negó.

—Tienes razón, con tanta cosa que debo ponerme tardo años...bajaré. A lo mejor me está esperando.

Su doncella asintió y se apresuró a la salida para abrirle la puerta. Janeth salió y la joven la siguió. Cuando ambas llegaron a la sala, el mayordomo le informó que Connor estaba en su estudio y que había dejado dicho que le alcanzaría en el carruaje.

—¿Alguien está con él? —inquirió dudosa. El mayordomo asintió lentamente.

—Lady Alice Howland ha venido a verlo en compañía del señor Becher —informó el sirviente.

Janeth se quedó atónita e inquieta al saber que una mujer estaba con Connor, muy a pesar de que parentesco tenía el hombre que la acompañaba...entonces recordó lo que Carolyn le había dicho de presentarle a algunas amigas. ¿Sería la misma Lady Alice o la sociedad londinense estaba llena de ellas?

—Mmm... Gracias —balbuceó—. ¿Son esposos? —preguntó refiriéndose a los invitados.

—No, señorita... Se podría decir que son hermanos. El señor Becher es protegido de los Condes de  Cotwells, lo acogieron desde muy pequeño.

A Janeth eso le inquietó mas...no era un secreto para nadie que cuando una señorita está enamorada y es una casadera, puede perseguir a un caballero por todos lados y buscarlo hasta debajo de las piedras. Solo esperaba equivocarse.

—Bien...digale a Lord Dankworth que lo esperaré en la biblioteca y cuando éste listo me avisen. 

El mayordomo dio la impresión a Janeth de que iba a refutar porque abrió la boca para decir algo, pero luego solo llegó a asentir y ella en compañía de su doncella avanzaron hasta la biblioteca.

Media hora después Connor salió de su estudio y acompañó a Lady Alice Howland y a su buen amigo Adam Becher a la puerta. Se despidió de ellos con un asentimiento de cabeza y se llevó una sorpresa al percatarse de que el carruaje no estaba. Él volvió al interior y buscó al mayordomo, sin embargo se lo encontró antes de ir mucho mas allá.

—Derek ¿Donde está la señorita Crane?

El hombre se sobresaltó y retomando la compostura rápidamente dijo:

—La señorita comentó que lo esperaría en la biblioteca en lo que usted salía, milord —respondió.

Connor cerró los ojos y suspiró profundo.

—¿Le dijiste con quién estaba? —inquirió.

—Me lo preguntó.

Connor hizo un mohín disgustado y le ordenó a Derek, que fuera a avisarle que la estaba esperando. El mayordomo desapareció rápidamente y Connor se volvió para ir a fuera, pero recordó que el carruaje no estaba fuera y pensó que era porque Peter aún no lo había sacado.

—Milord...la señorita Crane no está en la biblioteca —dijo Derek a sus espaldas.

Connor abrió los ojos imaginando lo peor.

—¿Peter sacó el carruaje? —murmuró aguantándose las ganas de gruñir. El mayordomo asintió rápidamente.

—Lo hizo mas temprano, milord.

—No está. Esa Jovencita me va a escuchar en cuanto la encuentre... —espetó—. Ordena que preparen un caballo, voy a salir enseguida.

Connor resopló enojado y pateó una silla que estaba en su camino. Estaba seguro que se había ido al ver que el tardaba en salir, pero él no podía echar a sus amigos, menos cuando le estaban pidiendo ayuda. Subió las escaleras de par en par, meditando cual sería el primer lugar al que iría a buscarla.

***

La portezuela se abrió y Janeth salió del carruaje seguida de su doncella, se había visto obligada a llevarla o Connor pondría el grito bien alto cuando se enterará que se había ido sola de la mansión. Se había cansado de esperarlo y el saber que estaba en compañía de una mujer solo hizo que su desespero aumentará, junto a su furia. De haberse quedado esperando en el carruaje, se habría puesto como un camarón por el sol. Sabía que se pondría como loco por haberse ido, pero eso solo hacia parte de un pedazo de su pequeña venganza contra él.

—¿Señorita Janeth? —Preguntó Peter con un tono de preocupación en la voz.

—¿Que pasa? —Su pregunta quedó suspendida en el aire—. ¡Ay! —se quejó de dolor al sentir un fuerte apretón en el brazo. Su doncella también gritó y ella se alarmó. Habían dos hombres desconocidos, los cuales tenían un trozo de tela cubriendo su rostro de la nariz para abajo—. Mierda, es un atraco.



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