Cada te amo, cada beso y cada caricia, todo fue una simple mentira. Y mientras yo sentía que me llevabas al cielo, en realidad me estabas hundiendo en el infierno.
➝ Errores de Ortografía y Narración.
➝Historia totalmente de mi autoría; Prohibida su...
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
Rodé los ojos molesto e hice una mueca. —¿Sí o no?
Pero Jin parecía no querer contestar así que lo tome de la muñeca y lo arrastre al almacén de la escuela, poco me importo que los demás me vieran, le quitaría la virginidad y adiós estúpido juego sin sentido. Podía sus escuchar sus suaves quejas pero lo ignore, cuando me asegure de que nadie nos seguía entramos a ese pequeño cuarto y cerré la puerta con seguro.
—Tae...— murmuró pero no lo deje continuar ya que lo empuje hacia la pared, atacando su cuello con mis labios.
Dejé chupetones por doquier, fascinado de marcar está piel tan pura, sentí sus uñas aferrarse a mi espalda y de nuevo sus súplicas. —¿Qué rayos te pasa? Me amas, ¿No es así?, ¡Deja de quejarte!
Así que sin piedad abrí la bragueta de mi pantalón y lo tome de sus cabellos obligándolo a bajarse a la altura de mi miembro, concentrado lo saqué y de una sola estocada lo metí en su boca —Chupa— ordené.
Él intentaba con todas sus fuerzas empujarme pero le ganaba en fuerza así que volví a tirar de su cabello profanando su dulce boca. Pero el muy idiota no quería cooperar por qué no hacía nada para causarme placer.
—¿Qué mierda haces?— grité furioso y lo empujé hacía atrás haciendo que cayera de un sentón en el suelo.
Y sin más rompió en llanto, totalmente despeinado lloraba sin querer detenerse, intentaba cubrir su rostro con ambas manos pero no podía así que solo se limitó a limpiar su rostro con las mangas de su suéter, aunque era en vano por qué parecía no querer dejar de llorar.
—Jin...— murmuré en trance al verlo tan triste, tan solitario, tan humillado. De alguna manera me sentía extraño al verlo así.
Él se encogió en el momento que quise tocarlo y noté como temblaba, me sobresalté al escuchar unos toques a la puerta así que me acomodé mi ropa con rapidez.
En el momento en el que abrí la puerta, Jin salió corriendo sin mirar atrás. Jungkook me observó confundido y con el ceño fruncido.
—¿Qué hiciste?, ¿Qute mierda hiciste Taehyung?— cuestionó y me tomó de la camisa.
Pero lo empujé haciendo que me soltara. —¡Maldición, no hice nada!.
—Para que ese chico estuviese llorando de esa manera, debió ser algo cruel — respondió irritado. —¿Por qué te metes con él cuando ya el salón entero lo molesta?
—Cállate— murmuré y salí del almacén, caminé con rapidez hacía el baño, seguramente ahí estaría.
Y efecto, se encontraba sentado en bolita en uno de los últimos baños, me acerqué lo suficiente para que notara mi presencia y al hacerlo pude ver algo que mi madre siempre mostraba cuando mi padre estaba cerca.
Miedo.
—Jin, yo... No sé que me paso, no debí haber actuado así— intenté tocarlo pero él se levantó e intento huir de nuevo.
Así que lo tome del brazo halandolo hacía mi, lo rodee con ambos brazos en un fuerte abrazo para impedir que se fuera. —Escúchame por favor... Tienes que perdonarme.
¿Por qué le pido perdón al nerd?
—S-suéltame, me lastimaste y ahora te odio...— murmuraba contra mi pecho golpeándome levemente.
Sentí una opresión en mi pecho ante sus palabras, no es cierto, él no me odia, nadie lo hace.
—No. Tú me amas— dije firmemente aprétandolo más a mi cuerpo.
Pero Jin seguía negándose a mi calor y ya me estaba desesperando, no seguiría rogándole. No lo haría.
—Déjalo ya, ¿Acaso no escuchaste que no te quiere?— me sorprendí al ver como Jin era arrebatado de mis brazos.
Y ahora se encontraba entre los brazos de un enano de cabellos negros y piel pálida, ¿Quién demonios era este imbécil?.
