S2-008

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—¡Taehyung, ábreme!

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—¡Taehyung, ábreme!.

Me hago ovillo más en la cama e ignoro la voz de mi hermano, siento escalofrío y comienzo a temblar en demasía, las ansias por tener alguna sustancia en mi cuerpo me estaba matando y no quiero caer, me siento enfermo, sucio y deplorable, tan solo quisiera terminar con este sufrimiento.

—¡Joder, Taehyung!— esta vez escucho la voz de NamJoon y es cuestión de segundos para que derrumbe la puerta; Hoseok entra y corre hasta mi lado tomando mi mano entre la suya hasta que con un sedante que NamJoon me coloca, puedo quedarme dormido.

«-¿Te gustan los niños?- pregunta Jin mirándome fijamente a través de sus enormes gafas y ansioso espera mi respuesta.

-No, son muy latosos- respondo y lo hago callar obligándolo a cerrar los ojos, me fastidia cuando hace preguntas así, tontas.

El viento sopla con fuerza y su mano aprieta más la mía, entonces comienzo a recordar los días en los cuales Hoseok y yo jugábamos en la calle o bailabamos bajo la lluvia pero después de esos mágicos momentos, la paliza que nos proporcionaba papá nos hacia decaer en demasía, nos bajaba de nuestra nube soñadora con brusquedad. Y entonces sé que no hubo una niñez normal para mi, desde ese entonces mi vida era una basura.

-Tae, la campana sonó- Jin se levanta de mi regazo y besa mi mejilla antes de abandonar la terraza y dejarme solo.

Lo odio por hacerme recordar esos días pero por más que lo odie, quisiera detener este tiempo aquí, justamente aquí»

—Entonces, ¿Por qué no me lo dijiste cuando estaba vivo?— Jin mece los pies mirándome desde el marco de la ventana.

Y levantándome de golpe me acerco hacia él —Haz vuelto...— susurro extendiendo la mano para poder tocarlo pero desaparece con la misma rapidez en la que llegó.

Entonces de un momento a otro me encuentro cayendo en el abismo de la soledad, de la penumbra, del dolor y desesperación de poder tenerlo frente de nuevo, ¿Hace cuánto?, ¿Cuánto tiempo pasará para que pueda volver a verte, amor mío?.

Me despierto de golpe cuando la luz solar golpea mi rostro, Hoseok se encuentra abriendo las cortinas y observo a detalle la ventana dónde Jin estuvo mirándome.

—Jin estuvo aquí— digo de pronto y mi hermano voltea a verme con sorpresa.

Él se acerca al pie de la cama y niega con la cabeza —Eso es imposible, debiste tener una alucinación debido al sedante. El médico estuvo aquí, dice que fue una recaída.

—A Jin le encantaba los niños, él quería adoptar un niño y una niña, una parejita— sonrio recordando como solía hablarme sobre eso con una gran sonrisa en los labios —Naomi y Donhyu, nombres lindos, ¿no?.

Hoseok parece aturdido o confundido al oírme hablar pero yo estoy feliz, jamás pude decir estás cosas en voz alta, nunca fui capaz de aceptar y reconocer lo mucho que amaba a Jin, lo bien que me hacía estar a su lado y lo afortunado que fui a tenerlo como novio.

—Descansa Tae, iré a preparar la cena— dice dejando un beso en mis cabellos y sale cerrando la puerta con suavidad.

Miro mi brazo derecho, justo en donde la aguja se clavó momentos atrás y dejó caer mi cabeza sobre la almohada de nuevo, «lo sé, te he alucinado tantas veces que me acostumbré a ello, ahora pareces tan real».

Esa misma noche mientras Hoseok se ha quedado dormido y NamJoon también, decido salir a la calle solo; desde que salí del reformatorio no había salido solo ni una vez pero está noche necesitaba tomar aire fresco y despejar un poco mi mente liberando la de los recuerdos sobre Jin. Avance unas cuántas calles cuándo un auto se detuvo frente a mí, de inmediato entré en pánico pero cuando la ventana de este se bajo, respiré aliviado.

—Hola TaeHan— JiMin sonríe cerrando sus ojos por completo. Pensé que no volvería a verlo.

A diferencia de mi se ve bien, no esta pálido y viste ropa elegante, no como yo, un sucio adicto que intenta vivir sin sustancias en su cuerpo. —Soy Taehyung, nunca te aprendiste mi nombre.

Él vuelve a sonreír y me mira de arriba hacía abajo —¿Estás solo?— pregunta con obvia curiosidad.

Asiento con la cabeza y él también lo hace —Entonces sube, estaba camino a tomar una copa. Ya sabes, tanto tiempo encerrado en una habitación que ya me hacía falta.

—¿Ya no consumes?— le pregunto abrazándome a mi mismo cuándo el viento sopla pero no recibo respuesta, tan solo me guiña el ojo y me invita de nuevo a subir a su auto.

El bar al cuál vamos lo conozco, pasaba gran parte de mi tiempo allí después de la muerte de Jin, entrar me hace sentir nauseabundo y nervioso, la sensación de ser observado y juzgado comienza a invadir a mí cuerpo entonces las ganas de huir llegan, mi respiración se acelera y no sé qué hacer.

—Yo también los tengo, las mismas angustias— escucho la voz leve de Jimin y siento su mano golpear con ligereza mi espalda —Ven, siéntate.

Él me ayuda a sentarme cerca de la barra y pide algo para tomar, ni siquiera pregunto que es y me lo tomo hasta la última gota, el alcohol cae en mi estómago y poco a poco me calmo sintiendo como se disuelve en todo mi cuerpo —¿Lo ves?. Mantener a tu cuerpo ocupado con algo te hace sentir mejor.

Una, dos, cinco, diez, quince copas más he perdido la consciencia de mis actos y solo me escucho reír a mismo hablando sobre SeokJin, sobre mi Jin. No sé si JiMin me este escuchando o no, pero solo estoy hablando sin parar; mi cabeza da vueltas y de pronto estoy siendo arrastrado por alguien lejos de la multitud.

—¿Q-quién es?...— murmuro y de pronto soy aventado hacia el suelo. Alzó la mirada levemente y veo a JiMin mirarme con cierto desdén —¡¿Qué pasa, Park?!— exclamo riéndome.

Entonces la expresión en su rostro cambia y se agacha a mi altura —Solo...te mueves demasiado, no puedo llevarte bien.

—¡No me quiero ir aún!— me dejó caer en el pavimento y de un momento a otro estoy llorando.

Siento que Jin está a mi lado, qué me sonríe como solía hacerlo cuando me decía que me amaba.

—Yo se cómo puedes olvidar— susurra JiMin sacando de la bolsa de su abrigo una bolsita.

Sé que es. Lo sé.

Él sonríe mirándome con diversión y mueve la bolsita de un lado a otro como jugando conmigo —Para ti.

Trago en seco tomándola entre mis manos, JiMin sigue mirándome fijamente y entonces, entonces.... De nuevo estoy consumiendo droga con tal desesperación y aturdicion que después de lograrlo, la humillación y vergüenza llega a mí.

¿En qué porquería de persona me he convertido?. ¿Cuán decepcionado estarías de mi si me vieras de esta manera?. Mi dulce ángel de cabellos negros...

Sweet Lies| TAEJINWhere stories live. Discover now