Diecinueve

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A partir de ese día Black Hat de escabullia en mi cuarto cada cierto tiempo, hablabamos, me cuidaba, cuidaba del bebé o cosas así; después de esa noche recuperé la conciencia y no le permití volver a besarme siquiera, tenía una relación estable con Erwin y no pensaba arruinarla por un posible capricho de Black Hat.

Erwin estaba bastante ocupado y casi no tenía tiempo ahora, no nos veíamos salvo en las consultas... No me gustaba esconderle cosas, sin embargo, Black Hat es el padre del niño y probablemente se pondría mal al saber que regresó.

–Mañana tengo un ultrasonido, te lo quiero mostrar –estoy seguro que mis ojos brillaban en el momento en que lo decía; él, sin embargo, tragó saliva.

–Estaré feliz de verlo –no me acarició el vientre como solía, llevaba días sin aparecer y ahora actuaba raro...

No dije nada, pensando que tal vez no se sentía del todo bien, hablamos un rato más y después de fue, desapareciendo por la ventana como siempre hacia.

Por la mañana recibí un mensaje de Buenos días de mi amado, cosa que me hizo sonreír; él solo se había armado un plan para nosotros y a decir verdad no me molestaba.

El plan era simple;
-la consulta a las 12:00
-una comida, en su último descanso cerca de las 3:00
-una noche de películas en su casa desde las 7:00

Me emocionaba pasar el día con él ya que siempre me divertía a su lado, además, no me sentiría solo. Erwin siempre iba conmigo cuando estaba solo en casa, sin White Hat ni la pequeña, solo él y yo...

Cuando llegué al consultorio y entré, me recibió con los brazos abiertos y una sonrisa... Nos abrazamos por un largo rato y después precedió el ultrasonido.

–Por el momento soy el único que conoce el sexo del bebé ¿quieres saberlo tú también?

Dudé unos momentos pero terminé por aceptar.

Revisó rutinariamente mi vientre, mostrandome como el pequeño de 8 meses comenzaba a prepararse para nacer y por eso se la pasaba jugando y comiendo –¿es pequeña o pequeño? –le pregunté finalmente y él se puso a buscar.

–Es nuestro pequeño Noah –sonrió ampliamente dejando sus aparatos de lado y acercandose a besarme –es un niño.

Le regresé la sonrisa y el beso –es muy afortunado al tenerte a tí para cuidarlo.

Y es que sí, por más que Black Hat quisiera registrar al pequeño como suyo o que Atenea no estuviera conforme con la decisión, quería convertir a Erwin en el padre de ambos.

Entre pequeños besos y juegos terminó la consulta, con la promesa de vernos en un par de horas en el café de afuera del hospital.

Si un par de vueltas por las calles antes de entrar y sentarme en una mesa.

–¿Va a ordenar algo? –se acercó una señorita con una libreta y un lapicero.

–No, estoy esperando a alguien –sonreí y se alejó.

Me quedé pensando al ver a una familia sentada en una esquina ¿así nos veríamos Erwin y yo? “No” por alguna razón sentí un escalofrío al pensar en que Black Hat diría algo así... Entonces pensé como nos veríamos con él, pero algo no cuadraba, veía una sombra más allá de nosotros cuatro.

Bailando con el demonio (Paperhat Omegaverse)Where stories live. Discover now