Once

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-Cariño, te tengo una sorpresa -escuche un voz irritante acompañado de peso extra en mi espalda mientras dormía así que decidí despertar poco a poco -cariño -ese tono me daba tanto asco que simplemente me desperté de golpe.

-¡DEMENCIA! ¡SAL DE AQUÍ! -le grite levantándome y tirando de las cobijas hacia un lado de la cama.

-¡Ouch! -esa no es la voz de Demencia, esa es una voz dulce, abrí los ojos, me di la vuelta y mire a una pequeña niña de cabello azul sentada en el suelo sobándose la cabeza.

—¿Quien carajo es esta niña? –pregunté mirando a Demencia y ella apuntó a la puerta, lugar del que pronto entraría Flug corriendo.

-¡ATENEA! ¿QUE TE PASO MI NIÑA? -Flug nunca había llegado ante mis gritos. Estaba alterado y asustado, pero pronto se calmó al ver bien a la niña.

Entonces, tomó a la niña en brazos, la cual rápidamente se acomodó en sus brazos como si siempre hubiera estado ahí, como si ella perteneciera allí, pero nunca lloró -¿que pasó, pequeña? -repitió y la niña lo miro con lágrimas en los ojos.

-Me caí de la cama -dijo entre balbuceos la pequeña, que al parecer se llama Atenea, vaya nombre de mierda. En cuanto tenga poder sobre ella, se lo voy a cambiar.

-No debes molestar a Black Hat cuando duerma -respondió el y la abrazó con fuerza, es mejor que te disculpes con él por venir a despertarlo.

No entendía muy bien lo que estaba pasando en mi propia habitación, hasta que recordé que unas semanas atrás, había logrado que White Hat dejara que la hija de Flug, de la que seguro era el padre, se quedara aquí durante el periodo de celo de Flug. La niña que cargaba, la cual tenia por nombre Atenea debía ser mi heredera.

-Tio Black Hat, ¿me disculpas? -dijo después de bajar hasta el suelo y acercarse nuevamente a la cama -no quise molestarte.

Se veía, que a pesar de ser tan pequeña, tenia modales, es muy tierna para ser mi hija, se notaba que no había sacado mucho de mi. La educaría para que pareciera mas mi hija.

-Tu no me despertaste mocosa, fue la lagartija esa -Flug me miro mal -¿que? Demencia es una lagartija.

Ese comentario hizo reír a la niña, a la cual decidí sonreír tiernamente, cosa que nunca hacia y que había olvidado como hacer, por lo que en vez de hacerla feliz, la hice ir de mi para que se escondiera tras su madre.

-La niña se quedara aquí una semana -dijo en un tono serio, mirando hacia la puerta.

-Si vas a decirme algo, mirame a la cara, maldito cobarde

Se dio la vuelta y me miro, pero la seguridad que había reflejado hacia unos segundos, había desaparecido, estaba temblando ¿nervios?

—La niña se quedara aquí una semana, vendré por ella entonces.

Terminó de hablar y se dio la vuelta sin permitirme decir nada y salió, de nuevo, con la niña en brazos; me quedé pensando en eso, en Flug cargando a la niña y la idea de todos juntos como una feliz familia de tres no me disgustaba del todo, trataba de convencerme de que se debía a que Flug tiene el rostro idéntico al de Alistor, pero en el Fondo, algo me decía que me equivocaba en eso.

Flug se iría antes de que saliera de la cama, eso lo supe cuando salí del cuarto y fui a buscarlo, la niña en cambio, se paseaba por la casa como si hubiese vivido allí siempre.

Quería hablar con ella, preguntarle sobre su vida, como era vivir solo con el idiota que tenia por padre pero no la encontré aunque la estuve llamándola- ¡Niña! ¡Niña! -gritaba porque no me acordaba de su nombre, al ver que simplemente no respondía, me decidí a buscarla.

Al principio pensé que estaría con Slug pero él estaba solo en laboratorio así que la busqué en los lugares que pensé que un niño iría, alguna habitación vacía pero solo encontré sus cosas, con Apolo, no. El sótano, no. La azotea, el patio, las jaulas, el incinerador, no estaba. Hasta que, mire en la cocina y la vi subida en un banquillo, al parecer estaba cocinando.

La miré con atención un par de segundos, con la sensación de que había visto esto en múltiples ocasiones.

—Me recuerdas mucho a 5.0.5 –le dije y en respuesta ella hizo un adorable "baw" y luego se rió bajito.

—No soy él, yo soy Selene Atenea, la hija de Flug –respondió con seguridad aún sin girar para poder verme.

¿Que clase de nombre es ese? ¡Enserio tengo que cambiarle en nombre a esta pobre niña!

—¿Sabes quien es tu otro padre? –pregunté después de un rato de silencio, me preguntaba si el hablaba de mi con ella, porque, vamos... tiene derecho a conocer a su familia COMPLETA.

—No –esta vez si se giró y en cuanto lo hizo, se llevó el dedo índice a la boca mientras inflaba las mejillas, como si pensara algo –papá Flug dice que no necesito saberlo –bajó la mano y se encogió de hombros –dice que él puede y va a criarme solo lo mejor posible.

No me sorprendía aquella respuesta, conocía a Flug; él siempre se hacía cargo de las cosas que fabricaba en el laboratorio y de su experimentación, más que nada, de sus fallas.

—¿Vas a la escuela? –le pregunte, estaba seguro de que Flug buscaría la manera de meterla a las mejores escuelas que su salario le permitiera; si me dejara, lo ayudaría, le quiero enseñar a ser tan mala como yo lo soy, pero también que fuera capaz de crear planes en base a lo que aprendió en la escuela.

—Espero poder ir pronto –sonrió y bajó del banquito junto con una cuchara –¿quieres probar esto?

Había olvidado que la niña estaba cocinando algo, me acercó la cuchara a la boca e incluso me ayudó a soplarle para no quemarme.

Lo probé y sabía bien, así que se lo hice saber, cosa que hizo que sus ojos se iluminarán y su sonrisa creciera.

—Te dejó cocinar en paz, Selene –le revolví el cabello y salí de la cocina.

Regresé al laboratorio e inspeccione un poco y entonces Slug entró.

—¿Buscas algo? –preguntó con su típico tono altanero.

—¿Donde carajo están tus experimentos? –pregunté de la nada –¿ya los arreglaste? o ¿eres tan inútil que no puedes ni hacer eso?

Me gustaba fastidiarle, porque cada conversación terminaba en una auténtica pelea de insultos.

—Me has ahorrado 10 minutos de mi vida al venir aquí, Lord idiota –buscó entre el desastre de cosas que tenía y sacó los mismos dos experimentos que me había mostrado hacia semanas, maldito inútil –ya sabes como funcionan ¿no? Pues no me importa sino, ya expliqué una vez.

Comenzó a probar los experimentos frente a mi, mostrándome las correcciones que le había pedido- todo parece perfecto, mandare a armar unas piezas a los gusanos de la fabrica y en cuanto estén listas - le dije dando la vuelta, dispuesto a irme -podremos grabar el comercial.

—¿No preferirías que Flug lo hiciera? –preguntó con un tono pícaro haciendo que me parara en seco –todos conocen al tímido y nervioso científico con el que trabajas, ¿no crees que se vería raro el cambio de personalidad entre él y yo?

—Él no conoce los experimentos -dije regresando la vista a la horrible bolsa que le cubría el rostro.

—Te equivocas, recuerda, anciano, que él hizo los diseños -soltó con un tono agrio.

—Él trabaja para mi hermano ahora -respondí, comenzando a irritarme ante esa actitud suya.

—Sería la misma basura de siempre, él graba contigo y yo con tu hermano -estoy seguro, que debajo de la bolsa se estaba riendo, y eso no lo iba a tolerar.

Me acerque a paso rápido a él, harto de la situación y lo tome del cuello del suéter, dispuesto a golpear -cuando tengas los huevos suficientes para quitarte la bolsa frente a mi, me hablas con ese tonito, rata absurda -dije furioso, sin gritar, que solo él escuchara y lo solté.

No iba a dejar que la niña, que se acercaba por el pasillo me oyera hablar así.

Bailando con el demonio (Paperhat Omegaverse)Where stories live. Discover now