Dos

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Mientras los hermanos discutían sobre el científico, esté se encontraba en un momento crucial, pues el suero había funcionado.

Tenía por lo menos dos horas para aislarse y conseguir lo necesario para sobrevivir solo el resto del día.

El Dr. Flug se encerró en el laboratorio rodeado de cualquier cosa que pudiera necesitar y se quedó ahí durante dos días enteros.

Demencia lo daba por muerto. 5.0.5 no se quitaba que la puerta esperando que su padre la abriera y Black Hat estaba harto de tener que retrasar encargos.

Pero al fin salió, siendo a 5.0.5 durmiendo la primera cosa que hizo y solo pudo mirarlo con ternura y decirle que se levantará. En respuesta el oso lo abrazó con fuerza y le obedeció; después de eso, y al darse cuenta de que al parecer Black Hat no estaba en casa se dió una ducha.

—¡DOCTOR INSERVIBLE VEN INMEDIATAMENTE A MI OFICINA! –gritó el alfa desde la planta baja con la suficiente fuerza para que toda la calle le escuchara.

El Dr. Flug se dió prisa en arreglar su ropa y corrió con el cabello mojado a donde le indico su jefe.

—¿Me llamó Jefecito? –entró con timidez a la oficina y cerró la puerta detrás de sí.

—Pues claro que sí, animal ¿Conoces otro científico inútil? –Flug trató de defenderse, pero sabía que cualquier intento de salvarse solo empeoraría la situación, así que solo se limitó a bajar la mirada al suelo –¿Qué debería hacer contigo, parásito?, ¿Sabes los problemas que causó tú estúpido celo?

—Podria despedirme, lord –dijo en un tono de voz bajo, aunque tenía la suficiente fuerza para ser escuchado.

Algo dentro de Flug le pedía a gritos que soltara de una vez su idea de llegar a estar al lado de Black Hat como su pareja, ese algo llevaba ahí años y siempre lo había ignorado pero ahora, sin entender porque, las palabras llegaron más profundo en su corazón y lo hicieron añicos. Así fue, que con un gran dolor en su pecho; Flug dejaría de llamarle 'Jefecito' a aquel demonio.

—¿Y luego que hago? Se seguirían produciendo los productos que ya están pero la gente se comenzará a hartar de lo mismo, idiota. –soltó el demonio sin escrúpulos.

—Podria contratar a un científico más eficiente –tomó el argumento de que él era un inútil para lograr convencerse de que por el bien de la compañía Black Hat sería capaz de sacarlo a patadas.

Pareció pensarlo.

—¡Esto no está a discusión Flug! ¡Qué SU pequeño incidente no vuelva a interferir en mis reuniones! ¿Entendió? –gritó después de sacudir levemente la cabeza

—Entendido, Jefe

El científico volvió a bajar la mirada y se dirigió a su laboratorio, del cual, durante su celo no salía ni un segundo, lo había arreglado con un sistema de seguridad antiolores, ya qué, el celo hacia que no pudiese controlar sus feromonas y solo así podía estar seguro.

Raramente, en aquellos días de soledad le llegaban ideas nuevas de experimentos que podrían funcionar, entre ellas, una máquina que transformara a 5.0.5 en humano, un rayo de muerte instantánea... Llegaban las ideas, hacia los planos y aún así no se sentía capaz de acabarlos, ¿Qué tal si son cosas que ya existen? ¿Saldrán bien? ¿Le gustarán al jefecito? Ese tipo de preguntas hacían que dejara muchos proyectos escondidos en un cajón juntos a sus planos.

Ese día hizo más planos para proyectos que le gustaría hacer y que poco a poco iría armando porque estos si lo convencían totalmente. Trabajó tanto que llegó un punto donde se quedó profundamente dormido; hacia tiempo que venía soñando lo mismo, una pesadilla donde él va pilotando un avión y de pronto, antes de sobrevolar la casa de Black Hat comenzaron a lloverle disparos y bombas haciendo que perdiera el control del avión y este se desplomarse sobre la casa, Flug rápidamente se soltaba el cinturón y aunque buscaba refugio la explosión lo sacaba volando frente a su jefe.

Pero esta vez, el sueño era distinto, era una reunión en el salón de la mansión junto a todos los villanos de más alto nivel de socios de la compañía quiénes iban en pareja, cosa que en primera instancia no se le hizo raro, las reuniones eran cada cierto tiempo y la mayoría de los miembros platino eran alfas empoderados y los omegas no eran más que sus posesiones más preciadas, sin embargo, al oír música clásica de fondo pensó que algo estaba mal. Todos los presente, de repente tomaron a sus amantes y los llevaron al centro de la pista, para después bailar un vals juntos.

Flug se dedicó a observar todo mientras estaba sentado al lado de una niña pequeña que peleaba con Demencia; hasta que algo sumamente raro ocurrió, Black Hat se acercó hasta estar frente a él y habló:

—Flug, ¿Me amas? –preguntó después de un momento el demonio.

—Claro que sí, siempre lo he hecho –respondió el científico lleno de felicidad ante la repentina pregunta.

—Entonces... –le tomó la mano y la acercó a sus labios para después besarla –si me amas, déjame bailar contigo.

Black Hat le apretó la mano y la jaló en señal de que se levantara, y lo hizo, se dirigieron a la pista y al igual que todo el mundo comenzaron a bailar.

Flug sonreía y no lo trataba de esconder, aún sabiendo que era un sueño, para él era perfecto; algo que en algún momento le gustaría que pasara, aunque a su jefe los bailes le parecieran una tontería sin sentido y aunque Black Hat nunca llegará a ser tan amable con él. Flug estaba bien con eso, tendría sus sueños para ser feliz a escondidas.

Mientras el científico dormía plácidamente en su escritorio, Black Hat lo buscaba, pues llevaba más de 10 minutos gritándole que fuera a su oficina y este no le hacía caso.

—Demencia ¿Sabes dónde está Flug? –preguntó con furia en la voz.

—De seguro se volvió a quedar dormido en su oficina –señaló la chica y enseguida comenzó a tratar de coquetearle –¿Lo necesitas para algo Blacky? ¿Qué tal si te ayudo yo en lugar de esa rata de laboratorio?

—Deja de ser tan vulgar y hazte a un lado  –respondió el mayor mirandola con odio.

Siguió su camino hasta el laboratorio de Flug y lo primero que vió al abrir la puerta fue al científico sonriendo.

—¿Qué demonios estás soñando para estar tan feliz, idiota? –pensó y se quedó un momento mirándolo– encima te vez tan lindo, pero ¿Qué estoy pensando, mierda?

Recordó que lo que iba a hacer y carraspeo.

—¡¿ME PUEDE EXPLICAR QUE HACE DURMIENDO EN HORAS DE TRABAJO?! ¡EL TIEMPO ES ORO ASI QUE DEJE DE PERDERLO RATA INÚTIL! –gritó el demonio para despertar al científico y olvidarse de los pensamientos que había tenido segundos antes.

Ahí estaba la realidad otra vez para Flug.

—¿Pasa algo jefe? –preguntó aún terminando de despertar.

—Arreglese apropiadamente que tenemos que ir a instalar TODOS –respondió resaltando la última palabra mientras se arreglaba el traje– los sistemas de seguridad que nos han solicitado.

—De acuerdo, Lord Black Hat –Flug se paró y se arregló un poco, se colocó la bolsa de papel en la cabeza y caminó detrás de su jefe mientras recordaba momentos de su sueño.

Bailando con el demonio (Paperhat Omegaverse)Where stories live. Discover now