Bailando con el demonio (Paperhat Omegaverse)

Cinco

Los días pasaron, la sustancia arácnida* estaba llendo bien, solo necesito crear un dispensador o un compresor, algo que evite que el villano quede enredado en su propia red.

-¿Soy yo o le estás copiando a Spiderman, genio? -preguntó Demencia mientras caminada a mi lado por uno de los pasillos.

Sonreí de lado, dudo que pueda escapar de esto -no lo sé, tú dime -me giré y arroje un poco de la sustancia, la cual se envolvió rápidamente a su alrededor -¿eso lo hace Spiderman?

-¡Sacame de aquí, idiota! -se quejó mientras se retorcía, lo cual hizo que la fuerza de agarre aumentara.

-Sal tú sola -la miré por encima -solo te digo que, mientras más te muevas, más fuerte se hace.

Y me fui, no sin antes escuchar un 'cuando salga me las pagarás, imbécil', llegué al laboratorio y mi teléfono comenzó a sonar, lo contesté rápidamente.

-¿Hablo con el Dr. Flug? -sonó una voz femenina al otro lado.

-Si, él habla ¿La agencia de omegas de compañía? -pregunté está vez yo.

Había buscado un omega que se adecuara a las exigencias de Black Hat y por tanto, había contactado con algunas agencias.

-¿Como es el omega que está buscando? -preguntó la mujer y yo busqué con la mirada la lista donde había escrito el que para mí sería su omega perfecto.

-Debe medir 1 metro, 70 más o menos, no importa realmente el color de sus ojos y cabello, pero debe tener mucha resistencia, complexión delgada y con la piel clara y sobretodo no puede tener una mente débil -describí, la verdad, mientras hacía la lista no podía evitar pensar que se debía parecer por lo menos un poco a mí.

-De acuerdo, tenemos un omega que encaja perfectamente con sus peticiones -respondió la mujer -¿Cuándo podría verlo?

-Hoy mismo -dije sin dudar.

-Lo espero a eso de las 4 de la tarde para firmar el contrato.

-De acuerdo, nos vemos -finalicé la llamada y deje el teléfono sobre el escritorio.

Eran apenas las 12 del mediodía así que aún tenia tiempo para trabajar y alistarme para salir.

Comencé a cortar las piezas que iban a formar parte del prototipo para la sustancia y después las soldé.

-¡Y está listo! -murmuré.

Un guante de metal ligero y un dispensador de materia con capacidad de un litro de sustancia. Cuando el villano este a más de un metro de distancia del héroe, presiona el botón del dispensador, la sustancia cae al guante y está listo para ser lanzado.

En el aire las bacterias de la sustancia se alertan y preparan para apresar al héroe, se crea una red que en cuestión de segundos cubre el torso junto a los brazos; sería fácil escapar, de no ser por la propia naturaleza de la sustancia, la cual modifiqué para que, en cuanto el héroe comience a forcejear, el agarre de la sustancia sea más fuerte.

Guardé todo el prototipo y material del proyecto bajo llave, en una caja fuerte con repelente de reptiles. Salí del laboratorio y me dirigí a mí habitación, tomé una ducha y me miré al espejo.