Sweet Lies| TAEJIN

S2-001.

“Irritado arrugo el ceño al ver a Jin esperando por mí en la entrada de la escuela  e iba a pasar de largo pero al sentir su mano tomar la punta de mi chaqueta tuve que detenerme.

—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté molesto haciendo que me soltara. No quería que siguiera mirándome con lástima, por qué momentos atrás fui golpeado por mi padre y el moretón en mi mejilla lo demuestra.

Me sorprendí en cuanto su mano se posó cerca de la herida y acarició suavemente —¿Fue él?, debe dolerte mucho...pero no te preocupes, yo te protegere.

—Cúrame Jin, hazme sentir que toda esta mierda vale la pena— susurré y aunque noté duda en su mirar debido a mis palabras, no entramos a la primera clase y nos dirigimos a la terraza, como siempre.

Jin se sentó sobre el suelo y yo me recosté sobre su regazo, sus dedos se enredaron con suavidad en las hebras de mi cabello y comenzó a tararear "Like a Stone", cerré los ojos dejándome arrollar por la dulzura de su voz, y aunque en ese momento una palabra inundo mi boca no lo dije, la guarde para mí por qué era estúpido decirlo... por qué pensé que conservaría esta calidez a pesar de todo.”

Le doy una calada a mi cigarro y maldigo en cuanto Audioslave comienza a reproducirse, la garganta me quema e inevitablemente un sollozo se ahoga en mi interior, la viva imagen de Jin sonriendo para mi viene a mi como bombardeos, uno tras otro e intento apasiguar el dolor en el alcohol y sin embargo despierto en otra cama ajena a la mía pero...¿realmente tengo un lugar a donde regresar?

No.

Ya no lo hay y tampoco lo habrá, no hay nadie que me espere con los brazos abiertos y una sonrisa.

Después de todo lo sucedido los bastardos que se hacían llamar mis amigos en la escuela me dieron la espalda y se reían en mi cara. Ni siquiera Jungkook estuvo para mí, claro, no le convenia si quería al estúpido de Min a su lado, estar conmigo ya no era una opción, ahora solo era el asesino de Kim SeokJin.

Mi SeokJin... mi dulce e inocente pelinegro, ¿por qué no me detuve?, ¿por qué no le dije lo que últimamente rondaba en mi mente? —Joder... te extraño y dijiste que estarías siempre conmigo.

De reojo veo el sobre con dinero que ha dejado la persona con quién estuve, no recuerdo su nombre o su cara pero no importa, tengo el dinero que es lo que necesitaba. Me cambié y me dirigí al único lugar en dónde podía vivir sin el recuerdo de Jin.

Me sorprendí en cuanto llegué al bar de NamJoon y aún no estaba abierto, así que entre por la puerta trasera, me dirigí hacia su habitación para sorprenderlo sin embargo, el sorprendido fui yo.

Ahí en la cama se encontraba NamJoon sobre la persona que pensé que no volvería a ver nunca: mi hermano mayor, Hoseok.

«justo como la primera vez». En la primavera de mis doce años visité la casa de NamJoon en busca de mi hermano y los encontré en una situación muy íntima, fue cuando supe que mi hermano era Gay, y aunque eso no me molestó, comencé a odiarlo después, cuándo me abandonó solo en esa casa dónde solo me golpeaban y huyó solo a quién sabe dónde. Y ahora está aquí cómo si nada, había vuelto y no a buscarme a mí.

Sentir su cuerpo caliente contra el mío porque tan solo fui capaz de hacerlo una vez. Pero eso era imposible, solamente podía soñarlo ahora.

—Tae...— murmura mi hermano petrificado ante mi presencia.

NamJoon se levanta colocandosé una camiseta y sale de la habitación. Hoseok tenía el cabello color rojo ahora y se veía saludable, ya no lucía como aquel chico flaco y golpeado.
—Veo que aún sigues haciendo tus mariconadas con NamJoon.

—Por favor, no llames de esa manera al sentimiento de amar, por qué no es así— respondió y se levantó colocando sé su ropa interior y pantalón —Supe que estuviste preso, ¿que hiciste?.

—Maté a alguien, supere a papá, ¿como vez?— reí llevando mis manos a mi pecho y la opresión en este llegó, es cierto, trate a Jin como mi padre trataba a mi madre pero yo...fui peor.

—¡No digas eso!— grito Hoseok histerico.

Bajé la mirada sin dejar de sonreír —Me dejaron libre al declarar que solo fue un asesinato culposo, estaba ebrio.

—Tae...¿por qué no vienes a vivir conmigo?— a penas y Hoseok terminó de pronunciar aquellas palabras, me abalance hacia él golpeando su perfecto rostro.

¿que mierda se creía ahora?
—¡No necesito nada de ti!. Cuando lo necesité me abandonaste, ahora quiero seguir pensando que estás muerto— Hoseok ni siquiera se inmutó ante mis golpes pero fui detenido por NamJoon.

—¡Suéltame, joder!— grité furioso.

—Hoseok es tú hermano mayor tienes que respetarlo— me recrimino NamJoon y observe a Hoseok limpiar la sangre de su labio.

Fruncí el ceño y negué con la cabeza —Desde el momento en el cuál salió de casa para no volver dejo de ser mi hermano así que no le debo respeto ni nada— escupí las palabras con odio y salí de ese lugar.

Asqueado, nauseabundo me desplomé en un callejón para vomitar, “ya no puedo”, “quiero irme contigo Jin”.

No, soy tan cobarde para quitarme la vida que mi castigo será seguir sufriendo en este asqueroso mundo además ni en muerte estarémos juntos por qué... yo iría al infierno.

Y tú, no puedes ir allí.