Bailando con el demonio (Paperhat Omegaverse)

Uno

Otra reunion de villanos en la mansión, otra vez drogarme a mas no poder con los supresores; soy un omega, el único Omega de mi edad que no ha sido marcado, cuando tiene ganas Black Hat acude a mi en busca de saciarse. Soy su juguete sexual.

Black Hat no siente nada por mí y yo me enamoré de él casi desde el momento en que lo ví, se lo que va a pasar en un futuro; él va a tomar a alguna villana y la convertirá en su esposa y yo... A mí me desechara y en el mejor de los casos seguiré siendo su juguete sexual, no soy lo suficiente como para poder traer al mundo a sus hijos y eso me lo deja claro cada vez que me utiliza.

Estoy mareado, tantas fragancias de alfas que al pasar a mi lado y detectar mi aroma giran a mirarme a los ojos. No sé si podré aguantar esta noche.

-Flug, es hora -dijo él pasando a mi lado en su traje más elegante.

-De acuerdo, jefecito -respondí de inmediato y fui detrás de él.

Esa noche, Black Hat quería mostrar uno de los últimos inventos que habían salido bien, era un sistema de seguridad trampa antihéroes.

Solo tenías que activarlo y el héroe nunca llegará a la puerta de entrada, lo único que tienes que hacer antes es poner un reconocimiento facial de ti y tus subordinados.

-Listo, incompetente, puedes irte -me gritó y yo decidí irme, por mi propio bien.

Fui a otra sala de la mansión y me recosté, todos los supresores que me había tomado estaban cobrando cuentas y lamentablemente mi celo estaba a punto de empezar.

Tomé otro supresor y cerré mis ojos un segundo.

-¡Baw! -escuche y abrí mis ojos con una sonrisa al ver a mi creación... Mi cachorro

-5.0.5 ¿Pasa algo, bebé? -pregunté sentándome correctamente.

-Baw -estiró un papel con un dibujo en él.

-Somos yo y el jefecito -era el dibujo de Black Hat abrazándome, eso nunca sería posible -no deberías dibujar cosas así 5.0.5 -decayó mi ánimo y el pequeño me miró.

-¿Baw?

Mi pequeño me miraba confundido, no entendía porque lo reprimía y le decía aquello... Es demasiado pequeño para entender lo complicado de las relaciones.

-Veras... Él y yo nunca podremos estar así, ¿De acuerdo? -me dolía, pero lamentablemente esa era la realidad, yo no tenia ninguna oportunidad para estar al lado del que me atrevería a llamar como el amor de mi vida.

-Baw baw baw

-Si, él es el jefecito y yo el subordinado, no encaja.

5.0.5 se acercó a mí y yo solo le sonreí levemente para tranquilizarlo y finalmente se fue para seguir haciendo de las suyas por ahí.

Si llegara a morir sabré que hay alguien que me necesita y que sin querer hice bien. Tal vez tenga una familia fuera de la mansión, personas que me aman... Pero si no, lo único de lo que he recibido un verdadero afecto es de 5.0.5.

-¡Flug! ¡Ven aquí enseguida! -gritó nuevamente el jefecito y me paré enseguida para correr ante su llamado.

-¿S-si? Jefecito -pude balbucear por el sofocamiento.

Solo corrí unos metros pero para mí cuerpo habían sido kilómetros.

-Aleja a mi patético hermano de aquí -dijo sin mirarme a los ojos.

Por un momento me relaje, el amo White Hat al igual que yo era un omega y cerca de él no corría ningún riesgo pero apenas estuve frente a él me desvanecí.

Obviamente sabía que se debía a la sobredosis de medicamento que me había administrado a mi mismo para poder sobrevivir a una reunión más con los villanos -en su mayoría alfas- asociados a Black Hat por el riesgo de que mi celo llegará en mal momento.

El calor me invadía y afortunadamente el amo White Hat supo que hacer y me encerró en la habitación más alejada del salón que pudo encontrar.

-¿Cuando te acabaste los supresores? -preguntó el más alto al ver que abría los ojos.

-L-la re-reunion d-d-del jefecito -balbuceé

-¿Y qué harás ahora?

-D-dejeme a-aqui y va-vayase por favor -suplique desde la cama.

Al principio me miró con miedo, pero enseguida suspiro y salió del cuarto ¿Qué podía hacer si no tenia ni supresores ni alguien que ayudará a liberarme de mi celo?

¡Probar mi nuevo invento! Un inyectable que tenía como objetivo principal ayudar a los omegas a controlar correctamente su celo de 2 a 4 horas.

No estaba seguro si iba a funcionar pues nunca lo había probado antes... Así que, me arme de valor y las pocas fuerzas que me quedaban, me saqué la bolsa y acerqué la aguja a mi brazo.

-De acuerdo, 1, 2, 3

Enterré la aguja en mi brazo y deje que el líquido flujera lentamente en mi torrente sanguíneo.

•/Black Hat\•

Canela, el lugar entero empezó a oler a canela, un aroma que se me hacía malditamente familiar.

Al darse cuenta, la mayoría de los presentes a la reunión comenzaron a buscar el origen de aquel exquisito aroma y de pronto, con una cara de preocupación apareció White Hat por las escaleras, apartando a cualquiera que de dispusiera a subir

-Tienes que terminar con esta reunión lo más rápido posible -dijó el patético de mi hermano al llegar a mi lado.

-¿Quién te crees tú para mandarme, inútil? -respondí en un tono hostil, muy diferente al suyo.

-Si aprecias a tu científico tanto como yo, termina esto ahora -soltó con un tono de suplica

-No uses ese método conmigo, tu forma de querer a tu científico es dejarte coger por él -se bien que mi hermano es un omega, pero aún así el hecho de que su alfa sea uno de sus subordinados me enferma.

Yo también uso a Flug para saciarme, pero no cuando él está en celo porque es un parásito tan despresiable e inútil como para dejarle cumplir con la importante labor de traer a mis sucesores al mundo.

-¿Percibes el olor a canela? ¿Si? Pues es Flug en pleno celo y no es por nada pero tú salón está repleto de alfas hambrientos -si eso era cierto debía vaciar la casa lo antes posible.

-¿No pudo controlarse más? No sabía que la estupidez de Flug llegaba tan lejos

-Se tomó todos los supresores que tenía -dijo con cara de obviedad -haz algo.

No sabía con exactitud qué hacer, podría dejar que cualquiera le ayudará pero aún así algo dentro de mi podrido corazón me pedía a gritos salvarlo.

Hice una pequeña explosión y con ayuda de los pedazos de hojalata que había hecho Flug saqué a todos del edificio.

-Sabia que lo ibas a proteger -dijo el insolente de mi hermano con una sonrisa de oreja a oreja.

-Sin él la compañía se viene abajo ¿Sabes? -lo miré con un tono de desprecio y murmuré -ese parásito no es digno de tenerme a mí como su alfa.