Sonriendo a las estrellas.

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El teatro de la escuela siempre lucía tan elegante para cualquiera que asistiera, era un lujo estar ahí para cualquiera, era un momento para sentirse en las nubes. Los estudiantes cuidaban cualquier rincón de la escuela y sobre todo el teatro pues cuando se podía, habían conciertos privados de músicos diversos para gustos diferentes. Por supuesto que ellos aceptaban tocar para una academia elite, ¿por qué no? la paga era siempre buena. En el escenario habían pasado tantos artistas como también actores, actuaciones de danza, debates, pero la actividad más emocionante que se podía vivir era la elección de un representante estudiantil. 
Camille que estaba ya sobre el escenario daba un discurso sobre las tradiciones de King Justice School, los maestros de cada asignatura y nivel estaban ahí en primera fila. 
La filarmónica escolar estaba presente para hacer una hermosa apertura con música clásica, Sona participaba en esas filas musicales, el director de la orquesta era Bardo. 
— ¿Están listos?— Camille sonrió al ver a los tres candidatos, lucían tan apuestos con sus atuendos elegantes. 
Jayce lucía un traje de color blanco con algunos bordes de color dorado, Yasuo también utilizaba el blanco en su traje con bordes azules, Caitlyn lucía un vestido corte sirena de color índigo, a diferencia del anterior, este terminaba su largo sobre las rodillas, su orejas lucían unos pequeños pendientes de plata y su cabello nuevamente recogido en una coleta elegante. 
Jayce traía su cabello con un peinado hacia atrás, Yasuo no se preocupó mucho de eso. 
— Bueno, sus maestros están del otro lado, así que no los han visto, las cámaras están encendidas así que estarán en vivo en la gran pantalla del teatro y también en los televisores de la academia. — Camille tomó el brazo de Jayce quien era el primero en salir.— Cuando terminen de hablar, se sentarán atrás con sus maestros, hay asientos sobre el escenario. —
Al final dejó de hablar, la filarmónica terminó de tocar la primera pieza para continuar con la segunda, adoraba dirigir ''Four seasons- Vivaldi.'' 
Con esa pieza el primero en salir fue Jayce, él apareció por la zona derecha del escenario, Karma apareció del otro lado con un hermoso vestido de color verde. 
La maestra se sintió tan orgulloso de su alumno, se acercó a saludarlo y a llevarlo al frente para que saludara a los estudiantes.
En la pantalla se proyectó el nombre del estudiante junto con su maestra, las cámaras captaron el traje de cerca de Jayce, las chicas estaban derritiéndose, sobre todo VI que no hacía más que babear por su novio. Cuando el chico se presentó con nombre completo y grado A, los alumnos gritaron eufóricos por él, se notaba que sí tenía público. Pronto tomaron asiento Karma y él en los asientos que estaban sobre el escenario. 
Era el turno de Yasuo. Al salir junto con su maestro recibieron un montón de gritos positivos, y es que, ¿quién no iba a tener esa actitud cuando hasta Darius se veía atractivo? Él estaba luciendo un traje negro completo con una corbata que hacía juego, era de color celeste. 
Riven que estaba al lado de una estudiante que prácticamente estaba llorando de la emoción al ver a Yasuo tan apuesto. 
El estudiante hizo exactamente lo que realizó Jayce, su traje fue estudiado por el alumnado, su forma de saludar entre otras cosas, pronto tomó asiento junto con Darius en los asientos del escenario. 
Por último apareció Caitlyn y al otro costado salió Viktor, las amigas de la chica no quedaron indiferentes con la mirada que regaló Viktor a la muchacha, mucho menos Karma que estaba presente justo en ese momento y tan de cerca. 
Viktor se sintió nervioso, era la primera vez que la acompañaría en un acto así. Cuando se juntaron en medio del escenario, él tuvo un acto de caballerosidad tomando su mano como el de una princesa y besando con suavidad sus hermosos y delgados nudillos, luego de ello sujetó su mano para ponerla en su antebrazo y llevarla al frente. 
Los chiflidos no se hicieron esperar, también los gritos de admiración pues los dos se veían muy bien juntos. 
La cámara estudió el vestido de la chica, también a su maestro que cuando fue proyectado en la pantalla, gritaron más por él pues se decía que mantenía esa juventud. 
— ¡Qué guapo el estudiante! — Gritaban entre el público. 
Esto causó gracia en la chica. Con esa elegancia tomaron asiento justo al lado de Jayce. 
Camille por fin se acercó al frente del escenario luego de ver esas maravillosas escenas, habló un rato más para aclarar que esta era la primera prueba, cada estudiante tenía un pequeño micrófono en su pecho. 
Las preguntabas comenzaban, cada una de las inquietudes de los estudiantes pasaron por la boca de Camille para interrogar a los candidatos y ellos de forma ordenada contestaban sus inquietudes. En momentos estaban de acuerdo unos de los otros, pero en ocasiones habían cosas que no podrían ser realidad, chocaban en argumentos, también en opiniones. Jayce era más centralizado, Yasuo más relajado y Caitlyn era el orden. 
Ahora las preguntas vendrían del público, cada levantaba la mano y cuestionaba proyectos que no se realizaron. 
Todo marchaba correctamente, el debate era tan limpio como debía ser, hasta que por fin llegaron al final. 
Los tres estudiantes recibieron diferentes piedras preciosas de regalo. 
Jayce recibió por parte de Karma un anillo con el diamante de citrino, cuando Karma tomó su mano lo colocó en el dedo del medio como signo de fuerza. 
Yasuo recibió un anillo con el diamante de zafiro azul, Darius le puso el anillo en el dedo índice como signo de fortaleza. 
Caitlyn también recibió un hermoso anillo de diamante amatista. Viktor tomó la mano de su estudiante para poner lentamente ese decorativo en el dedo anular. Ambos se vieron a los ojos con una sonrisa en sus labios. 

— Desde acá en adelante debo decir que gane el mejor.— Camille aplaudió a los tres estudiantes.
Karma, Darius y Viktor tomaron la mano de sus estudiantes, exactamente la mano que tenía el anillo, así sujetaron con fuerza y la alzaron al aire para así dar a entender que todos eran ganadores. 
Una vez terminó el espectáculo, todos se retiraron por la zona derecha del escenario llegando así atrás del telón. 
— ¡Ay muchachos! — Camille emocionada abrazó a los tres.— Jamás había sido tan emocionante, ni cuando estuvieron ustedes fue tan emocionante y eso que estudiaron en el mismo año. — Camille arrugó la boca señalando a los maestros. 
— Hemos hecho nuestro mejor esfuerzo, sobre todo yo, que casi nunca sé qué decir.— Yasuo luego del abrazo aflojó el botón de su camisa, se estaba ahogando. 
— Sí, me gustó el debate abierto, sobre todo porque ahora entiendo mejor sus puntos de vista.— Caitlyn comentó sobre esto. 
— No me importa perder o ganar, la experiencia es la mejor sin duda, ¿no creen? — Jayce miró el anillo que tenía. 
— Bueno, ahora cada uno tiene una habitación privada con su maestro, está bien que se conozcan de hace mucho tiempo, pero esto es una competencia así que deben luchar por tener el primer lugar.— Camille los llevó a cada uno a las habitaciones privadas. 
Jayce cerró la puerta para estar con su maestra, era una sorpresa, un desayuno con varios regalos que dejaban sus compañeros y admiradoras. 
— ¡Vaya, qué emoción! — Jayce se acercó a los obsequios primero, pero al voltear no notó el mismo entusiasmo por parte de Karma. — Maestra, ¿usted estudió acá también? ¿por qué se siente tan desanimada? ¿es por lo que dijo la directora Camille?—
Karma estaba pegada mirando hacia la nada, cosa que pronto cambió cuando escuchó la insistencia de Jayce. — Por favor, no se desanime por eso, uno hace el mejor esfuerzo en su tiempo. — Volvió a llamar su atención. 
— ¿Ah? No, no es eso, solo recordé ciertos momentos que disfruté cuando era una estudiante cualquiera en esta academia. 
—¿Sí? ¿cómo cuales? — Fue a tomar asiento en uno de los cómodos sillones del lugar, era tan blando que incluso se hundió solo. 
— Pues, tuve mi candidatura, en ese entonces me acompañaba siempre un fiel compañero, estábamos enamorados, pero falté a su confianza. Le prometí cosas que jamás cumplí, nunca me pidió nada a cambio, estaba siempre dispuesto a hacer todo por mí, era alguien sumamente especial. — Se sentó a su lado para conversar, sería un grato momento juntos.
— No quiero preguntar nada porque siento que será casi como una entrevista, pero si así se siente mejor, puede contarme todo lo que pasó en su tiempo.— Estiró la mano para coger la bandeja de galletitas.— Por favor, tome una. 
— Se supone que estamos acá para hacer una nueva estrategia, pero bueno, solo contigo puedo conversar pues eres muy maduro en todo aspecto. Solo a veces eres un narcisista pero aún así sabes cuándo detener eso. — Cogió algunas crujientes galletas de la fuente. — Hace años estudié junto con Darius, Viktor, Garen, íbamos en clases diferentes, estatus diversos, ideales diferentes. Todos teníamos un sueño a seguir, el mío era ser enfermera, pero con el tiempo me di cuenta que no era para mí, aún notando lo ausente que eran mis padres. Adopté un papel importante en mi grado, año tras año era vista como la madre de todos, cuidaba de todos mis compañeros, sin importar tuviéramos un lado estrecho de amistad, sabía que en el fondo todos tenían la ausencia importante. Por eso decidí ser maestra, porque cuando estás en la academia, nadie te guía, nadie te dice: Un día crecerás y te pasará esto en el cuepo. De hecho, los que se encargan muchas veces son sus criados y a mí no me parece correcto. 
— Tiene razón...— Comentó Jayce entendiendo a lo que se refería. 
— Pero, ¿y los alumnos que no tienen criados? Por eso me llamó la atención. En ese entonces la educadora de orientación no era más que una vieja madre de gustos religiosos muy marcados, para ella todo era incorrecto incluso ponía el miedo en todos para no explorar más allá o tener conocimiento. La religión te desea ignorante. — Murmuró.— Pero no todo fue así, mi vida se llenó de personas que seguían mi trabajo, tenía amigos y uno que fue muy cercano también. Tenía un estatus social medio, se esforzaba mucho por destacar, tenía ideas innovadoras, me acompañaba en todo momento como dije anteriormente, siempre lo vi como un ideal de amor. — Sonrió débilmente.— Teníamos un lugar secreto para juntarnos, nadie más sabe de ese lugar ni siquiera cómo llegar. La torre de la biblioteca donde está el reloj en lo alto. Él único que sabe llegar es el técnico para cuando se estropea y además el chico a quién ilusioné y mentí. — No comía todavía la galleta, aún la tenía en sus manos mirando el azúcar que tenía pegada en su crujiente pliegue. 
— ¿En serio? — Se enderezó un momento.— Yo sé cómo llegar ahí, pero a nadie le he dado la ubicación pues es un lugar muy especial o al menos así era, ya no voy pues tengo otros asuntos que atender, no estoy para niñerías menos cuando tengo a VI a mi lado. Y dígame, ¿qué hizo tan mal para estar así de triste?
— ¿Si? vaya suerte la tuya en encontrar el camino secreto. — Karma partió la punta de la galleta.— Yo...le dije a esa persona que estaría con él toda la vida, que deseaba hacer una familia con él, dije muchas cosas en ese momento pues era el único que me apoyaba, toleraba mi carácter cuando quería ir con otros amigos, siempre me puso al frente de todo antes que sí mismo. — Volvió a suspirar, el ambiente se estaba envolviendo en un sentimiento triste para ella y de culpabilidad en el ajeno, Jayce sentía que esa historia la estaba viviendo. — Conocí a otro chico que era más popular, me divertía mucho, me hacía reír, jugábamos donde fuera, compartimos la mayoría del tiempo. El primer hombre que ilusioné solo una vez me cuestionó, jamás pensó mal de mí y yo seguía diciendo que ese amigo que tenía no era más que eso, pero en el fondo me sentía atraída por esa persona, deseaba tanto estar a su lado y él también demostraba lo mismo. Mi error fue mentir y nunca ser sincera. — Comió parte de esa galleta para no desperdiciarla.— A pesar de hacer ese tipo de ilusión, el chico que me amó sinceramente dejó de hablarme, no me trató más con confianza, era indiferente, me dolía en el fondo, pero yo era tan orgullosa conmigo misma que ante el resto de daba igual; era una tonta. — Antes de meter la otra mitad a su boca volvió a relatar.— Cuando me gradué no supe nada más de nadie, me casé y comenzó la tortura. Me golpeaba constantemente, no dejaba que conversara ni siquiera con mis padres, incluso me fue infiel y debido a eso, tuvo un hijo por otro lado. Las cosas no estaban funcionando así que nos divorciamos y al día siguiente él se fue con su otra mujer. — Finalmente se comió todo pero con un claro disgusto. 
Jayce no estaba en mejores condiciones que ella, de hecho sintió que su corazón estaba latiendo más lento de lo normal puesto que él también hizo exactamente lo mismo que su maestra. ¿Debía hacer algo? No tenía nada claro, deseaba solucionar las cosas pues se decía que las vueltas de la vida castigan. 
— Yo hice algo similar...— Jayce confesó, Karma le miró a los ojos. — Y entiendo porqué está tan distante conmigo, ahora lo está e imagine cómo será más adelante. Supongo que debo hacer algo...— Miró el panfleto del grado C. — Se merece una explicación...— 
Karma no entendía a qué se refería, pero cuando vio que el chico contemplaba el panfleto se dio cuenta de quién se trataba, incluso unió hilos que tenía en su mente. 
— Por eso Viktor no dio nombre de persona especial para ella, él sabe que eres tú...Caitlyn está enamorada de ti.— Se levantó del asiento con cierto alivio en el alma. 
— ¿Qué? Maestra, no entiendo a qué se refiere, pero sí sé que ella todavía siente aprecio por mí.— Se rascó la cara pues estaba algo nervioso.— Señorita Karma, ¿puedo saber a quién le rompió el corazón?— 
¿Cómo decirlo para que no sonara tan brusco? Tenía tanta confianza en él que podía contar, ¿por qué no? finalmente se decidió. 
— Antes debes saber que me cambié el nombre, mi verdadero nombre no es Karma es Anna, lo cambié pues me parecía lindo y siempre quise hacerlo, jamás se lo comenté a mis amigos o familia, pero al final lo hice antes de ingresar a la universidad. Él educa acá también. — Karma buscó en su bolso una fotografía que siempre llevaba, ahí estaban los dos. Jayce cuando lo vio quedó impresionado. — Él sigue igual desde entonces, yo cambié mucho. 
— Es...el profesor Viktor.— Las manos de jayce casi temblaron al saber la verdad. — Siempre están juntos y él no lo sabe, ¿por qué no se lo dice? ¿por qué no le confiesa que usted es Anna?
— ¡No! ¿sabes lo que podría pasar? él nunca me perdonó, tampoco me volvió a buscar, rompí su confianza, no podría hacerlo, me da miedo...
— Si usted no lo hace, lo haré yo. — Jayce se puso de pie decidido. 
— ¡No, cariño no hagas eso! 
— ¿El qué? — Se arregló el traje. — Iré a hablar con Caitlyn nada más, le debo una disculpa, no quiero terminar así de desgraciado cuando esté más grande, sin ofender. 
— Menudo crío. Entonces ve, yo te acompaño si las cosas se ponen feas. 

En la habitación privada del frente estaba Yasuo con un ceñudo Darius y una invitada extra que no hacía más que halagar al muchacho, pero el chico poco y nada prestaba atención pues su concentración ahora estaba en comer lo que más pudiera, nunca se había sentido tan bien atendido y menos por una candidatura. ¿Podría comer siempre así? No lo sabía, pero estaba seguro que era un buen presagio. 
— No puedo creer que sea tanta la gula.— Darius estaba impresionado, ¿cómo no estarlo con las enormes bocanadas de comida que se metía el otro?
— Se ve incluso adorable en estos momentos, ¿no lo cree maestro?— Taliyah era una chica de periodismo de segundo año, a ella le encantaban las noticias frescas y mejor si era material sobre su querido Yasuo. En ocasiones tenía fantasías con él, soñaba despierta con que la llevaba a caballo, un paseo al campo, pero lo que de verdad recibía era una leve sonrisa y un saludo con la mano, nada más. 
— ¿Adorable? Pero si está a punto de comerse la mesa.— No iba a intervenir tampoco en su forma de comer. — Yasuo, ¿puedes prestar atención a las preguntas que te hace la muchacha por favor?
— ¿Mm? — Yasuo levantó la cabeza con cierta duda. — ¿A qué hora ha llegado? — Preguntó con una pierna de pollo en la boca. Darius comenzó con un ligero temblor en la ceja. — Ah digo...Hola. — Bajó la comida, ya pronto volvería a comer. — ¿Qué deseas saber? 
— ¡Oh, sí! Mi primera pregunta es: ¿tienes alguna aspiración futura? — Estaba ansiosa por la respuesta, lo único que quería oír era: ''Sí, mi aspiración es casarme contigo y hacer una familia.'' 
— ¿La verdad? — Yasuo pensó un par de minutos. — Mi único y gran sueño siempre ha sido ser el catador de comidas, ir de restaurante por restaurante para probar las exquisiteces que hay, para eso también debería tener un mínimo conocimiento de periodismo, pero eso puede esperar, la comida no, se enfría.— 
Taliyah seguía viéndolo con ojos de enamorada por esa respuesta tan astuta, Darius casi se cayó de la silla al escuchar eso, quería llorar, ¿qué estaba haciendo mal? 
— La segunda pregunta es por tema popular: ¿Su corazón late por alguna chica en especial? — Nuevamente esperó una respuesta: ''Se llama Taliyah, una chica hermosa de corazón enorme, ¿por qué no nos fugamos, preciosa?'' 
— No...yo que sepa mi corazón late solo porque mi cuerpo me lo permite. — No entendió muy bien la pregunta. 
— ¡Pero de qué demonios estás hablando tonto! — Regañó Darius.— Ella quiere saber si sientes atracción hacia una chica o algo parecido, bruto. 
— ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh! — Tomó un mondadientes para limpiar un poco su dentadura.— Pues sí, sí la hay, su nombre es...
— ¿cómo se llama? — Taliyah echó su cuerpo hacia delante con señal de intriga, lo único que quería escuchar era su propio nombre. Entre dientes dijo. — Vamos dilo, di que soy yo.—
Darius no estaba tan desesperado por saber, pero sí sentía curiosidad. 
De pronto la puerta de la habitación privada se abrió de golpe, Darius pensó que le había puesto seguro. 
Una muchacha de pelo blanco y algo corto gritó a Yasuo. 
— ¡Mira que te estás dando la vida del oso y a mí no me llamaste para comer! — Riven se acercó a tomar la pierna de pollo. 
— ¡NO INTERRUMPAS POR FAVOR, ESTABA A PUNTO DE DECIRNOS QUIÉN LE GUSTA, ESPERABA QUE DIJERA MI NOMBRE! — Gritó Taliyah que pronto corrigió el final. — Digo, digo... que iba a decir quién le gusta. —
Los tres quedaron viéndola con gesto extraño. Riven fijó la mirada en la muchacha. 
— ¡Ush, tú eras la chica que estaba al lado mío que no paraba de gritarle te amo a Yasuo! — Señaló la albina. — Qué histérica eres, si quieres que te tome en cuenta, haz el favor de gritar menos. 
— Ya olvidé de qué estábamos hablando.— Yasuo se encogió de hombros otra vez para volver a comer. 
Darius tuvo que sacar a las dos chicas, tanto Riven como Taliyah que estaban solo estorbando. Una vez que las dejó afuera y cerró la puerta, se sentó frente a Yasuo. 
— No olvidaste lo que estaban hablando, te pusiste nervioso porque llegó Riven, ¿no? —
El chico no contestó nada pues Darius tenía razón, tampoco quería ser tan obvio.

Camille iba pasando por el pasillo cuando vio a las dos estudiantes ahí, de inmediato se llevó de una oreja a Riven y a Taliyah del brazo. 
— Una de las dos tiene que venir conmigo ahora mismo. 

Viktor estaba compartiendo en la habitación con Caitlyn, al principio se dificultaron las palabras, pero pronto fluyó todo como un río transparente. 
Ambos conversaron sobre las preguntas que realizaron los estudiantes, también sobre con qué no estaban de acuerdo.
— ¿Sabe? no importa si gano o no, lo único que quiero es poner mi punto de vista aunque a muchos no les agrade. — Dejó la taza sobre la mesa para continuar la charla.— Me he dado cuenta que no soy tan popular como Yasuo o como Jayce, me llevan ventaja, seguramente si fuera hombre tendría gritos asegurados y votos también. 
— No te desanimes, Caitlyn. ¿No escuchaste como nos gritaban?
— Maestro, le estaban gritando a usted pues ya le he dicho más de tres veces que se ve guapo. — Ambos estiraron la mano para coger un cupcake de cereza, finalmente Viktor tomó la mano de Caitlyn y ella la apretó ligeramente. — No me gusta llamar la atención, pero parece que en estas competencias tendré que hacerlo. 
— Para mí eres la más hermosa de todas. — Viktor susurró suave para no parecer brusco, era la primera vez que se lo decía. 
La chica no supo cómo reaccionar por esas palabras, si bien su maestro le dijo un centenar de veces que se veía hermosa, pero no de una manera tan personal. 
— Maestro Viktor...— Terminó por sonreír con gracia por sus palabras.— Usted siempre tan bromista. — Se levantó del puesto sin soltar la mano del contrario, así se acercó con facilidad regalando un pequeño abrazo. Cuando se separó de él tenía pensado ir a sentarse, pero Viktor no tenía planeado que ella lo hiciera, por ello se puso de pie para tomarla de la otra mano también. Esta vez él era quién abrazaba a la chica, soltó sus manos solo para poner la derecha atrás de la nuca de esta y el otro brazo rodeó la cintura ajena. 
Caitlyn apoyó el rostro sobre el pecho del mayor, de primer momento deseaba separarse de él, pero no lo hizo, sus manos pasaron a la espalda ajena para apretar sus prendas y quedarse ahí. ¿Cómo podía Viktor entender que ella dudaba mucho de sus capacidades? 
— No estoy bromeando ni riendo, Caitlyn...— Murmuró cerca de su oído, la chica cerró sus ojos para oír su voz, también le servía para relajarse. — Nada de lo que te he dicho ha sido broma...porque yo...
— Maestro Viktor...— Murmuró la chica sin dejarlo terminar.— Gracias otra vez, usted siempre me anima a seguir, no sé cómo agradecer todo lo que hace por mí. —
Viktor deslizó la mano que tenía en la nuca de la chica hasta el mentón de la misma, ahí elevó el rostro de la contraria para verla a los ojos, deseaba tener ese contacto aunque fuera con esos ojos de azul del cielo. 
— Por favor, déjame terminar...deseo que sepas algo...— 
Caitlyn asintió, por alguna razón sentía escalofríos en su espalda, incluso su pecho se sentía más agitado. Viktor se fue acercando cada vez más a su rostro, era algo peligroso. Ella tampoco estaba reaccionando para apartarlo, de hecho era como si algo la envolviera a no moverse y disfrutar del momento. 
La puerta de la habitación se abrió pues ninguno de los dos creyó que fuera necesario tenerla con seguro. Jayce estaba decidido en hablar con Caitlyn, también Karma se estaba animando en charlar con Viktor, cuando los dos estuvieron en el marco de la habitación vieron a Viktor junto a Caitlyn abrazados a punto de besarse. 
— Viktor...— Susurró Karma el nombre del maestro. Él enseguida se enderezó, se sintió tan nervioso que no supo qué decir o qué hacer, solo soltó con algo de terquedad a Caitlyn, ella perdió el equilibrio un momento pero se estabilizó de inmediato cuando Jayce la tomó del brazo para que no cayera. 
— ¿Qué estás haciendo, Caitlyn? — Preguntó Jayce a la chica que estaba casi petrificada. 
El pecho de Karma se apretó bastante, se apretó tanto que cubrió su boca con la mano derecha, no lo soportó, por lo tanto salió corriendo del lugar. 
Viktor miró a su estudiante y a la mujer que salía huyendo. 
— ¿De qué estás hablando? — Adiós a la chica petrificada y hola a la chica severa. — Estábamos ensayando, ¿qué no sabes que al final de las elecciones hay un baile y que yo no sé bailar? —
Jayce miró a la maestra que ya no estaba. 
— ¿En serio? ...¿eh? — Suspiró.— Y justo ahora que iba a decirle al maestro Viktor que ella era Anna. — El sentimiento que tenía Jayce hizo que revelara ese secreto. 
— ¿Qué dijiste? — Viktor tragó en seco, ahora entendía las cosas que ella hacía por él, como su peinado, las comidas, el desayuno.— Anna...
— Eso dije, la maestra me dio esto.— Le entregó la fotografía de ambos cuando eran jóvenes.— Sin duda los años no pasan por usted, pero en ella sí. Estaba ilusionada en conversar con usted, pero...—
Viktor tomó un impulso sin igual para salir de esa habitación e ir detrás de esa mujer, sabía dónde iría, lo sabía perfectamente. Jayce consciente por lo que dijo se golpeó suavemente la boca. 
— Qué idiota soy...

Camille había regresado pues tenía lo que quería, solo faltaba alguien más que estaba en la habitación de la tercera candidata, pero la sorpresa fue otra al ver a Jayce y Caitlyn conversando. 
— Jóvenes, ¿dónde está el maestro Viktor? 
— Ah, salió hace un rato para conversar con la maestra Karma. — Contestó Jayce. 
— Entiendo, bueno si aparece le dicen que vaya a mi oficina, gracias. — 
Cerró la puerta luego para que el par siguiera conversando. 
Ambos se mantuvieron charlando un buen rato, Jayce estaba pidiendo perdón, explicando lo que había pasado con VI, se enamoró de ella de un día a otro. Fue tan larga la conversación que poco a poco Caitlyn dejó de prestar atención a su compañero, ni siquiera estaba pensando en él sino que en Viktor. 
 — Creo que estoy hablando solo, ¿tienes algo que decirme?
— No, en realidad me alegra que hayas sido sincero conmigo, tarde pero te atreviste a decirme las cosas. Hay cosas que jamás cambiarán y tampoco puedo obligarte a estar conmigo, eso depende de ti. — 
Al final ambos se abrazaron, algo que duró poco tiempo pues las amigas de Caitlyn llegaron para hacerle compañía. Jayce por fin se retiró. 
Leona fue la primera en hablar. 
— Caitlyn, estás desanimada y se te nota. 
— Deseo contarles algo, necesito de su ayuda.— Ashe y Leona escucharon todo lo que relató Caitlyn, desde lo que habló con Jayce, lo que pasaba con Viktor y Karma, al final llegó al punto donde estuvieron muy cerca y mintieron de un baile que jamás ensayaron. 
— Ashe, ¿te acuerdas cuando el maestro Viktor escribió una carta de san valentín y no pudo entregarla? — Recordó la chica de cabellos cobrizos.
— Lo recuerdo bien...— La mujer de manos frías tomó las manos de Caitlyn.— No es algo que no sepamos, pero en el fondo sientes algo por el maestro Viktor, ¿verdad? Además...él también lo siente y se le nota en la forma de actuar. 
— Opino lo mismo que Ashe, cuando él te ve desborda cariño, amor, preocupación, siempre te está mirando con devoción. — Murmuró.— Y tú te sientes cómoda a su lado, pero temes a que sea incorrecto, siempre has seguido el camino derecho, dividiendo lo que es bueno y malo según rigen las personas, incluso esperando a alguien que te nunca apareció, te mantuviste fiel a esas palabras, pero en el fondo deseas dejarlo, ¿o no?
— Siempre he cumplido mis promesas, a Jayce le hice una, aunque en todo ese tiempo que sufrí en silencio, ustedes estuvieron ahí e incluso el maestro Viktor. Él me hace sentir segura, me hace sentir bien, feliz... y no niego que me parece atractivo, pero no sé qué hacer, no puedo decir que no sentía ganas de besarlo porque no es cierto, quería hacerlo, por fin librarme de una amargura, no por despecho debido a Jayce, sino porque el maestro Viktor se mantiene conmigo, sé que puedo confiar en él. —
Ashe y Leona levantaron del puesto a Caitlyn. 
— Ve, haz lo que no terminaron por la interrupción, besalo, no pierdes nada con intentarlo. — Ashe la sacó de la habitación junto con Leona. 
— Además, no creo que sienta el mismo aprecio por la señorita Karma después de todo lo que ha pasado. Ahora estás tú, y ya ve, búscalo. Nosotras te esperamos en nuestra habitación. 

Karma estaba tan nublada, no quería pensar en nada malo, el amor de alumno profesor si era posible en esa academia, por supuesto no era permitido pero nadie administraba los corazones de nadie y era tan evidente que Viktor sentía una fuerte atracción hacia Caitlyn y que ella también correspondía a esa atracción, solo que ella la última tenía un sentido común que no le permitía dar un paso más allá, pero también lo dudaba por el estrecho camino que tuvo con Jayce. 
Por inercia llegó hasta la biblioteca que siempre estaba abierta, Yuumi dejaba al nochero para custodiar el lugar, casi nunca se veía por esos lados, pero hacía un buen trabajo en mantener la limpieza. 
Cuando abrió las pesadas puertas corrió hasta el interior, no saludó a nadie pues nadie estaba ahí, solo estantes y pisos con libros, los pasillos estaban iluminados con una débil luz, todo estaba iluminado excepto el quinto piso, en el rincón de las estanterías y el pasillo que nadie cruzaba pero que siempre estaba limpio. Lo atravesó hasta correr ese estante pesado, pero por la prisa que traía no lo corrió de vuelta pues solo subió las escaleras hasta la torre más alta. 
Viktor que corría atrás de ella estaba todavía con una sensación extraña en el cuerpo, por más que quería estar centrado en la situación, un centenar de imágenes aparecían en su mente. Las veces que compartieron, las innumerables veces que por parte de ella sintió celos al compartir tanto tiempo con algunas alumnas, la forma de peinarse, todas las atenciones que estaba dando. ¿Sería una forma de disculparse? Al paso de los minutos llegó a la biblioteca donde hizo exactamente el mismo recorrido que la contraria llegando así hasta la torre más alta. 
Karma acariciaba la escritura de sus nombres en la pared, el suyo estaba rayado, ya no existía. 

— Anna...— Viktor dijo su verdadero nombre con la respiración casi cortada por la corrida que hizo desde el teatro. 
Ella estaba en las mismas condiciones, cansada por todo el tramo que tomó llegar ahí. — ¿Por qué no me dijiste la verdad? 
La maestra miró atrás donde estaba ese hombre que tanto adoraba, pero se sorprendió en que supiera la verdad. 
— Jayce te lo dijo, ¿no es cierto? ese crío...—Se sentó en el banco justo donde Caitlyn se acomodaba. 
— ¿Eso importa ahora? Me ha costado mucho encontrarte, pero no puedo negar que sí sospeché de ti por todas las cosas que sabes de mí. — Viktor la levantó pues no quería que se sentara ahí, tenían que estar de pie para conversar. 
— En el pasado te hice tanto daño, te rechacé pues no llegué hasta este lugar...porque me enamoré de la persona equivocada que golpeó mi rostro por mucho tiempo, me prohibió hacer muchas cosas, pensaba en ti cuando estaba con él, en lo diferente que hubiera sido mi vida que no elegía ese camino. Pero tú no tienes la culpa. — Bajó la mirada al piso, estaba tan oscuro pues la noche cubrió con su manto toda la escuela y solo regaló estrellas, la luna no estaba.Los pasos silenciosos de Caitlyn por la escalera la llevaron a la torre, finalmente llegó al pasillo antes de llegar al reloj, pero las voces la detuvieron. Karma estaba hablando con Viktor.  — Sé que en un pasado me propusiste hasta las estrellas, sentí vergüenza, no tenía valor para llegar acá y decirte que mi corazón era de otro hombre, no después de tantas penurias que te hice pasar, ¿cómo lo ibas a tomar? opté por el camino más fácil y dejé todo lo nuestro de lado. 
A pesar de eso, seguías preocupado, no cerca de mí, pero sí sabía de tus ayudas indirectas, no lo ignoraba. Robert sabía que seguías ayudando, por lo mismo también aceptó mi cambio de hombre, así no me buscarías más cuando entrara a la universidad. Eras obstinado y yo por orgullo hice caso, sabía que tu corazón me seguía amando, pero yo no sé qué ocurre ahora. —Sujetó las manos frías de Viktor.— Apoyas tanto a tus alumnas, pero tu apoyo también se intensifica cuando se trata de Caitlyn, cuando la ves a los ojos, cuando haces todo por ella, siento que las estás reflejando mi imagen en ella, pero yo soy Anna, ella no lo es... —
Esas palabras hicieron que Viktor entendiera porqué tenía tanto aprecio por la chica, y es que estaba viviendo lo mismo que vivió con Karma, incluso cuando Anna fue electa a la presidencia del consejo. ¿Estaba repitiendo todo inconscientemente? 
— Caitlyn es una estudiante respetable, siempre hace lo que es correcto, además...— 
La chica que estaba en el pasillo se estaba asomando lentamente por el marco de la torre, fue en el preciso momento cuando Karma sujetó sorpresivamente el rostro de Viktor y así besar sus labios, el caluroso beso que pronto fue correspondido por parte del mayor. 
— Anna, te he echado tanto de menos...— La pasión del beso los estaba ahogando, debían tener una pausa. — Pero yo...
— Viktor, deja de ver a Caitlyn como Anna, déjalo ya...soy yo, yo soy tuya ahora, no ella...— 
Ambos perdieron el equilibrio entre los besos, el suelo los recibió con gusto. Karma deslizó su mano encima de la camisa del contrario, su mano hasta la muñeca donde tenía ese reloj que pronto quitó para tirarlo hasta la entrada de la torre cayendo a los pies de una chica sin expresión. Viktor vio que el reloj era quitado, no quería perderlo tampoco así que siguió donde caería, cuando movió el rostro hacia la derecha vio los zapatos de Caitlyn, Karma se escondió en su cuello para besarlo en aquel lugar sin percatarse de la muchacha. 
— Caitlyn...— Murmuró Viktor, Karma al oír ese nombre volvió a insistir. 
— No, yo soy Anna, tu único amor...— Levantó el rostro para mirar donde él veía encontrándose con su estudiante. 
— Maestro Viktor. — Dijo finalmente Caitlyn sin perder la postura, solo se inclinó para recoger el reloj con la mano. — La directora Camille lo está buscando. — Lamento haber interrumpido su encuentro, en hora buena. — 
No corrió ni nada, solo se internó en el pasillo para bajar las escaleras. Karma se puso de pie avergonzada por el bochorno, Viktor también hizo lo mismo, ¿en qué estaba pensando? con el antebrazo se limpió los labios, ahora entendía porqué había dejado de buscarla, tenía un lado muy manipulador. 
— ¿Viktor? ¿qué pasa?
— Ahora que te has quedado soltera y sin nadie vienes a mí cuando me arrastré toda la vida por ti, ¿cómo puedes ser tan descarada? Moví montañas y tú no cruzabas ni un río. ¿Ahora esperas que con un beso se solucione todo? Te echaba de menos pero como una amiga, no como algo más. — Caminó directo a la salida de la torre.— Siempre tienes ese lado dulce que se estropea cuando deseas todo para ti. Fuiste buena, siempre lo has sido, solo que esta vez yo no te pertenezco, yo entrego mi lealtad a mis alumnos. Espero que sepas comportarte, porque no seré igual aún sabiendo que eres Karma o Anna, no me importa, sigues siendo igual. 
Eras tú la que me estaba buscando cuando tu vida comenzó a ir mal con ese hombre, no fui yo. — 

Bajó las extensas escaleras, tenía la ilusión de encontrarse a Caitlyn y explicar la situación que había presenciado, pero no, ya no estaba ahí para oír palabras. Espero que Karma saliera también para cubrir el lugar con el enorme estante, bajaron juntos en silencio pues eran compañeros de trabajo, tampoco enemigos para rechazarse. Cuando llegaron al primer piso Camille tomó el antebrazo de Viktor. 
— Hasta que por fin lo encuentro, su alumna me dijo que estaba estudiando con Karma sobre orientación femenina. En fin, lamento mucho que el maestro Viktor lo deje sola, Karma, pero debo charlar algunos asuntos con este hombre.— No se veía molesta ni nada, solo algún tema pendiente. 
Karma estaba en medio de la biblioteca con un gesto desolado, a su lado apareció el nochero estaba barriendo el piso. 
— Usted hizo lo posible por alejarlo y así lo consiguió.— Él estaba desde hace años trabajando ahí y no era indiferente a las historias. 

El día siguiente después de clases comenzaban las siguientes actividades que debían hacer los alumnos electos, esta vez el clima los acompañaba una vez más con un radiante sol. El punto de encuentro para todo el alumnado era el campus de equitación. Los alumnos debían demostrar habilidad, también un sentido de orientación pues debían buscar un tesoro en el bosque, era algo valioso que se les fue arrebatado en la noche, si no lograban encontrarlo, obtendrían un castigo muy bajo. Es decir, si el electo no encontraba su objeto valioso en el tiempo determinado, aquel objeto valioso era quemado, si se trataba de una persona, el mismo electo debía golpearlo con una varilla en la espalda. Se oía crudo, pero así se entretenía la elite antiguamente, aunque ahora no se aplicaba de esa manera, pero si motivaba a los estudiantes a buscar su objeto preciado. ¿Quién iba a querer perder algo con tanto valor? 
Jayce estaba vestido con un traje para la ocasión, aquel traía un casco de color amarillo, el traje era negro con el mismo color, su caballo era de capa azabache lustroso, elegante y grande. 
Yasuo también lucía el vestuario para montar el caballo, su casco de color azul con traje negro completo mezclado con azul, su caballo era de capa bayo amarillento lustroso. 
Caitlyn tenía un casco de color morado, el traje de jinete de ella era similar al resto, negro con la mezcla del morado, su caballo era de capa blanco porcelana lustroso. 

— ¡Qué emocionante saber cuál será su valioso tesoro! Las reglas, deben rescatar, conseguir ese obsequio, ¿cómo lo van a saber? En el lugar están con el banderín del color de sus anillos, recuerden que si no lo consiguen, el objeto será quemado, si es una persona, de su propia mano recibirá el castigo con una varilla de sauce, ¿queda claro? — 
Eso no le gustó para nada a ninguno de los tres. 
— ¡En sus marcas! ¿listos? ¡partieron! — Camille hablaba por el micrófono, en el bosque no habían cámaras ni nada parecido así que no iban a saber lo que sucedería, pero mientras hacían la espera, se presentaría un show artístico en medio del campus con música en vivo y bailes.
Con la partida de los tres los gritos de ánimo fueron más que suficiente, Jayce comenzó con un leve trote, Yasuo a penas hizo caminar a su caballo, pero con un solo golpe y sonido lo alentó a trotar a paso rápido, Caitlyn por su parte golpeó suavemente la parte trasera de su caballo haciendo que comenzara a correr, incluso saltando la cerca que iba a ser abierta por el jardinero Jhin. 
Yasuo y Jayce al ver la adrenalina que tenía esa chica también quisieron hacer lo mismo, algo que resultó ser majestuoso ante los ojos del público. 
— Al primer ganador, se ganará una cena fuera de la academia con quién quieran o a quién rescaten, quién sabe...¡Ánimo mis futuros presidentes! — Camille de la emoción se sirvió una copa de vino, adoraba hacer estas cosas después de clase. 
— ¿A quién crees que le arrebataron a Yasuo? — Jinx estaba con un algodón de dulce en la mano preguntando a sus compañeros de grado. 
— No lo sé, seguramente su tan querida katana o algo así, siempre la lleva a los retiros. ¿Qué más puede ser? — Respondió Kayn que robaba también de ese algodón. 
— ¿Han visto a VI? — Katarina deseaba encontrarla para hacer un trabajo muy pequeño sobre la clase de geografía. 
— ¿Cómo piensas verla si ella fue la que pusieron como premio preciado de Jayce? — Contestó LeBlanc que estaba compartiendo con Vladimir unos manjares de pastelillos. 
— ¿De verdad fue ella? — Comentaron algunos compañeros de la clase A. 
— Yo creí que fue Riven, aunque eso sí sería extraño.— Diana tenía un banderín amarillo alentando al chico de su clase, Taric estaba a su lado disfrutando de la música.
— ¡Ahora lo entiendo! — Gritó Ekko.— ¿Esto no termina con fines sexuales escandalosos y calurosos verdad? — Se cubrió la cabeza esperando el golpe de Yasuo como siempre, pero no lo recibió pues estaba en la actividad. — Hombre, puedo decir cosas obscenas sin recibir golpes... a ver..— Tomó una buena bocanada de aire para gritar. — ¡TODOS USTEDES SON UNOS P...— El golpe que le llegó fue incluso más fuerte del que recibía por parte de Yasuo, esta vez fue Darius quién lo tumbó al piso. 
— Te callas o te callo otra vez, ¿entendiste? — Darius ya tenía la vena a punto de reventar. 
— Vamos maestro Darius, no sea tan severo...— Lux estaba preocupada pues Darius tenía el pie puesto sobre la cabeza de Ekko. 
— Escuche a Luxanna, no haré nada malo, compartiré nada más el buen momento con mis compañeros, ¡ay, ay, ay! — Darius sacó el pie de encima y Ekko salió como iguana recién liberada. 
— Tú y tus castigos, no hagas eso con tus alumnos que después te van a delatar con la directora. — Karma lo regañó.
— ¿Camille regañarme? No me dice nada pues ya sabe que lo hago. — Darius infló el pecho con orgullo mientras el resto suspiraba con resignación por eso. 
— Entonces si Riven y VI son las personas especiales de Yasuo y Jayce, ¿a quien sacaron de su grado? — Preguntó Sejuani y Sylas a Ashe. 
— Pues...— Ashe miró a Leona, no sabía si decirlo o no.
— Seguramente fue un objeto porque de la clase nadie desapareció. — Contestó Leona. 
Pantheon miró atrás para ver a sus maestros con los banderines, pero faltaba uno. 
— ¿Dónde está nuestro maestro Viktor? — Pantheon avivó los gritos de las chicas y las preguntas de los chicos. La persona especial era el maestro. 
— ¿En serio? ¡wow! ¿pero le gusta? — Preguntó Diana y Lux, ellas vivían exactamente lo mismo. 
— ¿Cómo pueden pensar eso? — Regañó Leona.— Caitlyn lo estima pues él ha sido un gran apoyo en todo momento. 
— Ah...— Contestaron todos. 
Diana miró de reojo a Taric, pues él le había comentado algo que sospechaba. Lux miró a Darius, pero él en vez de decir algo, le guiñó el ojo. 

king justice schoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora